“…Y ves, que esta trsiteza no puede ser,
que algo mejor tiene que haber
algo por donde salir a andar…”
(fragmento de “Todo Pasa”, Los Piojos, Tercer Arco, 1996)
“Siempre supe que estaba sana”, dice la autora del libro que pone el foco en el relato vivencial, en primera persona y profundamente optimista de cómo atravesar el cáncer. Sí, experimentó una de las enfermedades más asociadas a la puja entre la vida y la muerte, con la certeza de estar sana.
¿Cómo lo hizo esta mujer que hoy tiene 35 años? ¿Por qué contarlo en un libro que lleva por título el mismo que un tema de su banda favorita: Los Piojos? ¿A qué aferrarse cuando a los 32 años el diagnóstico concluyente decía que tenía un Carcinoma Ductal Invasivo? ¿Cómo no tener entre los pensamientos el recuerdo de esa abuela que, por la misma razón, falleció cuando apenas tenía 42?
“A los libros los repartí por toda la ciudad porque mi intención es que, al que pueda necesitarlo, le llegue o por lo menos unas palabras”, indicó al ser contactada por El Entre Ríos.
Conociendo a la escritora
Carolina Pedroni hablará de “cascos fríos porque hay gente que ni sabe que existían para no perder el pelo”, pero también hablará de su niñez, familia, amigos y esposo. Lazos que ella misma fue tejiendo y consolidando. En síntesis, mostrará que nada grande puede hacerse sin alegría, parafraseando a Jauretche, aunque eso que está enfrente es el cáncer.“Caro” estudió la Tecnicatura en Producción de Bioimágenes en la Cruz Roja de Santa Fe y, luego, hizo la Licenciatura de Bioimágenes en la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en Santa Fe. Ese es su perfil profesional, pero lo más importante está en lo que ella misma relató en “Todo Pasa”: “Soy de mucho sonreír, creo es lo que más hago en el día, soy muy divertida y eso me identifica”, confesó.
“Amo los animales, sobre todo los perros, son mi debilidad; amo el mar, el sol y la arena; me fascina bailar, sobre todo las danzas brasileras, hacer gimnasia; me encanta trabajar con personas/pacientes, por eso estudié radiología”, reconoció y agregó: “me encanta charlar, los que me conocen lo saben demasiado, ja, ja, ja”.
Esa es la joven que actualmente vive acompañada de quien es su marido, Maxi, y sus tres “amores perrunos”: Candy, Berta y Moomy. El libro, editado y producido por Editorial Servicop, en La Plata, durante septiembre de 2023, tiene 56 páginas en las que el lector se sumergirá hasta terminarlo indefectiblemente en un par de horas. Ágil, breve y no menos intenso, es recomendable por donde se lo mire.
“Un estado de ser”
Hay un tramo del libro que vale citar, sin caer en el spoiler, y es el siguiente que aparece luego de contar el momento en que su doctora le dio la noticia que tanto esperaba: “no existe rastro del tumor”.Aseguró que “una de las cosas de las que me he dado cuenta es que en todo este tiempo no he conseguido lograr creer más que en mí misma. Agradecía siempre a todos aquellos que me tenían en sus oraciones, como cuando me decían rezo por vos, y yo les decía que sí, porque yo no rezaba, pero no logré nunca tener fe, y acá estoy, completamente sana”.
“Creo que Dios no es un ser, sino un estado de ser, y una de las cosas que me llamó mucho la atención en una lectura y que me fascinó, porque en verdad creo que es así, es que las personas pierden su tiempo tratando de conocer la verdad de la vida de Dios, pero se pierden lo más hermoso, conocer SU propia vida, la propia vida de cada uno”, reflexionó.
“Lo que pasó, para poder ayudar”
“Le pedí a todos lo que tenían el libro que lo hagan circular, los hagan pasar y me los devuelven así siguen circulando”, destacó al ser consultada al respecto. “Todo sin costo, hay quienes me dicen: ‘te lo compro’ y yo les digo que no, porque el fin mío es que llegue, una frase al menos. Yo con esto estoy feliz”, aseguró.
“Que pueda ayudar en algo, yo ya soy más que feliz. Siento que todo lo que me pasó era para esto, para poder ayudar”, destacó en el mismo tono que lo escribió en el libro: “No pretendo decirles cómo deben vivir su vida ni mucho menos dar consejos de cómo cambiarla, pero si mi historia ayuda a alivianar el proceso y a crearles un ambiente más pacífico, con eso ya habría logrado mi objetivo”.
“…y brillo loco en la bandeja están sus ojos negros
pero ya basta, ya basta, sabemos que terminó”.
(final de “Todo Pasa”, Los Piojos, Tercer Arco, 1996)
Fuente: El Entre Ríos.