Los incendios en las islas del Delta, precisamente en el territorio Piecas (Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná), arrasaron con más de 365.000 hectáreas durante 2022, con picos en agosto y perjuicios sin precedentes en el ecosistema.
Rosario fue una de las principales afectadas, ya que el año pasado fue uno de los peores en cuanto a la calidad del aire de la ciudad. Entre Ríos, provincia que tiene jurisdicción sobre el 80% del territorio mencionado, informó 3.000 hectáreas incendiadas durante 2022. Desde el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) explicaron cómo es el método para informar estos datos al Ministerio de Ambiente de la Nación y sumaron que solicitan a las jurisdicciones que tengan conformada una brigada forestal para hacer frente a este tipo de eventos, por lo menos en el inicio de los mismos.
Diario La Capital de Rosario accedió, mediante un pedido de acceso a la información pública, a los datos que las provincias reportan cada año, desde 2017, referentes a la cantidad de hectáreas quemadas e incendios año tras año. Los registros surgen de Ambiente de la Nación y arrojan diferencias entre los dos eventos más importantes de los últimos años, en cuanto a incendios que se desarrollaron en el Delta del Paraná.
En 2020, cuando se quemaron entre 300.000 y 400.000 hectáreas y el que es, hasta ahora, el peor año de registros de incendios, Entre Ríos reportó 309.850 hectáreas quemadas y Santa Fe, 19.058 hectáreas. En el 2022, el segundo en importancia de los últimos diez años, Entre Ríos informó 3.186 hectáreas incendiadas y Santa Fe 14 veces más: 44.516 hectáreas.
El Museo de Ciencias Naturales Antonio Scasso, de San Nicolás, que lleva un conteo semanal de los focos de calor registrados en el territorio Piecas, contabilizó 365.442 hectáreas cubiertas por focos de incendios durante 2022. El dato lo completan desde el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), desde donde aportaron que la superficie afectada por los incendios en el Delta del Paraná durante el año pasado llegó a 386.305 hectáreas. El mes más crítico fue agosto ya que se quemó casi la mitad de esa cantidad (161.793 hectáreas), recordado en la ciudad por la seguidilla de días en que respirar aire limpio fue imposible.
Los datos recabados por el Museo son suministrados por los satélites Viirs (traducido del inglés, radiómetros de imágenes infrarrojas visibles) de la Nasa. Poseen cámaras que están presentes en dos satélites que detectan focos de calor con una precisión hasta nueve veces mayor que el otro dispositivo que la agencia espacial estadounidense tiene en órbita, llamado Modis (traducido del inglés, espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada).
Reportes a Nación
En diálogo con La Capital, el director del SNMF, Jorge Heider, explicó el procedimiento que las provincias llevan adelante para informar este tipo de eventos. Aclaró que los flujos de información van cambiando ya que las jurisdicciones tienen distintas maneras de responder por primera vez a los incendios, algo que depende de si tienen brigadas forestales o bomberos junto a personal de Defensa Civil, aunque remarcó que todas las provincias deben reportar las cantidades de eventos que se desarrollan en sus territorios.Para determinar las áreas que se quemaron durante un incendio, las provincias se pueden valer de imágenes satelitales de distintas agencias espaciales que proveen esta información de manera abierta y gratuita. Si bien el cálculo no es exacto ni inmediato, el funcionario dijo que el margen de error es muy leve y la demora no pasa de las 48 horas para contar con datos básicos que permitan elaborar un estado de situación.
“Las provincias deberían brindar información siempre sobre la situación de los incendios. Según la ley (26.815), deberían mantenernos al tanto de la situación y de si fuera necesario o requerido brindar respuesta, medios aéreos o recursos humanos. En la misma ley se identifica que tiene que haber información elevada al SNMF porque más allá de estar al tanto, tenemos que poder dar una colaboración acorde y poner a disposición la información para el resto de las jurisdicciones”, explicó.
El funcionario recalcó que en los inicios de un evento (dentro de las primeras 48 horas) no se pretende que una jurisdicción tenga la superficie exacta de un incendio, pero afirmó que se puede llegar a un aproximado, sujeto a ajustes, que puede disminuir o crecer a partir del trabajo con herramientas satelitales de geolocalización.
“Para algunas provincias, hacer un seguimiento tiene un poco más de complejidad por varias situaciones”, aseguró. La primera que menciona es la disponibilidad de imágenes satelitales rápidas. Desde el Ministerio de Ambiente se valen de las imágenes de la Agencia Espacial Europea, de donde se puede obtener información gratuita: “Cuando tenemos un faltante muy grande, como en el Delta, hacemos nosotros un seguimiento de imágenes satelitales. Pero no es día a día porque, si no, estaríamos reemplazando una responsabilidad que es de las jurisdicciones. Esto no debe reemplazar su trabajo por la responsabilidad que tienen ellos sobre el territorio”.
Satélites y recursos humanos
La información satelital puede adquirirse en sitios abiertos y gratuitos. Además de la Agencia Espacial Europea, cuentan con datos de libre acceso la Nasa (con diversos satélites que detectan focos de calor), la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica estadounidense (Noaa, por sus siglas en inglés) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae). Heider afirmó que con las herramientas que brinda cada organismo se pueden adquirir, de forma diaria y gratuita, “todas las imágenes que se nos ocurra. No hay restricciones, prácticamente”.El único limitante, resaltó, pueden ser los recursos humanos: “En prácticamente todas las provincias hay gente que se dedica a eso, pero no para incendios”. Y añadió que la continuidad de las estructuras que se implementaron para los grandes incendios del 2020 y del 2022 es vital: “Las temporalidades de un par de años generan que muchas estructuras se desarmen y se mande a esa gente a hacer otra cosa. Pierden estado físico, el uso de las herramientas y el trabajo en equipo; cuando vuelven a arrancar las temporadas complejas, porque los ciclos se repiten, vuelve a pasar todo eso”.
“Mandamos paquetes de informes que, dependiendo de las zonas, sirven para identificar condiciones críticas para los incendios. Hay informes que anticipan eventos hasta tres meses antes, que tienen datos importantes ya que surgen a partir de evaluaciones que permiten activar mecanismos de prevención”, agregó.
Ante la consulta sobre si el SNMF puede pedir que se modifique o mejore el sistema de reporte de datos, el funcionario dijo: “En las reuniones del Cofema, donde se convoca a todas las provincias, se mencionó en muchas ocasiones la necesidad de fortalecer estas líneas. Las provincias saben qué está y qué no está”.
Incendios cada vez más complejos
Ante la consulta sobre si el SNMF puede instar a las provincias a crear brigadas especiales, Heider indicó que sí, pero que la concreción final “corre por cuenta exclusiva de cada jurisdicción”. Y amplió: “Hemos recomendado que, en la medida de lo posible, las provincias traten de tener brigadas forestales o una selección de bomberos o personal de Defensa Civil”.Heider explicó que los incendios forestales son cada vez más complejos de trabajar porque las condiciones hacen que duren más días y esto repercute en todo: desde el ambiente hasta el recurso humano.
“El voluntariado (por los bomberos) no da abasto para dar una respuesta óptima, a la hora de analizar tiempo, recurso e impacto sobre el ambiente. Ellos tienen trabajos y tienen que volver a los mismos en algún momento”, expresó, para agregar: “Se deben rotar los recursos, explicándole a esa gente los riesgos que corren y los planes de trabajo”.
Fuente: Diario La Capital de Rosario / Tomás Barrandeguy