La Secretaría de Estado del Vaticano está a cargo del italiano Pietro Parolin, que en 2013 había sido designado por Jorge Bergoglio en reemplazo de Tarciso Bertone.
El rol de Viola
La Primera Sección para los Asuntos Generales de la Santa Sede tiene como función asumir asuntos concernientes al servicio cotidiano del Papa, tanto en la solicitud por la Iglesia universal como en las relaciones con los dicasterios de la Curia Romana. El entrerriano Viola se desempeñará en un área específica: la Academia Pontificia Eclesiástica, la institución de la Santa Sede encargada de formar a los diplomáticos que trabajarán en las Nunciaturas y en la Secretaría de Estado.
De Paraná a la curía romana
Gabriel Viola nació en 1974, en Paraná, y estudió, desde jardín de infantes y hasta concluir la secundaria en el Colegio “San José Obrero”.Ha contado que en su caso la vocación religiosa surgió de modo muy común, corriente, sin ningún ribete extraordinario. Su familia siempre participó de la vida parroquial, y fue activa en las misiones que encaraba el párroco Silverio Cena.
La vocación, reseñó, fue surgiendo de modo muy natural, muy normal, y que se fue perfilando de a poco. Y así, al concluir quinto año, tomó la decisión: ingresó al Seminario, se ordenó sacerdote. Ya lleva casi dos décadas como cura.
Su acceso al cuerpo diplomático del Vaticano se dio a partir de su llegada a Roma. Llegó enviado por el exarzobispo Estanislao Karlic, quien lo envió al Vaticano para realizar estudios sobre historia de la Iglesia.
Misiones en África, América Central y Asia
En Roma, adonde se fue a formar, obtuvo en 2007 la licenciatura en Teología con especialidad en historia de la Iglesia otorgada por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. Estando en el Vaticano, fue convocado para prestar servicios en el cuerpo diplomático de la Santa Sede.Su primer destino diplomático fue el África, y en una región muy particular, que estaba saliendo de una guerra civil, la que abarca la jurisdicción de la Nunciatura en Monrovia: Liberia, Sierra Leona y Gambia.
En 2014 le encomendaron otra misión diplomática. Viola pasó a prestar servicio en El Salvador en donde colaboró con el nuncio apostólico Leon Kalenga.
Desde principios de 2015, el sacerdote tiene, además, el trato honorífico de monseñor. En 2017, el Vaticano le dio un nuevo destino diplomático: la representación pontificia en Filipinas, en donde colaboró con Giuseppe Pinto, nuncio apostólico en ese país.