El diputado provincial de Juntos por el Cambio, cuestiona la forma en que se gestionan los fondos de Vialidad Provincial. Se trata éste de un organismo al que, en su momento, el relato seguramente fantasioso de muchos, lo consideraba como una suerte de “aguantadero” de dirigentes políticos del oficialismo de turno, a quienes se los convocaba para cubrir cargos en el mismo, ante la imposibilidad de encontrarles otro conchavo de acuerdo a sus aspiraciones.
Frente a esta situación, cabría decir que cuando el río suena es porque agua trae, aunque es de nuestro conocimiento, que a lo largo de los años, han existido designaciones de ese tipo, que han recaído en personas que a sus antecedentes sumaron capacidad y empeño en el ejercicio de sus funciones. Mientras tanto, el meollo de la denuncia del mencionado legislador reside en la circunstancia que “hace tiempo que venimos señalando que Vialidad administra muy mal los fondos. Su responsabilidad es gestionar los recursos para invertirlos en obras, no para guardarlos en bancos. El año pasado señalamos que tenía plata inmovilizada en sus cuentas por más de 700 millones de pesos, ahora, con el ejercicio 2021 cerrado, vemos qué de la parte del impuesto inmobiliario rural destinado específicamente para mantenimiento de rutas secundarias, se recaudaron $1.208 millones, pero solo se ejecutó la mitad de ese presupuesto y claramente nuestros caminos necesitan la inversión. Acá se evidencia el producto de una mala gestión por parte de Vialidad Provincial y un absoluto silencio por parte del Gobernador Bordet sobre este tema”.
Se trata de un juicio concluyente, que se remata con la afirmación que “las Zonales de Vialidad se caen a pedazos porque no tienen los recursos para el mantenimiento de las obras de su jurisdicción”. Nos encontramos de esa manera ante una denuncia consistente, que exige una respuesta –nos parece más adecuado expresarlo de esa manera que hablar de “refutación”- que resultaría a todas luces insuficiente si sólo se limita a una negativa cerrada, adornada con palabras que suenan a vacías, cuando no a rimbombantes, ya que nos encontramos ante una situación de esas en las que a “los números hay que hacerlos cantar”. O sea, dejar establecido si se gastó o no en obras y trabajos viales de mantenimiento, como se ha afirmado tan solo la mitad de los recursos disponibles y, de ser así, cual es la explicación de que ello haya sucedido de ese modo. Sobre todo, teniendo en cuenta el decir esperanzado con el que se escucha a nuestro gobernador, cuando se refiere a la obra vial, acompañado por el coro de voces coincidentes de funcionarios del área.
Demás está aludir a la importancia que tienen en nuestra provincia los caminos rurales, los mismos que en épocas del gobernador Montiel fueron bautizados con un nombre que lo dice todo, cual es el de “rutas de la producción”. Es por lo mismo, que la pregunta que cabe hacerse es si no sería interesante volver a los “consorcios camineros” de otros tiempos, en los que la conservación en condiciones de transitar de manera más o menos permanente esas rutas estaba a cargo de los propietarios o arrendatarios vecinos, que contaban con fondos y maquinarias suministrados por el gobierno provincial. O, como en alguna ocasión ha sucedido, delegar esa función en las municipalidades de los municipios vecinos, en lo que significará una extensión con este propósito exclusivo de su ejido, quedando el financiamiento de esos trabajos a cargo del gobierno provincial.
Existe una circunstancia que puede pasar inadvertida, que hace que las rutas de la producción sean más que eso, cual es el hecho que conservarlas transitables en todo tiempo, contribuiría a ayudar a detener el éxodo rural, el mismo que viene vaciando nuestros campos de pobladores.