Opinión

Entre bajas y descensos, la devaluación del básquet entrerriano en el plano nacional

El descenso de Tomás de Rocamora profundizó la crisis que atraviesa el básquetbol provincial al perder la quinta plaza en los últimos cuatro años entre Liga Nacional y Liga Argentina, donde la única noticia positiva fue el ascenso de La Unión.

Influenciada en su comienzo por la pandemia del Covid 19 que dejó frenadas las competencias deportivas por un largo tiempo y al regreso las condicionó a jugar a puertas cerradas, la nueva década llegó con una tendencia negativa para los elencos panzaverde.

El primer gran cimbronazo se dio con la baja de Estudiantes Concordia de la Liga Nacional en septiembre de 2020. La dirigencia del Verde argumentó no poder hacerle frente al regreso a la actividad en un certamen que iba a jugarse en sedes burbujas y a puertas cerradas.

Fin de un inolvidable ciclo de siete temporadas en la elite para el Verde que incluyó destacadas participaciones internacionales: subcampeonato en Liga Sudamericana en 2017 y tercer puesto en Liga de las Américas 2018.

Oberá Tennis Club compró la plaza de Estudiantes, que pasó a ocupar su lugar en Liga Argentina pero en julio de 2023, nuevamente por una decisión económica, sus directivos anunciaron la baja directamente del ámbito profesional, volviendo a competir meses después en la Liga Provincial con un equipo juvenil.

Mismo camino siguió otro histórico del baloncesto provincial como Central Entrerriano, que en 2019 había festejado su anhelado regreso a Liga Argentina luego de haberse bajado anteriormente por problemas institucionales. Sin embargo tras una muy buena campaña, en enero de 2021 decidió dejar su lugar y volver a competir en Liga Federal.

Los dos últimos sacudones se dieron en el plano estrictamente deportivo, aunque siempre existe una ligazón económica por un tema de recursos a la hora de armar los planteles. Parque Sur en 2023 y Rocamora en abril de este año cayeron al descenso tras haber culminado en el último puesto de la Conferencia Sur.

Así las cosas, y aguardando el desenlace de la presente Liga Federal, por ahora sólo Echagüe de Paraná y La Unión de Colón jugarán la Liga Argentina 2024/2025. Dos equipos que vienen de quedar tempranamente eliminados en la etapa reclasificatoria Play In, cumpliendo el objetivo principal de mantener la categoría.

Y esto es lo que lleva a pensar cuál es el horizonte de los entrerrianos en una categoría que evidentemente no les resulta fácil de afrontar, más allá de su rica historia, porque Echagüe (1º) y La Unión (4º) son de los clubes que más participaciones tienen en la divisional que nació en 1992 como Torneo Nacional de Ascenso.

Desde hace varios años cada uno de nuestros equipos han jugado la Liga Argentina con objetivos mínimos: mantener la categoría y ver si se puede avanzar un par de rondas de Play Off. Lejos quedó el protagonismo de otros tiempos y el factor económico pasó a ser cada vez más determinante.

Sin ir más lejos, el flamante presidente de Echagüe admitió que aún hay deudas que saldar de la campaña que acaba de terminar y analizará a fondo los pasos a seguir de cara a la que será su 40º temporada consecutiva en el básquet nacional, dejando un manto de dudas sobre la participación.

Frente a este panorama sobrevuela una frase que hace algunos años -antes de la pandemia- un sabio e histórico dirigente del básquet de nuestra provincia, observando el contexto económico y estructural, nos dijo en una entrevista radial: “No sé si la Liga Argentina es la categoría para mi club”.

Fuente: El Entre Ríos