Centurión se presenta en sus redes sociales, como presidente del Consejo de Administración de la Fundación Urquiza, una organización local que fundó en 2019 y cuyo objetivo es “defender las ideas de la libertad y la Constitución nacional sancionada por Urquiza en 1853”. También es “formador de líderes libertarios”.
En su bio, cuenta que fue director regional para el Cono Sur en Students For Liberty (SFL), organización que se define como “una red global de líderes jóvenes apasionados por la Libertad”. Con sede en Estados Unidos, nació en 2008 y Centurión forma parte de Las primeras camadas de “egresados”. Su nombre, suena como un posible candidato de LLA para las elecciones de este año.
En el posteo, el joven dirigente apuntó que “El exsenador Héctor Maya y la exdiputada Flavia Maidana, tienen todo el pasado por delante: con décadas de privilegios en la política, ahora proponen un proyecto de ley que es un ataque directo a la Constitución y un insulto a la inteligencia de los entrerrianos. Su idea de cobrar un tributo a los camiones que no tengan patente entrerriana es, en términos claros, la restauración de aduanas internas, un sistema prohibido expresamente por nuestra Carta Magna y condenado por la historia”.
Por otro lado, Centurión mencionó al artículo 11 para reforzar su mensaje y lo destacó como el “más contundente”. Este artículo deja por escrito que “Los artículos de producción o fabricación nacional o extranjera, […]que pasen por territorio de una provincia a otra, serán libres de los derechos llamados de tránsito, […]y ningún otro derecho podrá imponérseles en adelante, cualquiera que sea su denominación, por el hecho de transitar el territorio”.
“No hay lugar a interpretaciones: cualquier intento de reintroducir tributos provinciales al comercio interprovincial es lisa y llanamente inconstitucional” cuestionó Centurión.
Aquí, el posteo completo:
Primero, aduanas internas. ¿Y después qué? ¡Guerra civil!Apenas un día después del aniversario de la batalla de Caseros, donde el General Urquiza aplastó al tirano Juan Manuel de Rosas para forjar una nación bajo una Constitución de libertad y progreso, hay quienes insisten en revivir políticas que llevaron al país al atraso y la guerra.
El exsenador Héctor Maya y la exdiputada Flavia Maidana, tienen todo el pasado por delante: con décadas de privilegios en la política, ahora proponen un proyecto de ley que es un ataque directo a la Constitución y un insulto a la inteligencia de los entrerrianos. Su idea de cobrar un tributo a los camiones que no tengan patente entrerriana es, en términos claros, la restauración de aduanas internas, un sistema prohibido expresamente por nuestra Carta Magna y condenado por la historia.
Cualquiera que haya leído la Constitución Nacional sabe que su artículo 9 establece que “en todo el territorio de la Nación no habrá más aduanas que las nacionales”. Y el artículo 11 es aún más contundente: “Los artículos de producción o fabricación nacional o extranjera, […]que pasen por territorio de una provincia a otra, serán libres de los derechos llamados de tránsito, […]y ningún otro derecho podrá imponérseles en adelante, cualquiera que sea su denominación, por el hecho de transitar el territorio”. No hay lugar a interpretaciones: cualquier intento de reintroducir tributos provinciales al comercio interprovincial es lisa y llanamente inconstitucional.
Entonces, ¿qué nos quieren vender Maya y Maidana? ¿Ignorancia de la Constitución sobre la que juraron o un descarado intento de meterle la mano en el bolsillo a los productores y transportistas?
Dicen que esto “generará empleo y mejorará la infraestructura vial”. Lo que en realidad hará es encarecer los bienes que llegan a Entre Ríos. Cuando los costos de transporte suben, los precios finales suben. Y quienes más sufren no son los políticos con sueldos garantizados, sino los más vulnerables: jubilados, estudiantes, trabajadores. Todo aquel fuera del sistema de privilegios quedará a merced de un esquema confiscatorio disfrazado de “desarrollo provincial”.
Como bien advertía Bastiat: “Cuando las mercancías no cruzan las fronteras, lo hacen los soldados”. Las aduanas internas fueron la chispa que encendió las guerras civiles del siglo XIX. Urquiza luchó precisamente para erradicarlas y garantizar un comercio libre entre las provincias. Hoy, Maya y Maidana pretenden resucitarlas, como si la historia no nos hubiera enseñado nada.
El problema de fondo es que esta mentalidad extractivista es la misma que nos hundió en la miseria. No buscan reducir el gasto, no buscan eficiencia, no buscan atraer inversiones genuinas. Solo piensan en un nuevo mecanismo de recaudación para seguir distribuyendo dinero de manera arbitraria. Es el mismo viejo truco de siempre: exprimir al sector productivo para financiar una estructura estatal cada vez más insostenible.
Durante meses trabajaron en este proyecto, pero ¿de qué sirvió? ¿Acaso alguien cree que una aduana provincial creará prosperidad? Si fuera así, las economías más cerradas del mundo serían las más prósperas. La realidad es otra: las provincias que han progresado lo han hecho gracias al comercio y la inversión, no al saqueo de los que producen.
La única aduana que estimula el comercio es la que no existe. Urquiza no derramó su sangre para que Entre Ríos termine sometida a los mismos vicios que combatió. Si realmente queremos generar empleo y mejorar la infraestructura, el camino no es castigar el comercio, sino liberarlo. La historia y la Constitución marcan el rumbo: menos impuestos, menos regulaciones, más inversión y más competencia. Este es el programa económico, moral e institucional que guía las decisiones del Presidente Javier Milei.
A los jóvenes entrerrianos, un consejo: aléjense de quienes defienden estas ideas retrógradas. No caigan en el cuento de los que prometen prosperidad mediante la confiscación. La libertad, y no la expoliación, es el único camino hacia el verdadero desarrollo.