La elección de Julio Federik se impuso sobre la figura de Guillermo Mulet, propuesta que venía con el aval de Cambiemos. Las idas y vueltas que hubo sobre las designaciones. Federico Malvasio deslizó, en un artículo publicado hoy en el sitio “Página Judicial”, una hipótesis sobre cuál sería el destino final de Federik.
El primer vocal, con Bordet gobernador
La primera vacante en el Superior Tribunal de Justicia (STJ) que se produjo con la salida estrepitosa de Carlos Chiara Díaz fue cubierta por Miguel Ángel Giorgio. El nombre del concordiense integró una terna que ofreció Cambiemos. Los otros postulantes eran Hugo Perotti, Ana Clara Pauletti y Julio Federik. Éste último contaba con el beneplácito del oficialismo y de la oposición. De hecho, mantuvo conversaciones con el Gobernador hasta días antes en que se decidiera por Giorgio.
La salida de Chiara Díaz y el ingreso de Giorgio suponía un cambio en la Sala Penal respecto a los planteos que se hacen contra negativas de coberturas del Iosper. Malas noticias. Giorgio se acopló a Daniel Carubia, que ha hecho de la obra social estatal la meca del derecho a la salud garantizada en la Constitución. Claudia Mizawak suele votar en favor de los intereses del Iosper.
Detrás de esta historia puede haber un cierto resentimiento con la mutual del Estado. Cuando Fernando Cañete asumió la presidencia hizo frente a un despropósito que dejaba exentos a los funcionarios judiciales de aportar a la obra social. Bernardo Salduna, Emilio Castrillón y Mizawak tuvieron el buen gusto de hacerlo.
Reducir el número de jueces, sin respaldo
Cuando se produjo la segunda vacante, con la jubilación de Leonor Pañeda, surgió la idea de fijar en siete la integración del STJ. Este proyecto tiene resistencia en la mayoría de la comunidad judicial. El Colegio de Abogados, la Asociación de Magistrados y los funcionarios que suelen observar lo que ocurre al otro lado de la Plaza "Mansilla" entienden que el cuerpo, con tres salas de tres, funciona correctamente.Bordet mantuvo la idea ante una negativa absoluta. Incluso dejó deslizar que en su opinión personal sería conveniente reducir el alto cuerpo, pero que no haría nada sin consultar y escuchar a todas las partes. Lo hizo hace diez días ante las autoridades del Colegio de Abogados en Casa de Gobierno. Cuando trascendió la noticia, dos funcionarios adelantaron que la idea no prosperaría. Y fue así.