Invocó el artículo 38 del Código Procesal Penal que reza: “El juez deberá excusarse o podrá ser recusado, de conocer en la causa, cuando mediaren circunstancias que, por su objetiva gravedad, afectaren su imparcialidad”. Badano se ofendió al entender que la pregunta era impertinente y discriminatoria, se lo contó a García y éste movió sus relaciones en Casa de Gobierno. Virué fue eyectado esa misma tarde y luego la candidata juró como integrante de la Cámara de Casación Penal de Paraná.
Al dejar el cargo de funcionario acudió al Inadi para autodenunciarse. Quería que el organismo que se encarga de desterrar la discriminación evalúe su conducta. El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo nunca dictaminó. El larroquense había sido viceintendente de Raúl Riganti por el PJ y supo estar vinculado al oficialismo nacional. En su momento se hacía hincapié en que era algo así como “un soldado” de Carlos Zannini por haberse desempeñado en un área jurídica en Capital Federal. En rigor, era el director General de Jurídicos de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia. Su relación fue estrictamente laboral.
El nombre de Virué apareció el último tiempo en boca de sectores peronistas para cualquier vacante que se avecinaba en el Poder Judicial. Seguramente sin que él mismo supiera. Suele ser consultado ante polémicas que se suscitan en el seno de la Justicia. Estuvo de acuerdo con la denuncia y el sometimiento de la procuradora adjunta Cecilia Goyeneche al Jurado de Enjuiciamiento, aunque entiende que el fiscal ad hoc al que se acudió no es legalmente correcto para suplir al Ministerio Público Fiscal en la acusación durante el proceso. A la destituida procuradora le cuestiona los movimientos mediáticos a los que apegó para defenderse.
Es muy crítico de la política que ejecuta la Procuración General. Cuando desde el organismo que ejerce el monopolio de la acción penal acordó un juicio abreviado con José Angel Allende en el que devolvía parte del patrimonio que había reconocido haberlo adquirido ilícitamente, entre otras cosas, Virué hizo pública una dura carta contra García. En uno de sus párrafos aseveraba estar ante “una manifestación concreta y expresa de una claudicación ética del Ministerio Público Fiscal y eventualmente del Poder Judicial, es decir del Estado, que exterioriza el siguiente mensaje: roben tranquilos en la función pública, que después devuelven algo y viven placenteramente con el resto de lo robado”. Finalmente ese acuerdo se cayó.
Antes había adherido al pedido de juicio político de la vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Claudia Mizawak.
En lo político siempre tuvo buena relación con los radicales de su ciudad. De hecho, su acercamiento a Frigerio fue a través de su coterráneo, el radical Atilio Benedetti. Hoy trabaja en los equipos técnicos del precandidato a gobernador.
El oficialismo pierde un hombre importante y voz autorizada en el plano judicial.