Por Adriana Casco (*)
Leonor Cantero Licenciada en Nutrición, en diálogo con El Entre Ríos, dio una serie de recomendaciones para tener en cuenta: “Esta estación nos permite incorporar alimentos que proporcionan menos calorías y un mayor aporte de vitaminas, minerales e hidratación para estar más ágiles y activos”.
Agregó: “Como primera medida es importante aumentar el consumo de frutas y verduras de estación, porque los productos de temporada tienen mejor sabor, son más económicos y preparan a nuestro cuerpo para el cambio de clima y las necesidades del verano”.
Datos muy importantes
La Licenciada consideró fundamental el consumo de:* Proteínas: contenida en carnes blancas como pollo, pescados de mar (estos tienen omega 3, una grasa muy saludable cardioprotectora), carnes rojas magras, huevos (no consumir fritos), quesos magros y legumbres.
*Cereales de grano entero: arroz integral, trigo, avena, maíz y los productos realizados con harina integral: panes, pastas, etc. y aseveró: “al aportar más fibras, vitaminas y minerales, se pueden controlar los niveles de colesterol, el peso y la presión arterial. Además, colaboran en la reducción de la inflamación del cuerpo previniendo enfermedades como diabetes, obesidad, etc”.
Dio fundamental importancia a la actividad física: “Esta temporada nos invita a salir del sedentarismo del invierno, contribuyendo a mejorar, en general, el bienestar físico y mental”. Otro dato curioso que aportó: “El círculo de la guía alimentaria argentina comienza con el agua. Si bien no es alimento, es trascendental para muchas funciones de nuestro cuerpo, por lo que estar bien hidratado es un factor fundamental para mantenernos saludables”.
“Lo ideal para todos sería tomar alrededor de dos litros de agua por día”, resaltó.
Por último, ratificó: “Estos hábitos para mejorar o mantener la salud son en general, por lo que se indica que las personas que presentan alguna patología digestiva deberán hacer una consulta médica para recibir una alimentación acorde”.
Panorama general
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio. Por otra parte, muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales.Cómo promover una alimentación sana
Los gobiernos son clave en la creación de un entorno alimentario saludable que permita a las personas adoptar y mantener prácticas alimentarias sanas.?Algunas medidas que pueden adoptar para generar entornos alimentarios saludables incluyen:
* Promover la alimentación saludable y proteger la salud pública mediante medidas orientadas a:
*Aumentar los incentivos a los productores y vendedores minoristas para que cultiven, utilicen y vendan frutas y verduras frescas;
*Reducir los incentivos a la industria alimentaria que le permiten mantener o aumentar la producción de alimentos procesados con altos niveles de grasas saturadas, grasas trans, azúcares libres y sal/sodio;
*Establecer normas para fomentar prácticas alimentarias saludables mediante la disponibilidad asegurada de alimentos saludables, nutritivos, inocuos y factibles en centros preescolares, escuelas y otras instituciones públicas, así como en el lugar de trabajo;
*Ofrecer asesoramiento nutricional y alimentario en los centros de atención primaria de salud.
En definitiva, una alimentación sana acompañada de actividad física hace que podamos gozar de buena salud, de una vida plena y feliz.
(*)Estudiante de Comunicación Social