Yamandú Orsi, del Frente Amplio, definirá en noviembre la presidencia con Álvaro Delgado, del Partido Nacional; el rechazo de dos plebiscitos polémicos.
El candidato opositor Yamandú Orsi, del Frente Amplio, lideró las elecciones presidenciales en Uruguay con más del 43% de los votos, pero enfrenta un panorama más reñido de lo previsto de cara a una segunda vuelta el 24 de noviembre con el oficialista Álvaro Delgado, que obtuvo más del 26%.
Los resultados oficiales confirmaron los sondeos previos, que hablaban de una ventaja de la izquierda opositora sobre el candidato liberal. En tercer lugar quedó el candidato del Partido Colorado, Andrés Ojeda, con 16% de los votos, que pese a no entrar al balotaje devuelve a su partido a un rol preponderante.
El Partido Nacional y el Partido Colorado, que compitieron por separado en esta primera vuelta, unirán fuerzas para el balotaje junto a otras dos agrupaciones, con las cuales conforman el actual gobierno de coalición que buscará reeditar el triunfo de 2019, con Luis Lacalle Pou. Según los boca de urna, la coalición oficialista estaría superando al Frente Amplio por 44 a 48% de los votos.
“Las urnas hablaron y esta noche el Uruguay dijo que la coalición es el proyecto político más votado de nuestro país”, dijo Delgado ante los militantes de su partido. “Tenemos la responsabilidad, la linda y hermosa responsabilidad, de continuar con este rumbo”, agregó.
Las cifras hicieron estallar de alegría a los votantes del oficialismo, que temían números más modestos. “La democracia habló (…) a partir de mañana a recorrer Uruguay pueblo a pueblo para que Álvaro Delgado pueda ser presidente de la Republica”, dijo el senador oficialista Carlos Camy, del Partido Nacional.
Al mismo tiempo, se tradujeron en desaliento en las filas del Frente Amplio, que esperaban tomar distancia de la coalición oficialista y posicionarse prácticamente para el triunfo en el balotaje. Los más entusiastas incluso soñaban con una victoria en primera vuelta. El senador frenteamplista José Carlos Mahía reconoció en diálogo con la televisión local que en el Frente Amplio había “una expectativa superior”.
Pasada la decepción inicial, Orsi dio un discurso en un estrado montado en la rambla de Montevideo, en Ciudad Vieja, donde destacó que “nuestro Frente Amplio, en este concierto de partidos, es nuevamente el partido más votado del Uruguay”. No era momento para autocríticas sino para levantar el ánimo de la tropa, de modo de reencauzar la campaña para enfrentar a la coalición adversaria en condiciones.
A buscar indecisos
“De acá al balotaje tenemos que seguir rascando, ir por los votos de la gente indecisa, las cosas que no gustaron o no salieron bien en los 15 años de gobierno, reconocer errores y querer mejorar”, dijo Francisco Giménez, un trabajador independiente de 43 años que tenía la bandera del Frente Amplio cubriendo la parte de atrás del auto.Quien también salió a hablar fue Andrés Ojeda, la sensación de esta campaña, que se mostró exultante en un discurso ante sus partidarios. “El crecimiento es claro, es fuerte, y siento igual que ustedes que esto es solo el principio. El principio de comenzar a volver, y yo los invito a seguir creciendo como hasta ahora para ser lo que alguna vez fuimos”
La jornada decidía también la conformación del Congreso, tanto diputados como senadores, y ponía además a consulta de los votantes uruguayos dos plebiscitos que han sido de los más polémico de la campaña, en particular el que tiene que ver con la reforma de la seguridad social.
Según los datos parciales, la composición del Congreso estaba muy disputada, mientras que los dos plebiscitos serían rechazados. “No logramos el objetivo central”, reconoció Marcelo Abdala presidente de la central sindical PIT-CNT, que promovía la consulta sobre seguridad social, que buscaba bajar la edad jubilatoria de 65 a 60 años y eliminar el sistema de jubilación privada. Ninguno de los principales candidatos apoyaba esta propuesta, que carecía de sustento fiscal.
Ya desde la mañana los candidatos se mostraban confiados en su buena performance, aunque también adelantaron los primeros pasos de sus eventuales agendas, en caso de llegar al gobierno. Orsi señaló que de ser elegido encararía la relación con el mandatario argentino, Javier Milei, “como debe ser la de cualquier presidente de Uruguay, tiene que ser la más correcta con nada menos que el presidente de Argentina”.
El candidato oficialista Álvaro Delgado superó una casi maratónica espera para ejercer su voto, cerca de una y media de hora al sol aguardando su turno en la escuela que le tocaba en el registro.
Subrayando su lema de campaña sobre “la continuidad”, aseguró que de ser presidente, ya desde el día siguiente tendrá todo listo para comenzar a ejercer, dada su experiencia como secretario de la presidencia de 2020 a 2023. “Ya estuve cuatro años en la Torre Ejecutiva, sé lo que es gobernar, no necesito pretemporada”, señaló.
Quien suscitó gran atención fue José “Pepe” Mujica. En silla de ruedas, como se lo suele ver desde hace un tiempo y desde que anunció que está en tratamiento por un tumor de esófago, el expresidente votó a primera hora en la Escuela 149 en el barrio de Cerro. Al bajar del auto, dijo sentirse “más o menos”. “Lo que pasa que me alimentan por un caño acá, tengo un hambre encima”, expresó.
El expresidente Julio María Sanguinetti dijo que se trataba de “una elección trascendente por los plebiscitos” y dijo que el resultado del plebiscito sobre la seguridad social “puede ser un parteaguas en la historia económica y social del país”. “Con nuestro colega Mujica hemos estado por todas partes predicando el país de las reglas claras, el país de la estabilidad”, agregó.
Genaro Stack, coordinador nacional de la juventud del Partido Nacional, dijo que ahora el objetivo será trabajar juntos todos los miembros de la coalición oficialista, para asumir con chances el desafío de derrotar al Frente Amplio.
“Estamos en una coalición que se va a enfrentar al Frente Amplio. Vamos a seguir juntos, como decíamos en campaña. Es importante que siga la motivación y la gestión, redoblando los esfuerzos y trabajando en un programa común”, señaló.
Según los dirigentes de la coalición, la alianza ya está constituida, afianzada, a pesar de las varias crisis que atravesó desde 2019, cuando se estrenó en la escena electoral. Por eso se espera que las negociaciones para armar un programa común y “sacarse una foto” todos juntos debería ser un proceso más fluido que esa vez.
Fuente: La Nación