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Ava Aispuro, en defensa de Bordet y Busti
Ava Aispuro, en defensa de Bordet y Busti
Ava Aispuro, en defensa de Bordet y Busti
Tal vez ni siquiera la autora del proyecto para designar al gasoducto troncar con el nombre del exgobernador Sergio Montiel haya imaginado que su iniciativa iba a generar semejante cruce de posiciones. Lo cierto es que tras conocerse el proyecto de ley redactado por la diputada oficialista María Elena Romero, desde el Frente Entrerriano Federal le salió al cruce Nicolás Parera Deniz, asociando a la obra en cuestión con el ex gobernador Jorge Busti. “Fue bajo su liderazgo (el de Busti) y su firme gestión que el gasoducto no sólo avanzó, sino que se completó”, escribió. A Parera le respondió la Agrupación Radical Don Osvaldo Sarli, poniendo énfasis en los valores de Montiel, en contraste con las condenas de corrupción contra Sergio Urribarri, y poniendo en duda la honestidad de procederes de otros dos gobernadores peronistas: Gustavo Bordet y el propio Jorge Busti. Así las cosas, la última reacción provino de otro referente del Frente Entrerriano Federal: Claudio Ava Aispuru.

“No tengo el gusto de conocer personalmente a los miembros de la agrupación radical "Don Osvaldo Sarli", pero lamento profundamente que sigan anclados en los tiempos del gorilismo y, en sus diatribas, olviden que los entrerrianos tenemos memoria de las verdaderas catástrofes que causaron cuando les tocó gobernar la provincia”, disparó Ava Aispuru.

Lo que sigue es su toma de posición en la polémica:

“Es precisamente por eso, sumado a su falta de autocrítica y a la ausencia de propuestas superadoras, que el pueblo no los elige para conducir los destinos de Entre Ríos desde hace veinticinco años, sobre todo después del traumático último gobierno de Sergio Montiel. Tal vez los integrantes de esta agrupación hayan sufrido una crisis de amnesia y se hayan olvidado, por ejemplo, de la tragedia que significaron los bonos federales para miles de familias entrerrianas. O quizás ni siquiera sepan quiénes fueron Romina Ituraín, Eloísa Paniagua y José Daniel Rodríguez.

En 2003, durante la gestión de Montiel, mientras el Gobierno nacional y casi todas las provincias ya experimentaban una recuperación acelerada, Entre Ríos seguía sumida en una profunda crisis. Es fundamental señalarlo: la provincia se encontraba en un estado de caos absoluto. Estábamos completamente aislados, sin una moneda que fuera aceptada para realizar transacciones más allá de nuestros límites, para pagar el gas o la electricidad que consumíamos, ni siquiera para viajar. Los salarios de los trabajadores se habían reducido a niveles casi inexistentes, mientras algunos dirigentes oficialistas se beneficiaban de la Caja de Convertibilidad. Los docentes llevaban meses sin cobrar, hasta que, en su primer viaje como presidente, Néstor Kirchner tuvo que intervenir personalmente para restablecer el diálogo con los maestros, desbloquear el conflicto y garantizar el retorno a las clases.

No es casual que las figuras de Jorge Busti y Gustavo Bordet, dos de los gobernadores más destacados de la historia reciente de la provincia, sean profundamente respetadas por los entrerrianos. Ambos han sido pilares fundamentales en la recuperación política, económica y social de Entre Ríos después de los graves daños causados por el último gobierno radical.

Jorge Busti, además de su notable capacidad de gestión, marcó un antes y un después en la política entrerriana por su valentía y su compromiso con la democracia. Fue víctima del terrorismo de Estado durante la dictadura militar: secuestrado, torturado y encarcelado por un régimen que buscaba aniquilar a la oposición política. A pesar de las persecuciones y las adversidades, Busti nunca cedió ante la presión ni abandonó sus principios. Al contrario, se convirtió en un pilar fundamental para la reconstrucción democrática de la provincia.

Cuando surgieron denuncias infundadas por parte de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, un organismo que fue declarado inconstitucional por el Congreso Provincial de Derecho, y que fueron impulsadas por el delator de la dictadura, Oscar Mario Rovira, Busti no se amparó en los fueros y se presentó voluntariamente ante la Justicia cada vez que fue requerido. Tras enfrentar más de una docena de denuncias penales, absolutamente todas fueron desestimadas por falsear la verdad y no tener sustento jurídico alguno. Por eso, hasta sus últimos días pudo caminar con la cabeza en alto por cada rincón de la geografía entrerriana.

Sería más prudente, por otro lado, que se preocuparan por el triste papel que ha jugado la UCR en las últimas décadas. El centenario partido se ha convertido en furgón de cola del PRO y ha sido cómplice de la política de endeudamiento, hambre, vaciamiento y exclusión que implementó Mauricio Macri. Con la anuencia del radicalismo, el expresidente endeudó al país por 57.000 millones de dólares con el FMI, el mayor préstamo jamás otorgado a un país por el organismo. Hoy, pese a los continuos agravios de Javier Milei hacia una figura como Raúl Alfonsín, tratándolo de golpista y profiriendo otras barbaridades, siguen apoyándolo y ya habla de formar una alianza electoral para 2025, entregando una vez más las banderas históricas de un partido nacional y de raigambre popular.

Para finalizar, quiero recordar lo que dijo Jorge Busti el 11 de diciembre de 1999, cuando comenzó la política persecutoria del último gobierno radical: “Que no se confundan: el peronismo está vivo y de pie. No conocen cómo nos transformamos en la adversidad”.

Claudio Ava Aispuru.

Militante peronista. Ex presidente del Frente Entrerriano Federal.
Fuente: Frente Entrerriano Federal

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