Durante el gobierno de Alberto Fernández, unos 30.000 argentinos tramitaron y consiguieron la residencia en Uruguay. La cifra ha ido creciendo de forma exponencial desde la pandemia, donde en Argentina se instauró una política de cuarentena obligatoria. Sin embargo, en los primeros nueve meses de 2023, en un año electoral en el que el oficialismo no fue favorito, decrecieron notablemente las solicitudes.
Fernández, tras su exitosa alianza con Cristina Fernández de Kirchner -que luego, como era esperable, se desintegró-, tomó el bastón de mando el 10 de diciembre de 2019. Ese año, en el que gobernó mayormente Mauricio Macri, hubo 1.928 pedidos de residencias uruguayas. La cifra se fue a 5.335 en 2020, el primer año de la pandemia de covid-19; llegó a 8.905 en 2021 y pasó a 11.016 en 2022.
De enero a octubre de 2023 las solicitudes fueron 3.686, según datos oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores y la Dirección Nacional de Migración, quienes mantienen el registro de este trámite. De enero de 2019 a octubre de 2023, 30.870 argentinos decidieron tramitar la posibilidad de vivir en Uruguay. No quiere decir que todos se hayan ido de su país; hay quienes van y vienen con asiduidad.
El embajador de Uruguay en Argentina, Carlos Enciso, dijo que la apertura de Luis Lacalle Pou con “la libertad responsable” fue una de las razones que llevaron a que una gran cantidad de personas decidieran hacer el trámite para tener la posibilidad de cruzar el charco. Pero no fue solo eso. “A la libertad responsable y una política abierta a la región, al mundo, y por supuesto a los argentinos, para atraer inversiones, con nuestra tradicional certeza jurídica, se le suma también la facilidad en el trámite para sacar residencia que tienen los ciudadanos del Mercosur”, explicó el embajador. Para este se pide solo partida de nacimiento, antecedentes penales y una dirección, que no tiene que ser de una vivienda propia.
Pero también, con seguridad, este “éxodo” tenga que ver con la situación económica que ha tenido que atravesar Argentina durante los últimos años. Fernández le entregará a Javier Milei las llaves de un país que está bailando al borde del abismo. Los siempre cuestionados datos oficiales, los que proporciona el Indec, ya de por sí son desgarradores. En el primer semestre de 2023 el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza fue el 30%, que equivale a más del 40% de la población. Dentro de este conjunto, hay 7% de hogares que están por debajo de la línea de indigencia.
Si pasamos de la frialdad de los porcentajes a hablar de cantidad de personas, la tragedia es aún más palpable: son 2.977.246 hogares y 11.769.747 hombres, mujeres y niños que son pobres o indigentes. El desempleo, sin embargo, es menos del 7%. O sea, hay muchos pobres que tienen trabajo. En octubre pasado, el mes en que se celebraron las elecciones, el alza mensual del IPC fue de 8,3%. En la comparación interanual fue 143%. Venezuela, el país con más inflación en el mundo, no está tan lejos: acumuló 158% de enero a setiembre.
Fuente: El País de Montevideo