El hallazgo se produjo el 3 de diciembre pasado, cuando policías encontraron en la banquina de la ruta nacional 12 un Scania R113M/1996 con semirremolque, cargado con arroz. Su conductor les dijo que se había quedado sin combustible y convocaron a personal de la Sección Seguridad Vial “Ceibas” de Gendarmería, que llegó al lugar y comenzaron a remolcar al rodado hacia el kilómetro 151, a la altura del acceso a Villa Paranacito.
Era una situación casi cómica: gendarmes transportando un vehículo con un gran cargamento de droga en auxilio al camionero. En ese momento, uno de los efectivos sintió olor a marihuana que salía del camión, por lo cual se acercaron, revisaron y observaron anomalías en la carrocería.
Le solicitaron a Mereles Ledezma la documentación del vehículo y del viaje, constatando que no se correspondían los datos del conductor que ingresara el vehículo al país a través de la frontera ubicada entre Encarnación (Paraguay) y Posadas, y que en solo una de las copias figuraba el cambio de chofer, sin sello de la autoridad aduanera. Asimismo, advirtieron que el precinto se encontraba con signos de haber sido violentado.
Fueron suficientes argumentos para dar intervención al perro detector de drogas, que reaccionó tal como lo hace ante la presencia de estupefacientes: quitaron la carpa del semirremolque y encontraron sobre la carga de arroz paraguayo, bultos de diferentes dimensiones envueltos en bolsas plásticas.
Así, se realizó un escaneo de la carga del rodado donde se constató la presencia de material orgánico distinto al consignado en el MIC/DTA y, posteriormente, en el Escuadrón Gualeguaychú de la Gendarmería se observó, oculto entre la carga de arroz, 91 paquetes de cannabis sativa. En su totalidad pesaban 978,4 kilos.
El Juzgado Federal de Gualeguaychú intervino y siguió el trámite de rigor: secuestro de la droga y detención del chofer. En la documentación de destinación en tránsito se habría consignado que el camión había ingresado al país el 1º de diciembre por el puente internacional Posadas- Encarnación y que tenía como destino la ciudad de Santiago, República de Chile.
Como consecuencia de ello, el 6 de diciembre el juez federal Hernán Viri indagó a Mereles Ledezma y el 19 dictó su procesamiento y prisión preventiva por el delito de “Tráfico de estupefacientes en la modalidad de transporte”.
La versión del chofer y sus “inconsistencias”
Mereles Ledezma declaró en la indagatoria en el Juzgado Federal, con un relato que para la Justicia tiene “inconsistencias”, sobre todo en lo que respecta a uno de los celulares que llevaba consigo.“Me lo dio mi tío -afirmó el imputado-. El celular era por cualquier cosa para comunicarme con él. En el viaje no me comuniqué con él ninguna vez… Desde que salí de la Aduana no me comuniqué con mi tío por ese celular. Sólo usé ese celular para ver YouTube, nada más”.
Interrogado respecto a si habría utilizado la aplicación WhatsApp, respondió: “Llegué a entrar, pero no lo usé para comunicarme con nadie, tenía muchos mensajes el celular, pero no los leí porque eran mensajes ajenos”.
De la pericia realizada sobre este teléfono, la Cámara Federal remarcó en su resolución que “surgen mensajes y conversaciones -algunos de ellos borrados- 6 horas y media después de que el camión habría cruzado la frontera, y que presumiblemente el teléfono ya estaba en su poder”.
Cabe mencionar además que el tío de Mereles Ledezma cuenta con un pedido de captura nacional e internacional, y también se investiga la posible participación de una persona señalada por el procesado como despachante de aduana por su presunta intervención en la operación narco.