Casas Toyota

La escuela que no quiere ser "tierra de nadie"

Docentes piden un muro perimetral. En asamblea, los padres dieron su apoyo. Ir al baño puede ser peligroso, como salir al recreo. Vecinos, caballos u hombres en moto suelen transitar por el patio. Por <b>Guillermo Acosta</b>.
Fin del recreo y de nuevo al aula (foto: EER).

La Primaria N°78 "Brazos Abiertos" es la última escuela que se puso en funcionamiento en Concordia. Fue en marzo de 2014. Desde entonces, funcionan de prestado en las instalaciones de un templo evangélico cuya referente es la pastora Ligia Würfel.

Actualmente tienen 218 alumnos, entre sala de 4 años y sexto grado. Sólo en primero hay 41 alumnos. "La escuela se creó a partir de que muchos barrios inundables fueron trasladados a este lugar", contó Griselda Pereyra, su directora.

Están a metros del denominado barrio "Agua Patito" donde se emplazan las "Casas Toyota". De Villa Cresto, La Esperanza y Los Pájaros también proceden los gurises de la "Brazos Abiertos". "Son chicos con muchas necesidades. Para que te des una idea, actualmente en cuarto grado tenemos a 9 chicos que no saben leer ni escribir", apuntó otra docente consultada por <b>El Entre Ríos</b> y dijo que el objetivo es que este año lo terminen aprendiendo ambas cosas.

El terreno destinado al futuro edificio escolar está ubicado unas cuadras más hacia el oeste. Es una manzana situada en la esquina de Los Cardenales y Las Calandrias. Está delimitado por columnas de cemento que hasta el momento no tienen cerco o alambrado, por lo que se puede acceder con facilidad.

Allí está el terreno elegido para que en un futuro se construya la escuela.

"Todos los días están moviendo las columnas, en cualquier momento se llevan alguna o se lastiman golpeándose", contó una mujer que trabaja en una oficina municipal que está enfrente.

"Hoy la escuela 78 es este lugar", contó que fue la respuesta que recibió de sus superiores la directora Pereyra. Aprovechó, entonces, para destacar el acompañamiento que recibe tanto de su supervisora, Andrea Colsi, como de la profesora Griselda Di Lello, directora departamental de Escuelas.

<b>"Quiero un muro perimetral de ladrillo"</b>, les dijo y la respuesta recibida fue: "seguramente te vamos a ayudar, pero tenés que hacer un eleve. Ya lo hice", destacó y enseña cuál es el rumbo de la escuela: "Brazos abiertos" para recibir a los hijos de las familias del lugar; pero con perímetro cerrado para protegerlos.

Lamentó que, por el momento, no hizo lo mismo la propietaria del lugar. "Ella tiene que informar que no tiene fondos para hacer el cerramiento y así pedirle al CGE para que trabajemos juntos. Todavía no envío la nota", dijo en referencia a la pastora que además es Jefa del Departamento de Gestión Comunitaria Social de la Coordinación General de Gestión y Relaciones Institucionales de la Secretaría de Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad de Concordia.

<h5>Apoyo de la comunidad
</h5>
Hoy se cumple una semana de la asamblea en la que participaron directivos, docentes y padres de la comunidad. Siguen aguardando respuestas. Mientras tanto, avanzaron en la conformación de "<b>una comisión de padres que me acompaña porque en esto tenemos que trabajar juntos.</b> Los papás entendieron, yo también entendí y los docentes entendieron que si no estamos todos juntos esto es tierra de nadie", sentenció.

Todo el predio de la iglesia, donde funciona la escuela, no está delimitado físicamente.

"Me hago cargo de lo que digo. Yo me voy a jubilar a fin de año, o principios del que viene y n<b>o quiero que se muere un niño, un docente o me pase algo a mí para que después: guau, hacen el cerramiento y se levantó el edificio de la escuela 78. ¿Por qué tiene que pasar siempre algo para que se hagan las cosas? ¿Por qué?</b>", dijo con desesperación.

