Economías regionales

Están en problemas los custodios de una especie clave para frutos y cereales. “Jamás nos tocó una cosa así”, afirmó uno y pidió ayuda

Smietuch es un apicultor de Los Charrúas.

Los productores apícolas independientes están en problemas, derivados de la brecha cambiaria que se agiganta al ritmo de una no menos creciente inflación. “Si no fuese por eso seguiríamos peleándola”, dijo lleno de optimismo el apicultor Mario Smietuch.

El problema de la disparidad cambiaria
“El que compra miel del exterior, o sea Europa y Estados Unidos porque la miel se exporta toda, entrega dólares al Banco Central y a nosotros nos dan el valor del dólar oficial”, precisó y amplió: “o sea, hoy 380 a 400 pesos un kilo de miel. No compramos una botella de agua mineral con ese valor”.

El productor afincando en Los Charrúas, Departamento Concordia, inició así su entrevista con la emisora de El Entre Ríos en Concordia. ¿Qué precio, aproximadamente, debiera tener el kilo de miel? “Si andaría entre los 650 y 700 pesos la seguimos peleando, siempre y cuando podamos ir acompañando la inflación. Si no hubiese sido tan grande la inflación, la seguiríamos peleando calladitos como siempre”.

Pero no se quedaron calladitos. No pueden y por eso salieron a plantear sus dificultades en rutas como la autovía “Artigas” de la Ruta Nacional 14, en la zona de Concordia y en otros puntos de Entre Ríos, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Tucumán y San Luis, entre otras. “Yo tengo 37 años en la actividad y jamás me tocó hacer una cosa así”, lamentó Smietuch al respecto.

Mario (primero de la izquierda), durante la protesta del 8 de septiembre en RN 14.

Consultado por si hubo respuesta de las autoridades al visibilizar sus problemas, a través de las protestas pacíficas que hicieron, respondió: “En las otras provincias ya han tenido contacto con gente de la Gobernación y han tenido reuniones. Nosotros estamos tratando de hablar con Bahillo (actual Secretario de Agricultura de la Nación). Se hizo un petitorio que estamos firmando. Es para acercárselo a él y ver qué respuesta nos dan”, marcó.

El mercado de la miel
Mario, como tantos otros en el país, es un apicultor independiente que vende su producción a los exportadores. Actualmente, los principales compradores de la miel argentina son Estados Unidos y Europa. “Nosotros producimos, nada más”, resumió a “Despertá con Nosotros” (lunes a viernes de 7 a 9 por www.oidmortalesradio.com.ar).

Hasta hace aproximadamente unos 20 años, cada apicultor llegaba a sacar 60 y hasta 70 kilos por colmena en las tres cosechas: citrus, pradera y eucaliptus. “Hoy esos rindes han bajado muchísimo por los productos químicos que se echan, la fumigada, los herbicidas, va quedando menos floración. Así como desaparecen los demás insectos, la abeja también está peleando para sobrevivir. Entonces, los rindes son muchos menos: 35 a 40 kilos por colmena, al año”, precisó.

Las colmenas mayormente, ya iniciado septiembre, se encuentran en Victoria. Después, pasan a Chajarí y Villa del Rosario, a zona de quintas cítricas. De ahí vuelven al sur de Entre Ríos y a Gualeguay, Victoria, Crespo y Ramírez. En cada lugar, el productor acuerda el pago de un alquiler por la porción de tierra que utiliza para ubicar las colmenas.

Finalmente, en febrero, vuelven al Departamento Concordia para la floración del eucaliptus. “La apicultura es una cosa de trashumancia. Tenés que mover a la colmena hacia donde está la floración, en cada temporada”, marcó el entrevistado y añadió: “eso requiere un costo grandísimo de personal, combustible, el camión, neumáticos, el mecánico. O sea, varias familias viven atrás del apicultor”.

“La miel de citrus se saca ahora entre noviembre y diciembre, la de pradera en enero y las de eucaliptus en marzo/abril. Entonces, todas están separadas de por sí. Las vamos cambiando de floraciones y entonces son distintos los sabores, el color. Si hay girasol también es otro tipo de miel”, amplió al respecto.

Hay algo más que vale destacar: “somos profesionales en la materia porque te tiene que gustar ya que es una profesión. Cuidamos una especie fundamental para el planeta porque sin abejas no habría frutos y no habría cereales porque la abeja se encarga de polinizar todas estas cuestiones”, destacó.

Consciente de la especie que custodian, cerró con una reflexión: “Si no fuese por los productores apícolas que, todos los años, tratamos de reponer, renovar, hacer reinas nuevas y aumentar los apiarios, habría cada vez menos abejas”.

Fuente: El Entre Ríos - Oíd Mortales Radio.