“Con la certeza de que la alegría es un signo de Dios en el Alma”, este viernes 26 de julio la comunidad de la Escuela Primaria de Gestión Privada N°81 “Jesús Nazareno” celebró sus primeros 50 años de existencia.
Lo hizo con un acto que se concretó en un último viernes de julio espléndido, que acompañó a docentes, alumnos, familiares, religiosas, autoridades y vecinos. Juntos, frente al establecimiento escolar, celebraron “la felicidad de hoy, las memorias del ayer, las esperanzas del mañana”.
En la ocasión, se montó un escenario que cubrió a lo ancho la avenida Presidente Illia, entre Brow y Laprida, en el oeste de Concordia. Toda esa cuadra estuvo con el tránsito interrumpido. La ocasión lo ameritaba.
Cabe mencionar que avenida Presidente Illía (Ruta 4 más al oeste) conecta el noroeste de la ciudad con el centro y sirve como vía de egreso e ingreso desde la autovía de la Ruta Nacional 14.
Hubo palabras alusivas, recuerdos a los orígenes, los primeros pasos, reconocimientos, interpretaciones artísticas, entre otras actividades que engalanaron los festejos de una escuela que ha crecido en estos primeros 50 años al punto de que, en la actualidad, también cuenta con el servicio de una escuela secundaria.
Una historia de lucha, esfuerzo y crecimiento
La docente marcó que, en los inicios a fines de la década del ‘60, “las hermanas de la Divina Misericordia comenzaron acercándose a la Capilla. Todo comienza ahí con la catequesis”, afirmó y contó que” después, años siguientes, se ve la necesidad de la educación dentro del barrio y allí comienzan a darse clases: dentro de la capilla”.Con el correr del tiempo, la escuela empezó a crecer. “Está ubicada en un barrio que era muy humilde, en ese momento, de gente trabajadora que vio a la escuela como una necesidad de educación para sus hijos. Entonces, empieza a crecer”.
“Cuando vemos la historia, vemos mucha lucha, mucho trabajo, de una comunidad que junto a la escuela fue creciendo”, destacó y, a modo de ejemplo, marcó: “no teníamos edificio, entonces se usaban las casas de los vecinos. Empezamos a revisar el pasado y vimos que había tres o cuatro vecinos que prestaron sus garajes para que allí se den clases. Las maestras sacaban agua de una bomba”.
“La historia inicial es de mucho trabajo, esfuerzo, de necesidad. La escuela San Martín en 1971 nos donó algunos bancos y los padres trabajaron para restaurarlos. Hay mucho que contar”, había dicho en una entrevista concedida a la emisora de El Entre Ríos en Concordia.
De esa rica historia se nutrieron los presentes en el acto de este viernes. Cada uno habrá vuelto a casa con la certeza de que la obra iniciada por aquellas religiosas está bien custodiada y tendrá, en el corazón de cada pequeño que transita por sus aulas, la llama de ese “nazareno” empeñado en esforzarse y crecer a la par del otro.
Fuente: El Entre Ríos.