Según el informe preliminar autópsico, Liliana Leonhardt falleció a causa de una sepsis generalizada. Su familia cree que la mujer de 51 años murió producto de una mala praxis médica y decidió llevar el caso a la Justicia. Sin embargo, el Cuerpo Médico Forense, encargado de la realización de la autopsia, todavía no se expidió sobre los resultados anatomopatológicos y toxicológicos, que podrían despejar las dudas.
Habitualmente, cuando desde la Justicia se le solicita al Cuerpo Médico Forense la realización de una autopsia, pueden pasar entre tres y cuatro meses hasta que se conocen los resultados. Sin embargo, en este caso ese tiempo se triplicó.
No daban con el diagnóstico
Liliana tenía 51 años y trabajaba como bibliotecaria en el Instituto Magnasco. El 29 de agosto a las 16 llegó a la Clínica Médica San Lucas, por un fuerte dolor en la cadera. Se decidió infiltrarla y regresó a su casa. Alrededor de las 20, volvió con un cuadro más complicado. Presentaba taquicardia y presión alta. Desde ese momento quedó alojada en Terapia Intensiva.Según su familia, tenía un terrible dolor de columna “que luego se comprobó, a partir de una resonancia, que se debía a una hernia de disco”. Poco después, Liliana pasó a sala común y cuando se le iba a practicar un estudio importante “se rompe el tomógrafo de San Lucas”. El 2 de septiembre regresa a Terapia Intensiva con un deterioro neurológico severo, con compromiso encefálico y fallo renal, y una diarrea sangrante.
La situación se agravó y no se daba con el diagnóstico. Los médicos de San Lucas recomendaban un traslado a un centro de mayor complejidad y desde la Obra Social de Trabajadores de las Comunicaciones (OSTRAC), a la cual pertenecía Liliana, se ofrecía la clínica La Merced, de Martín Coronado, en la provincia de Buenos Aires. Esta oferta no convencía a los médicos porque no se trataba de un centro de salud muy diferente al de Gualeguaychú. El tiempo transcurría y no se llegaba a ningún acuerdo. Como no se definía un lugar para trasladar a Liliana, sus familiares presentaron una cautelar al juez de Familia, Héctor Vassallo, la cual fue desestimada. En medio de estos vaivenes, Liliana murió el 3 de octubre.
El grupo de trabajo que dirige el médico forense Luis Moyano practicó la autopsia sobre el cuerpo la mujer que, tras ser exhumado, fue alojado en una cámara de frío a temperaturas bajo cero para frenar el proceso de putrefacción. De este examen se desprendió que Liliana Leonhardt murió a causa de una sepsis generalizada, pero no hay indicativos que demuestren una mala praxis. Por ello, y para tener un análisis más preciso, se requirieron los estudios complementarios. Estos son los que por el momento están demorados.
“Me parece extraña” la demora
Lorena Leonhardt, hermana de la víctima, indicó que el pasado lunes su querellante presentó una intimación formal ante el juez de Garantías, Mario Figueroa, “porque ya nos parece irracional y no tiene explicación lógica esta demora”.Según explicó, esta petición que presentó su abogado José Velazquez, oriundo de Paraná, “es una intimación para que el juez defina si nos da una audiencia con los forenses, si les pone un plazo determinado para que contesten o les aplica un pago por mora por cada día de demora en contestar la autopsia”.
Esta decisión la tendrá el magistrado y es muy posible que ello se conozca a principios de la semana próxima. “O envían el informe de la autopsia o se consideran incompetentes una de dos, porque yo tengo el cuerpo de Liliana en cámara para solicitar una nueva autopsia en el Cuerpo Médico Forense de la Nación, aunque esto sería tremendo porque ya pasó mucho tiempo”, reconoció Lorena sobre la posibilidad de un nuevo análisis forense.
La fiscal Martina Cedrés realizó innumerables reclamos para tener de forma rápida el ansiado informe final, pero “siempre contestaron con excusas, que estaban pidiendo estudios complementarios y demás”, señaló Leonhardt, y agregó: “Ella (Cedrés) intimó y el plazo se venció el 25 de junio y le contestaron con evasivas que todavía no pueden resolver, no pueden decidir, que están viendo, que están evaluando, excusas, y nos pidió que nosotros presentemos una intimación como querella para tener una herramienta más”.
“A mí me resulta extraño y preocupante, no es habitual esta demora, yo entiendo que el caso de Liliana es un caso complejo, que tuvo muchas cirugías en su internación y hay muchas cosas que podían haber determinado la muerte; eso uno lo entiende, pero yo podría haber comprendido 6 meses de demora pero 10 meses me resulta sospechoso. No quiero pensar mal, pero no me gusta nada. Me parece alarmante y la Justicia debería hacer algo”, opinó.