La droga, literalmente, caía del cielo: una avioneta la arrojaba en pleno vuelo a un campo en el área de Artigas. El caso, iniciado por un reporte de la DEA, la Drug Enforcement Agency americana, tenía lazos evidentes con Argentina. Los investigadores orientales supusieron que esa avioneta, por su plan con una matemática de tiempo de vuelo y distancia, solo podría haber salido del país, puntualmente desde Entre Ríos.
Y así fue. En las últimas horas, tras una investigación de la fiscal federal María Josefina Minatta con asiento en Concepción del Uruguay y la PROCUNAR, el ala que investiga delitos de narcotráfico con su par Diego Iglesias, el juez Pablo Sero, ordenó a Gendarmería allanar un hangar y pista de aterrizaje en la zona de General Campos (Departamento San Salvador). En los procedimientos se encontraron documentos clave como libros y hojas de vuelo, más de 53 mil dólares, dos teléfonos satelitales y un GPS aeronáutico.
En rigor, la investigación comenzó en mayo. La Justicia uruguaya contaba con un dato clave: la matrícula de la avioneta detectada en Artigas, que estaba registrada en Argentina. Le transmitieron este dato a las autoridades locales, lo que inició la causa con una doble presentación de Gendarmería y la Aduana a la Justicia federal.
De esa manera, se detectó que la aeronave de la matrícula entregada es de la marca Cessna, modelo P120N y fue transferida el 6 de octubre de 2020 a nombre de un argentino, de 49 años de edad, dueño de un local de caza y pesca en Concordia, con un domicilio registrado en la ruta provincial 22 -a la altura de General Campos-, dedicado también en los papeles al alquiler de maquinaria, que cobra una Asignación Universal de acuerdo a datos de la ANSES, con varios miles de pesos en cheques rechazados por falta de fondos. El hombre parece ser un viajero: según datos de Migraciones, registra 9 entradas a Brasil, 12 a Paraguay y 98 a Uruguay, la mayoría en cuatro autos distintos.
La avioneta había sido ofrecida en Facebook por un comerciante a 209 mil dólares, sin comisión. Sin embargo, el valor de venta declarado a la AFIP por el hombre de Concordia fue de 2 millones de pesos: el total, a cambio libre, hubiese llegado a más de 17 millones.
También, se detectó el último viaje a Uruguay del hombre del hangar, ocurrido a mediados de enero, con otros dos argentinos también sospechosos en la causa. Se observó en una segunda vigilancia una tercera aeronave en la pista del hangar de General Campos, blanca y con bandas azules, con un supuesto ingreso ilegal. Está ligada, de acuerdo a seguimientos de redes sociales, a un hombre de Canelones. Otro de los sospechosos ligados al hombre del hangar, compañero de sus viajas a Uruguay, trabaja como instructor de vuelo en una escuela bonaerense.
La avioneta Beechcraft fue encontrada en el allanamiento de Gendarmería, pero no la Cessna. La Beechcraft, sin embargo, es un cabo suelto: según información desde la Fuerza Aérea Uruguaya, no posee registros migratorios hacia nuestro país en el último tiempo, lo que hace suponer que entró de forma ilegal a la Argentina. Poco después, Uruguay remitió fotos aéreas que mostraban que la Beechcraft blanca y azul también realizó las bajadas de droga en Artigas.