Omar Lafluf, un veterinario de 70 años, se ha presentado a ocho elecciones en Río Negro –frente a Gualeguaychú- y ganó 6. Está terminando su tercer período como intendente y, aunque podría volver a postularse a la comuna, prefiere regresar a la Cámara de Representantes.
En una entrevista que concedió al diario El País de Montevideo, Lafluf aludió en varias ocasiones al conflicto con Gualeguaychú por la llegada de Botnia (hoy UPM), la fábrica de pasta de celulosa. No fue la única referencia a la Argentina. De soslayo, también admitió el impacto de la brecha cambiaria sobre la actividad económica en Fray Bentos.
-Ha sido intendente durante 14 años en total y comenzó su gestión lidiando con el bloqueo de los activistas argentinos al puente de Fray Bentos. ¿Qué balance hace?
-Yo entré a una intendencia que, como tantas intendencias, pagaba los sueldos en cuotas, luego de la crisis de 2002. Pagaba sin recibo. Encima me cae el conflicto con Argentina a los cuatro meses de haber entrado. En setiembre de 2005 empiezan los cortes que al principio eran intermitentes y en diciembre pasaron a ser continuos. Todo era un caos. Por ejemplo, 30 mujeres que trabajan en un restaurante quedaron de un día para otro sin trabajo. Pero le dimos un soporte a una inversión de US$ 1.700 millones. Pasamos de un día para otro a tener 4.000 obreros. Aumentó de manera exponencial la cantidad de motos. Había que prever la cantidad de gente, los accidentes, los lugares de diversión. Aumentó un 30% la gestión de residuos. Entonces, yo a veces siento un poquito de orgullo.
-Río Negro tiene la primera planta de celulosa del Uruguay, el puerto de M’bopicuá, Claldy, forestación, soja pero, sin embargo, su desempleo es uno de los más altos del país, superior a la media nacional. ¿A qué lo atribuye?
-Tenemos el 10,9%. Pero llegamos a tener el 15 y en el 96, el 23%. Pero en el departamento ha crecido brutalmente el índice de desarrollo humano. Somos uno de los cinco primeros. Tenemos 2.000 viviendas en donde en 2004 eran baldíos y pajonales. Y tenemos más de 60 empresas nuevas a partir del 2004. Usted entra hoy en Fray Bentos por la ruta 2 y no puede creer que está entrando a Fray Bentos. Está Volvo, está Volkswagen, está Scania y después 60 empresas que no estaban, más las que crecieron localmente, porque si yo me hubiese dejado manejar por lo que me decían, tendría que haber llevado a las grandes cadenas de supermercados. Yo decía que teníamos que ir creciendo gradualmente porque algún día esos 4.000 obreros no iban a estar. Hoy el departamento es otro totalmente distinto a nivel de la industria. Aparte de las empresas que trajimos, hay que ver las que evitamos que se fueran o que cerraran.
-¿Entonces qué es lo que explica el desempleo alto?
-Especialmente Fray Bentos tiene un déficit de empleo estructural desde la época del (frigorífico) Anglo que no se acomoda. La verdad no sé, porque nos preocupamos de todo lo que podemos llegar a hacer. Tenemos muchos programas de capacitación, de preparación. Lo último fue el lío de la frontera, de los precios. Nos afectó muchísimo. Y ahí el gobierno nacional pasó permanentemente sacando medidas. La mayoría de la gente no se enteró de las medidas que podrían haber usado. Porque había un problema de comunicación y eso lo tenemos en todos lados. Yo le digo al ministro de Vivienda “ministro, comunique”. El ministerio tiene 14, 15, 20 programas de vivienda. Si usted no tiene vivienda, es difícil que no calce en algún programa. Si la gente no tiene un ingreso, chico, mediano o grande y un techo para transformar ese techo en una casa y hacer un hogar y criar una familia…, todo es mucho más complicado. Por eso mi desesperación porque haya inversión. Al inversor le digo, “usted cuente conmigo”, usted necesita hablar con el Banco República, yo lo acompaño.
Fuente: El País de Montevideo