Chapas por acá, chapas por allá y mucha herrumbre. Y a unos pocos metros un cartel repintado, con sus letras blancas, inmaculadas: KILOMETRO 329. Es el mismo número pintado a mano sobre las chapas de la parada y el mismo de una producción de la que ya hablaremos.
Hay más. Está el tradicional cartel de “Cuidado tren”, al que le falta al menos una parte y bastante cuidado; algunos restos de vías y durmientes (que precisamente descansan casi invisibles entre los yuyos que crecen hasta más allá de la cintura de quien escribe).
Un banco de madera sigue en pie dentro de la parada de ese viejo apeadero, es decir un sencillo lugar de parada para el ascenso y descenso de pasajeros donde usualmente no se venden boletos. También está el molinete por el que pasaban los que iban y venían por ese característico punto de La Criolla, en la zona rural del Departamento Concordia.
“Muchas personas lo identifican o reconocen al lugar porque lo han disfrutado, vivido el tiempo en que el transporte se hacía de esa manera”, apunta la contadora Flavia Rigoni que pasará a ser protagonista de esta crónica. Sabe de lo que habla porque la finca de su familia (Fénix la bautizaron) está a unos pocos metros de ese apeadero.
Puesta en valor
En ese establecimiento planten y cosechan distintas variedades de uvas con las que elaboran sus propios vinos, llamados “329” precisamente. “Es darle identidad y poder poner en valor al lugar, mostrar lo que es la historia. El vino es parte de nuestra identidad, 329 es un punto de referencia en la zona de La Criolla y las colonias como San Bonifacio y Los Charrúas”, relató en diálogo con la emisora de El Entre Ríos en Concordia.“Acá venían para trabajar a la fábrica de Larraz (nota de la redacción: fábrica de jugos Shu Kin de Victoriano Larraz), donde se industrializaba el citrus. Tomaban también el tren para ir a Concordia a hacer compras y demás trámites. Es un punto de referencia que quisimos reflotar, darle valor”, destacó luego.
Vendimia 2022
En la actualidad, así como el ave mitológica fénix con el que denominan a la finca, hay una tradición vinculada al cultivo de la tierra que ha ido renaciendo en distintos puntos de Entre Ríos, como es el caso de La Criolla. Allí, la familia Rigoni ha emprendido el camino de cosechar variedades tintas como Marselan, Tannat y Merlot. En blanca, en tanto, tienen Moscatel de Alejandría.“Con los tintos, en 2020 en Perú, participamos en un concurso que fueron puntuados muy bien. Marcelan con medalla de oro y el merlot, con medalla de plata”, recordó la entrevistada en la continuidad del diálogo mantenido en “Despertá con Nosotros” (lunes a viernes de 7 a 9 por www.oidmortalesradio.com.ar).
De esa tradición es posible ser parte. Como en los últimos 5 años, este primer sábado de febrero desde las 17, tendrá lugar la “Vendimia de Entre Ríos”. “Lo invitamos a la celebración de la vendimia con la apertura de la temporada. Lo hacemos con inscripciones para tomar las reservas previas, desde el año pasado, respetando los protocolos sanitarios”, dijo e indicó que las reservas pueden hacerse comunicándose al 345 6 268766.
“Es una actividad al aire libre, respetando la naturaleza. Hacemos un recorrido por el viñedo, luego hacemos la vendimia con el corte de los primeros racimos, también una actividad lúdica rememorando la pisada y cerramos con la degustación de vinos. El año pasado presentamos los tintos. Ahora lo haremos con el champagne y los blancos, pero también estarán los tintos”, contó luego sobre la propuesta.
¿Por qué invitar a compartir la vendimia? “En gran parte surge por el pedido de las personas, que nos piden para ir a conocer, ver. Se van a enterando, cualquier vecino cuenta que ha ido o se entera que están con esta producción. Quieren ir a ver o porque les llama mucho la atención: Ahh, no puedo creer que acá haya viñedos”, reciben como pedido, según contó.
“Abrir las puertas es compartir, porque el vino es compartir. Elegimos la época más linda, no estamos más libres pero hacemos el esfuerzo. En la época de cosecha, como en cualquier actividad, es el culmen del esfuerzo de todo el año”, contó en referencia a que el mismo lunes ya empezarán a cosechar.
En la finca, la uva blanca tiene una doble finalidad: se puede consumir como uva de mesa y también para hacer vino. “Gracias a Dios pudimos vender bastante porque se empieza a conocer en Concordia. Las uvas tintas se envían a la bodega Vulliez Sermet que está ubicada a la entrada de Colón.
De Entre Ríos, “con pasión”
“Yo digo que el 329 es un vino que representa a Entre Ríos porque abarca el trabajo mancomunado de personas que están distribuidas en la provincia porque también somos proveedores de otras bodegas de Entre Ríos”, reflexionó. Así entonces, con esa marca que recuerda al icónico apeadero ferroviario, renace la tradición vitivinícola en la zona de Concordia que supo ser de producción de vinos de muy alta calidad, al igual que otras ciudades aledañas.
“Hay toda una parte emocional y de pasión alrededor de la actividad”, afirmó finalmente Flavia Rigoni que el sábado estará junto a su familia recibiendo a los que elijen ser parte de la vendimia de Entre Ríos.
Fuente: El Entre Ríos - Oíd Mortales Radio.