A través de un comunicado, la Federación Agraria de Entre Ríos expreso su defensa al INTA, organismo al que el ajuste del gobierno nacional le llegó.
Desde la organización rural expresaron, en un comunicado, que “Cuidar al INTA es un deber. Y para defenderlo hay que conocerlo, saber qué pasa dentro del organismo; y disponer de información fiable acerca de los planes que diseñan en el gobierno nacional de cara a su futuro inmediato”.
“Su finalidad es desarrollar acciones de investigación e innovación tecnológica en las cadenas de valor, regiones y territorios para mejorar la competitividad y el desarrollo rural sustentable de la empresa agraria y de la vida rural”, aseguraron luego.
Además, señalaron: “Las banderas de la Federación Agraria Argentina son de una clara defensa de INTA en su rol de Investigador y de extensión agropecuaria, generando tecnologías adaptadas a cada economía regional. Lo mismo que la defensa y reserva intelectual de la validación de las nuevas tecnologías para todos los perfiles de productores, pero más aún para el pequeño y mediano”.
El comunicado completo
“1956 fue el año de creación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de la Argentina. Desde entonces, la institución sirve al campo, en especial al pequeño y mediano productor que lo considera una de sus principales vías de acceso a la actualización técnica.Cuidar al INTA es un deber. Y para defenderlo hay que conocerlo, saber qué pasa dentro del organismo; y disponer de información fiable acerca de los planes que diseñan en el gobierno nacional de cara a su futuro inmediato.
En ese marco, se impone refrescar información sobre las bases del INTA y para eso solo hay que recurrir a la norma de fundación, -Ley número 21.680-, que lo deja en claro desde el artículo primero: “Crease el INTA, para impulsar, vigorizar y coordinar el desarrollo de la investigación y extensión agropecuaria y acelerar con los beneficios de éstas funciones fundamentales la tecnificación y el mejoramiento de la empresa agraria y de la vida rural. Será un órgano autárquico del Estado, que podrá desarrollar su acción en todo el territorio de la nación, adecuando su funcionamiento a las directivas del Poder Ejecutivo Nacional (PEN), en todo en lo que concierne a la tecnología. Sus relaciones con el PEN serán mantenidas por intermedio del Ministerio de Agricultura, Ganadería y pesca y del Ministerio de Economía”.
En rigor, su finalidad es desarrollar acciones de investigación e innovación tecnológica en las cadenas de valor, regiones y territorios para mejorar la competitividad y el desarrollo rural sustentable de la empresa agraria y de la vida rural.
La visión del INTA es contribuir a la soberanía científico tecnológica, seguridad y soberanía alimentaria. El organismo está comprometido con la competitividad sistémica en un marco de sostenibilidad ambiental, inclusión social y equidad; lo mismo que con el desarrollo y bienestar laboral de todo su personal. Suma que sus aportes deben ser confiables, eficientes, eficaces, transparentes; con valores y, -muy importante-, con capacidad de anticipación y reacción frente a las problemáticas emergentes.
La misión, o razón de ser pasan por impulsar la innovación y contribuir al desarrollo sostenible de un sistema agropecuario, agroalimentario y bioindustrial; que sea competitivo, inclusivo, equitativo y cuidadoso del medio ambiente; que se sostenga en investigaciones, acciones de extensión, desarrollo de tecnologías y aporte a la formulación de políticas públicas, articulación y cooperación nacional e internacional.
En 1986, y a través del decreto número 287, se concreta una adecuación y actualización de la estructura y funcionamiento del INTA. Es en ese momento de la historia de la institución que se define como necesaria una descentralización operativa de las unidades del INTA y la participación en su conducción de los distintos sectores involucrados en la generación y adopción de tecnologías en el ámbito de la unidad; para contribuir a agilizar las acciones y facilitar el uso más eficiente y coordinación de los recursos disponibles.
Queda determinado que los Centro Regionales y de Investigación, serán instituidos por el Consejo Directivo con el ámbito territorial, la sede, la estructura orgánica y funcional y el grado de descentralización ejecutiva, administrativa y técnica que en cada caso se establezca. También señala que en cada Centro Regional se constituirá un Consejo y determinará cómo será su integración.
En el territorio, la estructura de INTA se despliega desde una sede central, con 15 Centros Regionales; 51 Estaciones Experimentales; 292 Agencias de Extensión Rural; seis centros de investigación; 817 institutos de Investigación y organizaciones privadas reconocidas como la Fundación ArgenINTA e Intease SA.
Lo expresado hasta aquí basta y sobra para comprender que la defensa del INTA es innegociable. Se trata de una herramienta indispensable para el pequeño y mediano productor agropecuario. Hacerlo más eficiente es un deber y una obligación; tanto como cuidarlo.
Las banderas de la Federación Agraria Argentina son de una clara defensa de INTA en su rol de Investigador y de extensión agropecuaria, generando tecnologías adaptadas a cada economía regional. Lo mismo que la defensa y reserva intelectual de la validación de las nuevas tecnologías para todos los perfiles de productores, pero más aún para el pequeño y mediano.
La territorialidad de las Agencias de Extensión de INTA (AER) son fundamentales en el sostenimiento de la ruralidad mediante capacitaciones y asesoramiento con los medios que se disponen en cada rincón de la diversidad de climas, usos y costumbres de nuestra población rural. El Centro de Capacitación Integral (Cecain) es un ámbito natural de formación de jóvenes hijos de productores agropecuarios.
Se impone trabajar en una estrategia Institucional; un plan estratégico que enfrente los cambios de contexto y se sostenga en las fortalezas de INTA.
Desde el año 2023 en todas las reuniones del Consejo Regional se presentaron informes, mencionando ajuste y; restricciones presupuestarias. Como ejemplo se menciona el achicamiento de personal con ofrecimiento de retiros voluntarios a empleados con una población objetivo de 600 personas menos; la ausencia de reemplazos de los técnicos que se jubilan; la venta de activos; el achicamiento determinadas partidas de gastos y la dependencia del funcionamiento de las Experimentales y Regionales de los fondos que administran las Cooperadoras.
Todos comprendemos que la información es poder y; teniendo en cuenta la diversidad de situaciones que se presentan en las distintas Regionales de INTA, es necesario saber el alcance del ajuste planteado. Desde nuestra entidad proponemos que el Consejo Regional Entre Ríos, pida precisiones al respecto al Consejo Directivo.
Si bien este proceso va a continuar sucediendo a lo largo de la actual gestión, es muy importante que nos mantengamos comunicados para comprender la intensidad del ajuste y las acciones que podemos hacer desde Entre Ríos y cómo articular con las demás Regionales de INTA, además de sumar esfuerzos y reclamos de todas las entidades que estamos involucradas y preocupadas por el destino de ésta Institución.”
Fuente: El Entre Ríos / Federación Agraria