La cumbre fue organizada monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales. El encuentro contó con la participación de jueces y mujeres fiscales provenientes de varios países, en particular del continente africano. Entre los temas centrales del encuentro estuvo el tráfico de órganos.
Medina, ante el Papa Francisco, expresó que en la actualidad hay una diversificación y transformación de los modelos comerciales del tráfico y trata de personas y del tráfico de drogas, que siguen siendo muy redituables para los grupos del crimen organizado.
Asimismo, la vicepresidenta del STJ habló sobre otras formas de crimen, como el delito cibernético, cuya forma más perversa es la pornografía infantil; el delito ambiental, a través del control del agua y la deforestación para el cultivo de drogas donde se utiliza mano de obra esclava, generalmente de los migrantes irregulares; la prostitución y el turismo sexual infantil; las peores formas del trabajo infantil; el reclutamiento y utilización de niños soldados; los matrimonios forzados, la mendicidad y la adopción de niños de manera irregular.
Medina subrayó que estas formas de crimen son delitos globales, transnacionales, complejos, graves, con muchas y variadas aristas, que pertenecen a la economía informal y generan miles de millones de dólares de ganancias, aproximadamente entre 32.000 y 150.000 mil millones de dólares al año.
Además, la magistrada consideró la incidencia de las nuevas tecnologías, ya que potencian el crecimiento de este tipo de delitos, al incorporarse nuevas formas de dinero virtual (como es el caso del bitcoin) y las oscuras redes cuyos miembros se desconocen.
La eliminación del tráfico de seres humanos es uno de los objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. La prioridad de las Naciones Unidas es adoptar medidas inmediatas y eficaces para eliminar el trabajo forzoso, poner fin a la esclavitud moderna y a la trata de seres humanos, y garantizar la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, como el reclutamiento y el empleo de niños soldados. Y para 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.