“Cerramos una campaña que dejó un cierre un poco complicado para lo que fue por la seca que afectó mucho a los cultivos de verano”, reconoció la ingeniera agrónoma Evangelina Spengler, del proyecto Siber.
Al dar cuenta que, en los campos entrerrianos, se terminando de cosechar el sorgo y el maíz tardío y de segunda, la profesional especificó que “este año, se sembraron 98.000 hectáreas, de las cuales, falta cosechar un 10%; y recién se comenzó la cosecha del maíz tardío y de segunda”.
“Se estima que el rinde sea por debajo de lo habitual y estará alrededor de los 2.500/2.700 kilos por hectárea”, reveló al respecto.
“En relación a la campaña pasada, este año, se obtiene un 40% menos de la producción, lo que está dado por los cultivos de verano: la soja incidió en un 80%, el maíz en un 50%, mientras que el sorgo y el arroz tuvieron una menor incidencia”, indicó Spengler, del proyecto Siber.
En la oportunidad, la ingeniera agrónoma confirmó que “se dilataron los cierres de campaña porque el maíz tardío y de segunda se terminó de sembrar tarde por el efecto de las lluvias que se dieron tardíamente”. Y agregó: “Además, los días de calor y humedad, hacen que no pueda bajar la humedad del grano y en el caso del sorgo que rebrotó”. “Son complicaciones en la cosecha y el cierre de campaña”, centró.
Condiciones hídricas de los suelos
Según el informe de proyecto Siber, de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, la precipitación acumulada durante los primeros siete meses del 2023 en la provincia, se ubicó en un 24% por debajo del promedio 2004/2022. Solo durante los meses de marzo, mayo y julio, se obtuvieron valores por encima del promedio y en el resto, los déficit de la precipitación acumulada mensual se ubicaron en hasta un 73% por debajo del promedio anual.“Según el mapa de reservas de Entre Ríos, éstas van de adecuadas a óptimas en toda la provincia, pero hay un 24% de déficit promedio de precipitaciones respecto al promedio 2004/2022. Es decir que solo en tres meses de lo que va del año se han superado las lluvias”, explicó Spengler.
Y agregó: “Por otro lado, los cultivos de la nueva campaña –trigo, colza y lino- aún están en estado vegetativo, lo que hace que puedan tener un menor consumo de agua”.
De igual manera, la especialista refirió que, “a mediados de agosto se promueve una recuperación de las precipitaciones para que este régimen vuelva a ser normal para ayudar a la floración de los cultivos de trigo, colza y lino”. “Es una esperanza porque el año que pasó fue muy triste en relación a las pérdidas económicas que se registraron”, cerró