El incremento compensará la devaluación del 2% mensual del peso contra el dólar e incorporará la suba de los impuestos a los combustibles, que treparían el equivalente a un punto porcentual.
Sin embargo, el Gobierno deberá emitir un decreto que postergue el resto de las actualizaciones pendientes previstas para el mes que viene. Según cuentan fuentes de la industria consultadas por El Economista, todavía hay un atraso de precios de la nafta cercano al 12% respecto a la paridad de exportación (export parity); es decir, los valores del mercado interno están por detrás de los internacionales, lo que funciona como un desincentivo a vender el combustible al exterior.
Por otro lado, resta la actualización de impuestos pendientes por hasta $ 135 en la nafta y $ 87 en el gasoil, basándonos en la evolución pasada de la inflación, que no se trasladó a los precios de los combustibles.
Con esos tributos, el Gobierno tiene el plan de recuperar 0,5 puntos porcentuales de recaudación, el equivalente a unos US$ 3.000 millones o el 10% del ajuste fiscal previsto para 2024.