Al llegar al lugar del enfrentamiento, cerca de la calle Nº2 (en la zona donde se encuentra una especie de muelle), los uniformados se encontraron con el siguiente panorama: dos grupos de menores de edad, de entre 10 y 14 años, que se empujaban los unos a los otros.
Ambas fracciones de jóvenes, conformadas por entre 4 y 5 chicos cada uno, trascendió que en el calor de la discusión incluso llegaron a amenazarse con palos y gomeras.
Ante tal panorama, los funcionarios calmaron los ánimos de los chicos y luego de unos minutos se retiraron del lugar, que habitualmente muchos eligen para arrojarse a las aguas del río Gualeguaychú, pese a no estar permitido.