Un amigo de la doctora Fernández, que intentaba ubicarla desde el viernes, fue quien se movilizó en las últimas horas, de acuerdo a la crónica que logró reconstruir El Entre Ríos. Es que se habría apersonado en su domicilio a tocar el timbre y golpear la puerta insistentemente, sin éxito, por lo cual decidió consultar con otros allegados sobre el paradero de la médica. En su derrotero, este amigo decidió hacerse presente alrededor de las 10 de la mañana del domingo en la casa del exmarido de Analía, donde trasladó la situación de incertidumbre a su hijo –de unos 15 años de edad– y, llave en mano, fueron hasta la casa de Libertad para constatar qué sucedía allí.
El cuerpo fue entregado a sus familiares después del mediodía. A falta de presunción de delito, no se ordenó autopsia.