En este sentido, el decreto que aumenta la exención del inciso z) del artículo 26º de la legislación implica que “los sueldos anuales complementarios estarán exentos del impuesto a las ganancias si la remuneración mensual del trabajador no supera los $880 mil brutos, lo que equivale a 10 veces el Salario Mínimo Vital y Móvil”.
Se trata de un beneficio extraordinario, con el propósito de que los trabajadores “recompongan el poder adquisitivo, proyectando que esta mejora del salario de bolsillo se traduzca en mayor consumo y actividad económica”.
La medida alcana a 513 mil trabajadores de todo el país que se encuentran sujetos a retenciones del Impuesto a las Ganancias y registran salarios brutos mensuales de entre $506.230 y $880.000. En esa línea, más del 50% de los trabajadores que hoy pagan el impuesto, están alcanzados por el beneficio.
A su vez, implica una mejora de bolsillo promedio por empleado que supera los $110 mil ($ 112.600) y un incremento sobre el sueldo mensual promedio de bolsillo del 26%.
En el caso del aguinaldo, la retención del impuesto se va calculando mes a mes. Por esto, la medida propone devolver lo retenido para estos salarios en dos cuotas mensuales, iguales y consecutivas, junto al cobro de las remuneraciones mensuales devengadas en los meses de junio y julio. Para ello, los empleadores deberán exponer la devolución en un renglón separado del recibo de sueldo, identificando claramente el beneficio de la medida.