Desde Teniente Ibáñez y 2 de Abril puede verse con nitidez el rancherío mayormente grisáceo. Lo serpentea el camino hecho a fuerza de pasos. No hay cloacas. Algunos toman mate, otros simplemente miran al que pasa. Así transcurre una mañana de fin de año. El color allí lo pone el pasto largo y los eucaliptus añosos.
"Hay gurises con la enfermedad de los perros", apuntó una mujer que vive cerca. Pide a las autoridades sanitarias que hagan un relevamiento en el lugar. Se refiere a la leishmaniasis, nombre con el que se conoce al conjunto de enfermedades zoonóticas y antroponóticas causadas por protozoos del género Leishmania.
Es precisamente un mosquito el agente que la transmite al humano y a otros animales. Más exactamente, a través de la picadura de hembras de los flebótomos, un grupo de insectos chupadores de sangre.
El merendero
"Cáritas" aporta los insumos y un matrimonio (con la colaboración de otras personas) pone su casa y la fuerza del trabajo para servir comida. Lo hacen martes y jueves, al atardecer. La casa está en Teniente Ibáñez y Larocca. El verde prevale allí, casualidad o no es el color atribuido a la esperanza. Justo eso es lo que se sirve allí en cada plato de comida.
