En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio Plaza), Benetti señaló que “desde diciembre de 2023 en adelante, ha sido sistemáticamente un ataque a los sectores más desfavorables y en lo que nos toca más de cerca a la agricultura familiar, los pequeños productores, con la eliminación del Instituto de Agricultura Familiar, del Pro Huerta, el desfinanciamiento de la ley caprina y ovina, la desaparición del Programa de Cambio Rural; a todos los programas que incentivaban el desarrollo de los pequeños productores y la agricultura familiar en general los han ido desfinanciando o eliminando. El Programa de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar (Prodaf) es uno de ellos, financiado en gran parte por fondos internacionales, por el BID, pero a la vez con una contraparte nacional y provincial”.
Sobre el funcionamiento del Prodaf, detalló que “era un fideicomiso integrado por fondos internacionales, más un porcentaje que aportaban la Nación y la provincia. Había una unidad nacional y una unidad provincial que ejecutaba el programa, que se aplicó desde 2013 a 2019, y en este momento no se estaba ejecutando. La provincia había decidido destinar los fondos para los productores citrícolas y tamberos, y en el tiempo en que se ejecutó llegó a más de 300 productores de cada sector”.
“Estaba destinado a productores de la agricultura familiar un poco capitalizados, que debían hacer la inversión, por ejemplo, en un sistema de riego, la compra de maquinarias para el tambo, arreglos de la saña de ordeñe, etc, y luego el programa le devolvía el 40% de esa inversión. No solo era importante el financiamiento que ayudaba al productor para recuperar parte de lo invertido sino también toda la estructura detrás del programa que era la asistencia, el acompañamiento, el seguimiento tanto de técnicos de la provincia como del INTA”, apuntó.
Respecto del contacto con funcionarios del área provincial, indicó que “desde el Ministerio de Desarrollo Económico, ex Ministerio de Producción, oficialmente no nos han dicho nada; existe la Coordinación de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar en la provincia, pero no se sabe a qué están dedicados porque hoy no se está ejecutando ninguno de estos programas ni proyectos, ni tampoco hay ninguna línea específica que reemplace a estos programas, al menos que nosotros conozcamos. En su momento se había dicho que el crédito para sostener la producción ovina y caprina, la provincia se iba a hacer cargo, pero hasta el momento no hay nada oficial, al igual que con el Pro Huerta y la compra de semillas para sostener las huertas familiares”.
Acotó que “el programa estaba destinado a productores del estrato medio de la agricultura familiar, productores de cítricos de entre 15 y 100 hectáreas, y tamberos con hasta 50 cabezas. Hablamos en la provincia de unos 800 citricultores y unos 500 tamberos, de los cuales entre 2013 y 2019 fueron alcanzados 300 en la cadena láctea y otros 320 en la cadena citrícola. Quedan productores sin alcanzar”.
“Hay productores que están un poco capitalizados, pero de igual modo no tienen acceso a un crédito bancario, y estos programas le sirven para poder dar un salto en la tecnología, en maquinarias, en mejorar sus establecimientos y poder sostenerse en la actividad. El tambero es un sector que viene históricamente en crisis y vemos cómo año a año van desapareciendo tambos, pero estos programas ayudaban a esos pequeños productores”, refirió.
En tal sentido, evaluó que “sin estas políticas se profundiza la crisis, al retirarse el Estado del acompañamiento en lo financiero y en lo técnico lo perjudica mucho más que a un productor grande”.
“La situación es crítica, lo venimos denunciando desde el año pasado y creemos que es necesaria la ayuda y el acompañamiento del Estado para poder sostener a este tipo de productores pequeños”, advirtió.
En este contexto, especificó que “según el Registro Nacional de Agricultura Familiar, se registraron cerca de 3.200 productores de distinto tipo; Entre Ríos es una de las provincias más diversificadas del país con productores citrícolas, tamberos, apícolas, hortícolas, pescadores artesanales, y otros. De todos modos, por fuera del Registro hay muchos más, ya que, por ejemplo, hay más de 5.000 productores por debajo de 50 hectáreas en la provincia”.
Habló en este marco de una migración del campo hacia la ciudad: “No tenemos una cantidad específica, pero lo vemos diariamente con compañeros que expresan la situación, que tienen que mudarse a la ciudad para buscar alguna changa o trabajo para hacer porque en el medio rural se les complica. Muchos se sostienen en el medio rural porque viven de la caza de ciervo, chanchos salvajes, palomas, pero con eso solo no se puede vivir. Y en la provincia no hay un programa que esté suplantando lo que se cerró, el área de Desarrollo Rural está muy metida y articulando con Vialidad en la captación de fondos para mejorar los caminos rurales, pero vamos a tener los caminos en buen estado para que transiten los camiones con granos y van a transitar pocas familias rurales porque se están yendo”.
“Este es el modelo que quieren el gobierno nacional y el gobierno provincial, un modelo que fomenta el agronegocio, el comercio y que el mercado se regule solo, donde el pez más grande se come al pez más chico. Ya hemos visto en otros periodos cómo las colonias se han ido despoblando, y uno o dos personas que vienen de afuera, compran y se quedan con los campos de quienes vivían en esas zonas”, concluyó.