El ingeniero Gabriel Falivene, gualeguaychuense y de 52 años, que es el técnico del equipo italiano campeón del Rally en Europa, analizó la realidad de nuestro país y expresó que observa con tristeza que “la vulgaridad ha ganado un espacio enorme en la Argentina (…) Cada vez es más difícil encontrar una ideología respetada y que respete a la otra. Podemos pensar diferente, pero no por eso debe ser mi enemigo”.
“Escuché el cierre de un curso en un colegio. Eso me deja realmente mal. Sin educación no hay futuro, sin una base no podés construir una casa”, dijo Falivene sobre reciente el caso de los estudiantes de la escuela María América Barbosa, en Gualeguaychú.
“La educación es la principal fuente para que un país pueda crecer, sin educación estamos condenados al fracaso. Sin educación las personas se quedan con la primera información que vieron y no se preocupan en ver si realmente es así o buscar otra opinión”, señaló.
El reconocido ingeniero que se destaca en distintas partes del mundo destacó la educación publica que recibió en la Argentina, en una escuela técnica de Gualeguaychú. “El orgullo más grande que tengo es haber llegado hasta donde llegué, partiendo de la educación de una escuela técnica pública, como es la número 2, y me siento orgulloso de esto”, dijo Falivene.
“Tenemos muchas cosas buenas, muchas que no lo son, pero muchas buenas y más de una vez tuve que alzar la voz y decir que sé hacer cosas porque lo aprendí en mi Argentina. Tengo la oportunidad de intercambiar opiniones con ingenieros muy importantes, de distintas nacionalidades, y más de uno se ha sorprendido porque con cosas simples consigo encontrar una solución y no soy un genio. Aprendí a hacer cosas con nada, no había una lima buena, nos peleábamos en la escuela técnica por la lima buena, porque no nos podíamos comprar una y llevarla para hacer el martillo. Es imposible que yo no agradezca a mi escuela técnica por haberme brindado toda esa experiencia que hoy otros no son capaces de hacerlo”, describió Falivene al recordar su paso por la educación pública.
El ingeniero instó a la sociedad a no olvidar que “hoy sin educación no tenemos nada, no hay maestros, doctores, ingenieros, arquitectos, no hay nada. La educación en la escuela técnica me dio algo que aquí los europeos no tienen y es esa capacidad de poder resolver una cosa con pocos elementos. Sin una base no se puede construir una casa, y esa base es la educación”, afirmó.
Falivene trabaja actualmente en la puesta a punto de auto de carrera y en trabajo directo con los pilotos, entendiendo “lo que siente en el auto” y analizando los datos a través de las computadoras. “Soy muy agradecido a la vida y a Dios de poder hacer lo que me gusta y con esto poder mantener a mi familia. Hoy mis objetivos están aquí, el futuro pertenece a Dios”, remarcó.
Fuente: Radio Máxima