“Homicidio en ocasión de robo”, la causa sobre la muerte del ingeniero y productor ganadero Pascual Enrique Viollaz (80), ocurrida el 25 de mayo de 2020, tiene fecha confirmada para juzgar a sus seis imputados.
Una vez concluida la Investigación Penal Preparatoria a cargo del fiscal Alejandro Perroud, la causa fue remitida a Juicio por Jurado en el mes de junio -prácticamente un año después del hecho-, aunque en realidad la audiencia estaba prevista para semanas antes y se vio retrasada por la situación sanitaria ante el Covid-19.
Cumplidas las etapas de admisión de pruebas y evidencias en la órbita del Tribunal de Juicio de Concepción del Uruguay, se avanzó con la designación del vocal de cámara Rubén Chaia como juez técnico, encargado de presidir el juicio que contemplará la participación de un jurado popular: del padrón anual de jurados (compuesto por 3 personas cada mil habitantes) se sortean, al menos, 36 -mitad mujeres y mitad hombres- de esta jurisdicción. De allí quedan seleccionados 12 titulares y 4 suplentes (también de ambos géneros, en partes iguales).
¿Culpable o no culpable?, será lo que deba decidir el jurado que tendrá intervención, una vez concluidas las audiencias de debate que se llevarán adelante del 1º al 10 de diciembre en Colón, que así verá transcurrir el primer Juicio por Jurado de su historia a nivel departamental.
Perfil de la víctima
Ingeniero jubilado y productor ganadero en actividad, Viollaz transcurrió sus últimos años en una vivienda de grandes dimensiones que había construido tras emprender el regreso definitivo a su Villa Elisa natal, en un amplio loteo perteneciente a su familia.Pese a tener un buen pasar económico, vivía de manera tan austera como reservada, junto a sus dos perros. Era soltero y, si bien tenía hermanos y sobrinos, al parecer, no los frecuentaba en forma permanente. Y la distancia con sus vecinos más próximos databa de, al menos, unos 100 metros; entre ellos, Estancia “El Porvenir”, nombre del museo local.
A lo largo de una trayectoria poco conocida en su ciudad, llegó a ser profesor titular en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y profesional principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), hasta su jubilación en el año 2005. Se había recibido de Ingeniero Químico en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y, posteriormente, de Ingeniero en Petróleo en la Facultad de Ingeniería de la UBA.
En sus 37 años de permanencia en el Departamento Industrias de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, cumplió un destacado rol en la actividad docente dentro de las áreas de Operaciones Unitarias y Procesos Químicos. Sus aportes en el estudio y modelado de la transferencia de masa y calor en el secado y las propiedades de sorción de sólidos, “contribuyeron a hacer del Departamento de Industrias un referente internacional en el área de deshidratación de alimentos”, manifestaron desde la institución al hacerse eco de su fallecimiento.
Sus colegas de Industrias llegaron a llamarlo “la biblioteca parlante” y, para muchos de ellos (investigadores, docentes y tesistas), fue un profesional de referencia y constante consulta por sus conocimientos e ideas originales, que no dudaba en compartir: “Cuando ya dábamos por irresoluble alguna dificultad en nuestro tema de investigación o en la resolución de algún problema, recurríamos a Pascual. Aunque no fuera de su temática específica, leía, investigaba, buscaba en la biblioteca y siempre proveía una solución”.
Eterno estudioso, lector empedernido y de una lucidez privilegiada para su edad, era visto casi en forma diaria en la biblioteca popular elisense y de manera asidua en las sesiones del Concejo Deliberante local, como así también aportando sus conocimientos en sucesivas instancias de participación ciudadana.
Quiénes son los imputados
A poco del hecho, su investigación derivó en una serie de allanamientos que dieron como resultado el secuestro de una importante cantidad de elementos relacionados a la causa, como así también la detención de un total de seis personas.Juan Carlos “Maneco” Castro (56), de Colón; Luis Sebastián “El Sordo” Herrlein (39), domiciliado en Concepción del Uruguay; Rosendo Larroza (44), también de “la histórica”; Andrea Elizabeth Amaro (25), con residencia en Colón; Mario Ricardo González (49), de Concepción; Raúl José Granton (73), vecino de colonia El Pantanoso, cerca de Villa Elisa.
Herrlein por su recordada fuga y Amaro tras reiterados incumplimientos de la prisión domiciliaria permanecen detenidos en unidades penales, en tanto Grantón y González gozan de libertad condicional y Castro y Larrosa cumplen domiciliaria con pulsera electrónica.
Fuente: El Entre Ríos