Tal como es habitual que ocurra, el mensaje del gobernador entrerriano en la apertura de sesiones de la legislatura dio paso a reacciones de toda clase. Desde el oficialismo, voces de apoyo. Desde la oposición peronista, severas críticas.
El enojo opositor con el discurso de Rogelio Frigerio se canalizó primero a través de declaraciones de su antecesor, Gustavo Bordet, y enseguida se sumaron los legisladores peronistas, a través de un comunicado.
Los diputados y senadores cuestionaron especialmente al actual mandatario entrerriano la “complacencia” con la gestión nacional de Javier Milei, que, dijeron, empobrece a las provincias.
“Estamos frente a un gobierno provincial que elige atribuir los problemas actuales a la herencia recibida en vez de reconocer que los inconvenientes más graves que hoy tiene Entre Ríos derivan de decisiones del gobierno nacional que conduce Javier Milei, decisiones que el gobernador no cuestiona aunque afectan los derechos de todos los habitantes de la provincia. Vinimos a escuchar un plan de gobierno y no hubo ningún anuncio de políticas públicas sobre la provincia”, dijeron los legisladores en las primeras líneas del material enviado a El Entre Ríos.
El comunicado continúa así:
Es más fácil para el gobernador Rogelio Frigerio echarle la culpa al gobierno anterior que reclamarle con seriedad y responsabilidad al actual gobierno nacional. Sin embargo, está fresco en la memoria de los entrerrianos que durante la gestión del gobernador Bordet –y aún con las dificultades del gobierno nacional de Mauricio Macri entre 2015 y 2019, del cual Rogelio Frigerio fue Ministro del Interior y brazo político ejecutor- Entre Ríos cumplió cabalmente sus obligaciones, garantizó derechos y fomentó el crecimiento de la economía.
Frigerio repite el latiguillo de que recibió una provincia desorganizada y endeudada, mientras que en campaña nada decía de esto, porque la realidad era otra y no podía mentir sobre lo evidente. Sucede que la realidad cambio drásticamente en los 60 días de gobierno de Javier Milei, un Presidente que permanentemente está atacando a los habitantes de las provincias con la intención de profundizar el ajuste, y que encuentra en Entre Ríos el silencio complaciente de su gobernador.
Desde el 11 de diciembre asistimos a una serie de anuncios aparentemente vinculados a corregir vicios que el gobernador atribuye a la dirigencia política. Hemos acompañado sus propuestas en el debate legislativo y seguiremos tratando de hacer los mejores aportes a aquello que pueda optimizar el manejo de los recursos públicos, pero sabemos que son en general iniciativas tendientes a fortalecer el relato de la “herencia recibida”. Medidas que sobredimensionan y espectacularizan acciones de gobierno que no tienen impacto real en la vida de las personas.
Mientras tanto el gobernador Frigerio avala un rumbo de gobierno que solo puede tener un resultado: el empobrecimiento de los habitantes de las provincias. Lo ha dicho en más de una oportunidad: que el DNU de Milei es el “norte” del país o que la Ley ómnibus es la herramienta necesaria para llevar adelante el ordenamiento de la Argentina, para cuya sanción no solo instruyó a los diputados nacionales de su espacio sino que también trabajó para conseguir el apoyo de otros gobernadores.
Frigerio es uno de los mandatarios provinciales que apuntaló las ideas del gobierno nacional. No es la prudencia ni el culto a la moderación lo que guía su conducta, es la coincidencia con esas ideas de Milei. Y sabemos que el verdadero problema no son los improperios a los gobernadores a los que ya nos tiene acostumbrados el Presidente, sino la aplicación de un rumbo con el que Frigerio ha dicho estar de acuerdo.
Es fácil alardear de entrerrianía desde una fiesta popular, mate en mano; pero hoy los perjudicados son la educación entrerriana, los trabajadores entrerrianos y todos aquellos que sufren el recorte de sus derechos. Y es allí donde debería verse ese apego a la defensa de la provincia. No pretendemos juzgar una gestión de la que solo han transcurrido 60 días, pero sí preguntamos qué se hará frente a todo esto.
¿Qué herramientas se van a implementar para amortiguar los efectos de las medidas nacionales en la economía provincial?
¿Cómo se dará continuidad a la obra pública y se sostendrá el nivel de empleo?
¿Cómo se va a proteger a la industria entrerriana, a nuestras Pymes, a las economías regionales?
¿Qué herramientas se van a poner en marcha para sostener a las y los emprendedores de la Economía Social?
¿Cómo se va a garantizar el derecho a la alimentación o el acceso a la salud de los entrerrianos en situación de mayor vulnerabilidad?
¿Cómo se afrontará el problema del transporte público por el recorte de subsidios o qué sucederá con el Fonid que forma parte del salario docente?
Esperamos estas respuestas del gobierno provincial. Queremos saber qué hará Frigerio para que el Estado provincial pueda cumplir con sus obligaciones en materia de salud, educación, desarrollo social, obra pública y otros aspectos.
Seguimos dispuestos a participar de un diálogo genuino, sin golpes bajos, porque asumimos la responsabilidad de ser una oposición razonable y constructiva.
Pero entendemos que si no hay un reconocimiento del cambio ocurrido en el contexto nacional, y si no se asume una postura en consecuencia con esa realidad, será muy difícil para los entrerrianos sobrellevar estar coyuntura.
Hoy no sabemos siquiera con claridad cuáles son los recursos que pierde Entre Ríos por la quita de fondos que realiza el gobierno de Milei, y menos aún vemos a un gobierno provincial en actitud de reconocer ese problema, que es el primer paso necesario para hacer algo al respecto.