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En el primer trimestre de 2018, la generación de energía eléctrica por las represas fue del 41,9%, mientras que los molinos de viento generaron el 39,7% del total, la de biomasa fue el 8,4% y la fotovoltaica el 4,7%, por lo que en energías renovables representaron el 94,7% de la generación eléctrica durante el año pasado, según se desprende del último informe de Seg Ingeniería, una empresa uruguaya consultora de reducción de costos energéticos del país.

No obstante, el informe establece que la generación con centrales a fuel oil (térmica) aumentó este primer trimestre con respecto a 2017 y 2016, alcanzando el 5,4%, mientras que los dos años anteriores la incidencia de la térmica fue de 1,8 y 3,6%, respectivamente. Esos años la generación hidráulica fue bastante mayor que ahora.
Mucha lluvia en 2017
Los técnicos especifican que “luego de dos años con abundantes lluvias, el 2018 se muestra como un año con menores precipitaciones y la preocupación por la sequía crece en varias zonas del país. Uruguay es un país que depende fuertemente de las lluvias para la generación de electricidad, ya que la energía hidroeléctrica es responsable de aproximadamente dos tercios de la generación, total para años con precipitaciones promedio”. Es que 2016 y 2017 fueron años de abundantes aportes de las represas del país, tanto del río Uruguay (Salto Grande), como de las tres centrales hidroeléctricas instaladas sobre el río Negro. De acuerdo al informe de programación estacional de la Administración del Mercado Eléctrico (Adme), las primeras 40 semanas de 2017 fueron muy lluviosas. El año 2017 fue el quinto año de mayores precipitaciones desde 1909, año desde el que se llevan registros.

No obstante, a fines de 2017 la tendencia cambió y la generación hidroeléctrica comenzó a mermar. Así es que la generación hidroeléctrica del primer trimestre de 2018 alcanzó el 41,9% del total, mientras que en 2017 había sido de 58,1 y en 2016 de 63,1%.
Combustibles fósiles
A pesar de la fuerte incorporación de energías renovables no convencionales como la eólica, biomasa y solar, la baja en la producción de hidroelectricidad ha tenido que ser compensada por el mayor uso de centrales térmicas que queman combustibles fósiles. De esta manera, mientras la generación térmica en el primer trimestre de 2018 fue del 5,4% del total, en 2017 había sido de 1,8%, y en 2016 3,6%.

Esta situación implica mayores costos de generación, lo que puede notarse en el marcado incremento que muestra el precio spot del mercado eléctrico de Uruguay. El precio spot es un valor que indica el costo marginal del sistema y es relevado por la Adme. Esto es el costo de generación de la máquina generadora más cara que esté operando en el sistema en cada hora. Este valor puede llegar a ser cero, cuando sobre energía (por ejemplo, cuando sobra agua en las represas y se está vertiendo) o puede llegar a valores elevados, acordes a los costos de generación de cada central térmica, siendo la más costosa en la actualidad la central La Tablada, que quema gasoil, y cuyo costo unitario de generación asciende a 190 dólares el Megawatt hora (MWh).

También establece el informe que el precio spot promedio de los últimos 12 meses ascendió a U$S 29,37/MWh, pero en el primer trimestre de 2018 alcanzó el valor promedio de U$S 84,58/MWh, casi tres veces más.
Sobrecostos para Ute
Naturalmente, esta situación de escasas lluvias genera sobrecostos a Ute, que a su vez se benefició de la situación opuesta en los años previos. El nivel de precipitaciones es difícil de predecir y será necesario continuar observando, a lo largo del 2018, cómo se presenta el clima para evaluar el impacto que tendrá sobre los costos de generación.

De todos modos, el sistema eléctrico uruguayo ha experimentado un cambio sustancial que lo transformó en un sistema mucho menos vulnerable a las sequías. Hace algunos años, todo lo que no cubría la hidráulica, se generaba en centrales térmicas que quemaban combustibles fósiles a un elevado costo, mientras que actualmente la energía eólica es la que provee cerca del 40% de toda la electricidad que se requiere, a lo que se suma la energía solar y la que proviene de la biomasa.
Fuente: El Telégrafo de Paysandú

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