<h5>¿Por qué es tierra de nadie?
</h5>
La escuela primaria está repartida en tres módulos donde funcionan cada uno de los grados, más una sala atestada de papeles, cajas y demás elementos que funciona como dirección/secretaría. En el medio del predio están los sanitarios de niños y niñas. "<b>Los docentes no tenemos baños, nos aguantamos y si tenemos alguna urgencia vamos a lo de algún vecino</b>", sinceró la directora. A pocos metros, al sur, está el salón comedor donde sirven merienda y almuerzo. Ese espacio está dividido en dos, ya que en una parte funcionan talleres para jóvenes de adultos.

Guiso, agua, pan y una banana: el almuerzo servido este jueves.

Más adelante, arrimándose a boulevard Yuquerí, están el Jardín de Infantes. Hacia el norte el templo. En el lugar, en el turno nocturno, también funcionan un Bachillerato Acelerado para Adultos (B.A.P.A.) de nivel primario y otro similar, pero de secundario.

No hay muros, cerco, ni siquiera un portón. Así, entonces, mientras los gurises disfrutan del recreo algunos jóvenes se sientan en el hall de la Iglesia a fumar o simplemente mirarlos. Una pareja pasa con sus bolsas del almacén, como si el patio fuese un atajo y dos mamás se sientan en el suelo junto al baño "porque tienen miedo que les pase algo y se quedan toda la mañana cuidando a sus hijos", relató una docente que controlaba el patio.
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"La verdad es que estoy desesperada con lo que nos pasa. Estábamos en recreo, todas las maestras en el patio porque yo también cuido el patio, con los chicos de nivel inicial, salitas de 4 y 5, que estaban jugando en el hall de la Iglesia. Una tropilla de 5 o 6 caballos aparece del lado norte del predio de la Iglesia y se cruza donde estábamos nosotros. Imaginate la desesperación nuestra para cubrir a esos niños", contó "Teia", tal como la conocen.

Añadió, inmediatamente después, lo sucedido el jueves pasado: "Seño me miras que voy al baño", me dice una nena y yo la quedo mirando cuando veo que sale del baño una persona desconocida. Hoy lo puedo hablar a esto cuando se habla tanto de violación, violencia de género, etc. ¿Si le paso algo a alguno de mis alumnos cómo quedo yo?", interrogó y dijo: "somos adultos, somos docentes, los dueños del predio son adultos. Entonces yo creo que hay que mirar la comunidad educativa que tenemos y cuidarla", requirió.

Continuó: "ese mismo día, al rato vino una mamá para firmar una documentación, me voy adentro y escucho una moto a toda velocidad. Aparentemente era el dueño de los caballos que estaba dando vuelta dentro de donde estábamos nosotros. Era un ruido impresionante", enfatizó y aseguró que "autos, por ejemplo, también entran porque ahí se enseñan muchos cursos. Los profesores entran con el auto hasta adentro, mientras que nosotros tenemos que hacer de varita y correr a los niños".

<h5>Planificación
</h5>
La zona oeste aumenta considerablemente su población, a partir del trabajo conjunto entre Nación, Provincia y Municipalidad. El objetivo es darle una "solución definitiva" a las familias que se vieron afectadas, en reiteradas ocasiones, por la creciente del río Uruguay.

Las escuelas que están alrededor de la 78, tales como la 75, 74, 73, 71, "no dan más de chicos. Por eso, no sé cómo hablaron con esta pastora, pero ella nos recibió a nosotros en su lugar y la agradezco, pero este contexto no es adecuado para una escuela", sentenció la mujer que conduce la "Brazos Abiertos".

"<b>Felicito a los señores políticos que se ocupan de las personas que no tienen vivienda, pero ocúpense de la educación también</b>. Si hago un barrio también pienso que tengo que hacer una escuela", exigió y lo explicó así: "se tienen que sentar detrás de su escritorio, por ejemplo con Educación, y decir: "¿a dónde vamos a mandar estos chicos a estudiar?".

Fuente: El Entre Ríos.