La voluntad del papa Francisco de visitar Argentina en la “segunda mitad del año” reavivó la expectativa de fieles uruguayos de ver al sumo pontífice, a 36 años de la última visita similar, que encabezó Juan Pablo II en mayo de 1988.
Francisco declaró en agosto pasado a la revista española Vida Nueva que no solo buscaría ir a su país -al que no visita desde hace una década, tras ser investido como Papa-, sino “quizás a Uruguay”. Este domingo, en diálogo con el canal italiano Rai, Francisco manifestó que espera visitar Argentina en la “segunda mitad del año”, tras su viaje a la Polinesia previsto para agosto. Y en la edición de ayer del diario argentino La Nación, se informó que el viaje a su país “incluiría a Uruguay”.
“Suponemos que si irá a Argentina, también vendrá a Uruguay”, estimó a El País el cardenal uruguayo Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo. En tanto, puntualizó que no hubo novedades en las últimas horas de una llegada del santo padre a Uruguay, país que recibió a Juan Pablo II, con multitudinarios actos, en 1987 y 1988.
Sin embargo, Sturla agregó que usualmente el papa no visita países cuando transitan elecciones presidenciales, como será el caso nacional durante gran parte del año. “Si va a venir a Uruguay, hay que suponer que será inmediatamente después de las elecciones”, puntualizó.
La recepción de un papa supone “meses” de preparación y organización. “De pronto, antes de junio se debería saber” si efectivamente pisará suelo uruguayo o no, en el marco de su visita a Argentina, acotó Sturla.
La voluntad de que la figura viva más influyente de la Iglesia Católica aterrice en Uruguay fue señalado por Sturla el 11 de mayo en su visita al Vaticano. “Le entregué una carta de los obispos de Uruguay renovándole la invitación a visitarnos”, dijo en ese entonces en la red social X.
El cardenal acotó que en octubre, el entonces canciller Francisco Bustillo viajó al Vaticano para entregarle al papa una “invitación formal del presidente (Luis Lacalle Pou)” para visitar Uruguay.
Francisco, de 87 años, atravesó varios quebrantos de salud en 2023, por los que llegó a quedar internado en Roma.