Considerando la temática polémica que aborda esta nota dejo en claro, como autor de la misma, que me responsabilizo 100% de su contenido. El medio que la publica puede o no estar de acuerdo con los fragmentos aquí vertidos.
Entrenado en temática: La izquierda socialista, sobre todo la ligada al escritor quizá más refutado de la historia (me refiero a Karl Marx), ha recurrido durante décadas, a una eficiente deformación del lenguaje que sorprendería al mismísimo George Orwell (consultar su distópica novela “1984”). Así, esta manipulación llevó a que el liberalismo sea forzosamente asociado a la “extrema derecha” o al fascismo. La asociación, como anticipé, es ignorante o maliciosa.
El fascismo tuvo su época de mayor auge y popularidad en las décadas de 1930 y parte de la del 40 cuando sus antiliberales principios fueron aplicados con brutalidad por Adolf Hitler en Alemania y por Benito Mussolini en Italia, con pretensiones expansionistas que llevaron al peor baño de sangre de la historia.
Mientras tanto en Argentina, un joven militar, miembro del Grupo de Oficiales Unidos (GOU), agrupación filo fascista, accede al poder mediante un golpe de estado en 1943, ocupando los cargos de ministro de guerra, secretario de trabajo y previsión, vicepresidente y finalmente en 1946 el de presidente de la nación. La versión criolla del fascismo, cabe aclarar, no contó con campos de concentración ni intentos de exterminio a sectores minoritarios. El nacional socialismo atenuado del régimen contó con muestras de autoritarismo menos atroces, pero en extremo indignantes, tales como la expulsión de 2000 académicos de instituciones públicas, entre ellos el genial escritor Jorge Luis Borges, retirado de su cargo en la Biblioteca Nacional para ser destinado a “inspector municipal de aves”. A la vez, tal como comenta la historiadora Luciana Sabina en sus redes, comenzaron a infiltrarse policías de civil en aulas y oficinas universitarias.
Propongo que analicemos las características principales del fascismo, y sus puntos en común con el socialismo marxista de lo que resultará, por lógica, que lo estrictamente contrario al fascismo es el liberalismo.
Fuerte intervención el Estado y nacionalización de empresas
El fascismo, a diferencia de los regímenes marxistas, no pretende estatizar todas las empresas o medios de producción, si no aquellas que consideran “estratégicas”. Respecto a las demás, permite una titularidad privada relativa, ya que la jerarquía gobernante impone directrices sobre las mismas en contra del espíritu de libre empresa que propugna el liberalismo, y que tiene como condición necesaria la propiedad privada de los medios de producción.
Colectivismo/Totalitarismo
El mismo Benito Mussolini sintetizó el espíritu del fascismo con su famosa frase “Todo dentro del Estado, nada fuera del Estado”. Los marxistas comparten el espíritu anti individualista del fascismo, en efecto se trata regímenes totalitarios. En cambio, el mal entendido individualismo de los liberales refiere a que, para estos, la menor minoría la constituye el individuo, y por tanto no deben sacrificarse sus derechos a la vida, a la libertad y a la propiedad, en nombre de la comunidad, el partido, la nación, o de cualquier otra denominación colectiva. En teoría económica, lo mencionado tiene su correlato en el individualismo metodológico, ya que, siguiendo a Ludwig von Mises “Toda actividad económica es acción racional. Toda acción racional es en primer lugar acción individual. Solo los individuos piensan. Solo los individuos razonan. Solo el individuo actúa” (Mises, 1922)Contrarios a la libertad de mercado
El desprecio de los marxistas por la libertad de mercado es bien conocido, así como su contra propuesta de que órganos de planificación centralizada impongan las decisiones económicas generales en detrimento de la libre interacción de los agentes individuales. Existe una frase que circula por las redes que refleja lo señalado, desconozco su autor, pero es muy ilustrativa, afirma: “Te quieren hacer creer que el mercado son unos pocos hombres de traje, y que el estado somos todos; pero es justamente al revés”.Por el lado del nazi/fascismo cabe recordar que “nazi” es la abreviatura de Nacional Socialismo. El nombre del partido dejaba claro que lo que se pretendía era instaurar un socialismo con elementos nacionalistas, o un nacionalismo con elementos socialistas, como sea: un régimen totalmente contrario al sistema propuesto por el liberalismo. Al respecto, un biógrafo del Adolf Hitler, el escritor Brendan Simms, afirma que el odio hacia los judíos estaba más ligado a la asociación que hacía el dictador alemán de estos con el capitalismo, que por cuestiones raciales.
La siguiente frase de Jospeh Goebbels, ministro de Propaganda del nazismo, no deja dudas sobre el antiliberalismo del movimiento: “Somos socialistas… enemigos del actual sistema económico capitalista con su explotación de los económicamente débiles…”
Control de los medios de comunicación
¿Existe medio de comunicación independiente en la Cuba castrista? ¿Lo hay en Corea del Norte? Claro que no, porque cuando no existe propiedad privada de los medios de producción, tal como propone el liberalismo, es imposible la libertad de expresión. Esto se debe a la sencilla razón de que para poder transmitir al público nuestras ideas necesitamos de medios materiales: computadoras, papel, impresoras, salones, micrófonos, ondas de radio, instalaciones, cámaras, etc. Si esos medios no están en manos privadas, en libre competencia, la única libertad de expresión posible es adular al tirano de turno que los controla.Por lo tanto, solo bajo un sistema de propiedad privada y libre competencia empresarial es realizable la libertad de expresión. ¿Podría el autor de esta nota escribir como lo hace en Cuba o Corea del Norte? ¿O en la Venezuela de Maduro sin riesgo de ser apresado o asesinado?
Algunos curiosos referentes de los promotores de la marcha auto percibida antifascista
Gran parte de los convocantes a la marcha, más anti libertaria que anti fascista, tienen por referentes a Juan Perón, Eva Duarte y al “Che” Guevara. Para no extenderme demasiado dejaré algunas frases de los citados, y que el lector saque sus propias conclusiones acerca de que tan alejados del fascismo y de la intolerancia estaban tales personajes:
“Voy a terminar con este gobierno de putos y marxistas” (Perón, criticando al gobierno de Cámpora, 1973).
“La consigna para todo peronista, esté aislado o dentro de una organización, es contestar a una acción violenta ¡con otra más violenta! ¡Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de los de ellos!” (Perón, 1955).
“Seremos implacables y fanáticas. (…) Aquí nadie es dueño de la verdad, nadie más que Perón, y antes de apoyar a un candidato exigiremos un cheque en blanco de lealtad a Perón, que llenaremos con su exterminio cuando no sea lo suficientemente hombre para cumplirlo” (Eva Duarte en discurso a mujeres, video disponible en YouTube).
“El trabajo los hará hombres” (consigna desmoralizante promovida por el Che Guevara en un campo de trabajo forzado donde se esclavizaba a homosexuales, entre otras minorías).
Frases cargadas de intolerancia de estos 3 personajes curiosamente asociados al “progresismo” las hay en cuantía, pero concluyo aquí, el lector podrá encontrar más de ellas si desea alimentar su indignación.
Este texto ha sido escrito horas antes de la marca autodenominada “Del orgullo antifascista, antiracista y LGBTIQNB+” convocada por opositores al gobierno de Javier Milei.
Fuente: El Entre Ríos.