“El golpe propinado por la apertura de importaciones de carne avícola puede ser el que más nos duela a los entrerrianos, particularmente a nuestra región. Y es que la medida a su vez suspende, por cuatro meses, el cobro de IVA adicional e impuesto a las ganancias a los productos ingresados, con lo cual no solo se habilita la importación, sino que se la alienta”, dijo en un escrito que hizo llegar a El Entre Ríos.
“La industria avícola entrerriana es, por mucho, la más pujante del país. En nuestra provincia están más de la mitad de las granjas de pollos y se generan el 60% de las exportaciones de carne aviar argentina”, agregó, entre otras cosas.
A la vez, opinó que el gobierno a cargo de Rogelio Frigerio, “puede y debe mostrar una mayor vocación de velar por los intereses de los entrerrianos”.
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“El gobierno provincial debe mostrar una mayor vocación de velar por los intereses de los entrerrianos”
El jueves pasado el gobierno nacional tomó la determinación de liberar las importaciones de una serie de productos de la canasta básica, sobretodo alimentos. Lo hizo a través de la Comunicación A 7980 del Banco Central, la cual establece la disposición de divisas para la compra de 2.936 productos de consumo masivo, entre ellos carnes, lácteos, pescados, frutas y verduras, insecticidas, productos de higiene personal y medicamentos. Dicha medida surgió luego de una reunión mantenida con representantes de las cámaras supermercadistas con el objetivo de, en teoría, contener la disparada de precios de los productos de la canasta familiar.
Resulta curioso que, en solo tres meses, el gobierno liberal de Javier Milei elija a los dueños de supermercados como interlocutores porque, tácitamente, está reconociendo que los formadores de precios sí existen, mandando a la hoguera toda su biblioteca. Pero no vamos a detenernos en eso.
También es llamativa la preocupación en torno al costo de la canasta básica, sobre todo para un gobierno cuya narrativa central afirma que la inflación “está bajando”, pese a que estos tres meses de gestión han sido los de mayor inflación en los últimos 25 años. Pero tampoco vamos a detenernos en eso.
Combustibles, tarifazos, quita de subsidios, retención de fondos coparticipables… el ajuste, o más bien el ataque, hacia el interior del país llegó desde varios frentes y es muy difícil asimilar tantos azotes, pero el golpe propinado por la apertura de importaciones de carne avícola puede ser el que más nos duela a los entrerrianos, particularmente a nuestra región. Y es que la medida a su vez suspende, por cuatro meses, el cobro de IVA adicional e impuesto a las ganancias a los productos ingresados, con lo cual no solo se habilita la importación, sino que se la alienta.
La intención es clara: ante un escenario de caída de la demanda producto de la licuación de los salarios, el gobierno pretende equilibrar la balanza no con medidas que beneficien el bolsillo de la gente y aumenten su poder de compra, sino generando una sobreoferta.
Estas medidas parecieran ser tomadas en una oficina, con una planilla de Excel o una calculadora en mano, sin tener en cuenta la cantidad de actores que se verán afectados de forma directa e indirecta, por lo que además de intempestivas e inconsultas, resultan dañinas.
Hace un par de días en una nota con el Diario Perfil, el presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, Roberto Domenech, explicó que la actividad opera con márgenes muy finos en lo que respecta a los volúmenes de producción, por lo que un cambio repentino de la oferta debido al ingreso de carnes brasileñas podría comprometer dos años de planificación.
La industria avícola entrerriana es, por mucho, la más pujante del país. En nuestra provincia están más de la mitad de las granjas de pollos y se generan el 60% de las exportaciones de carne aviar argentina. Todo ello constituye un núcleo productivo que emplea a más de 22 mil personas de forma directa y otro tanto indirectamente, pero que también con manos entrerrianas, produce el alimento que llega a nuestras mesas. Se trata de puestos de trabajo genuino, de un modo de vida, de familias entrerrianas, y muchas de ellas de nuestra región, cuyo sustento puede estar en peligro producto de una decisión tomada en alguna oficina del Banco Central.
Ante este panorama, el Bloque de Senadores “Más para Entre Ríos” ingresaron este martes un Proyecto de Comunicación en el cual instan al Ejecutivo Provincial a realizar las gestiones necesarias ante las autoridades del Gobierno Nacional para que los productos avícolas puedan ser excluidos de los alcances de la Comunicación “A” 7980. A su vez, se solicita analizar el posible impacto de la medida en las restantes economías regionales de la provincia.
En el mismo sentido, y ante el perjuicio que la aplicación de esta normativa podría provocar en nuestra ciudad, esta semana presentamos ante el Concejo Deliberante de San José, un proyecto de ordenanza con el fin de adherir a la iniciativa de los senadores.
Las vías institucionales, los mecanismos para canalizar las inquietudes, son herramientas importantes para la vida en democracia y para el desarrollo de las comunidades; y están funcionando. Sin embargo, como en todas estas cuestiones, la solución solo se puede alcanzar de manera óptima cuando hay voluntad política. El gobierno provincial, hoy a cargo del lic. Rogelio Frigerio, puede y debe mostrar una mayor vocación de velar por los intereses de los trabajadores, de los productores, de los empresarios… en definitiva, de los ciudadanos entrerrianos quienes lo eligieron para que los represente.