Cualquiera puede generar contenidos para este sitio de noticias descentralizado. Un periodista envía un artículo y un mecanismo de inteligencia artificial se encarga de revisar el contenido y decidir si pasa el filtro para ser publicado o no. El modelo despierta tanto interés como resistencias entre los periodistas. ¿Un nuevo tiempo para los medios de comunicación?
Un medio sin periodistas
En palabras de uno de sus fundadores, Jay Zalowitz, Ramblist se presenta como “un sitio web de noticias (www.ramblist.com) donde cualquiera puede escribir y editar noticias, tenemos una infraestructura de inteligencia artificial para ayudar a escribir y expandirse a la cadena de bloques (Blockchain) mientras hablamos”. Así se anuncia este nuevo sitio que aparece entre las primeras experiencias de una redacción “distribuida”, es decir, sin un espacio físico que compartan editores, periodistas, diseñadores y demás. El modelo está pensado para que cualquiera pueda enviar sus contenidos y recibir una paga si la inteligencia artificial decide que la nota vale la pena ser publicada.En todas partes, y en ninguna
El sitio de noticias Ramblist adoptó su modelo de la experiencia generada por las criptomonedas, que utilizan la tecnología de blockchain para asegurar transacciones inalterables gracias a su modelo distribuido, donde todos y nadie tiene el control. Este es el modelo que impulsa lo que se conoce como la web 3.0 y que los fundadores de Ramblist tomaron para aplicar a las noticias. Jay Zalowitz y Aly Owens decidieron llevar la descentralización a las noticias e impulsarlas por un software de inteligencia artificial que interviene en la selección y publicación de los contenidos.La potente idea detrás de este modelo es que el intercambio de noticias no está regulado por ningún ente o editor centralizado, sino que es una inteligencia artificial quien regula el intercambio. Ahora bien, hay que decirlo, el modelo con el que esa inteligencia artificial selecciona los contenidos a publicar fue entrenado por humanos, con criterios específicos. La buena noticia es que este tipo de inteligencia se va autodepurando con el paso del tiempo y mejorando los criterios de selección en la medida que aumenta el caudal de contenidos que recibe.
Un modelo que entusiasma y preocupa
Esta iniciativa se ha convertido en un caso de referencia que despierta mucho interés y entusiasmo. Se trata de una redacción global, abierta en la que cualquier usuario puede escribir y editar noticias. Gracias a la infraestructura de inteligencia artificial que posee el sitio web, esta se encarga de comprobar la calidad y veracidad de los hechos antes de ser publicados.Sin embargo, este modelo está basado en un trabajo desarticulado en el que los periodistas no se contactan entre sí, no discuten criterios editoriales ni revisan con sus editores los datos fácticos que contiene cada artículo. Se trata de un modelo pensado para ahorrar costos operativos de una manera brutal, sin sueldos, sin costos fijos, sin licencias por enfermedad ni nada que se le parezca. Pero además de este mecanismo, las sospechas sobre los criterios que usan los mecanismos de inteligencia artificial para la selección de los contenidos siguen siendo altas ya que, en este y en otros tantos casos, no se conocen los factores que contempla el algoritmo para decidir si un contenido periodístico es de calidad o no. Y aquí volvemos al centro del debate actual: la opacidad de los algoritmos que hoy reemplazan cada vez más al rol de los editores humanos que, con aciertos y errores, mantenían a resguardo los criterios del interés público. Ramblist está online y recibe fondos millonarios de subvenciones para sostener este modelo de periodismo que podría replicarse en todo el mundo.