1995. Siendo aún adolescente, recorría el circuito de locales para la shows en vivo que tenía Concordia. Junto a los hermanos Dante (guitarra y voz) y Leandro (bajo) Caiffa y Matías Ottero, el batero de entonces, conformaban “Los Cachorros”, una banda de rock y blues que tuvo grandes momentos en la escena local.
Yamil Salvador era el tecladista y saxofonista de la banda. Hasta el 2000 permaneció en su Concordia natal, recorriendo lugares como aquel salón que pizzería “El Reloj de Valentín” tenía sobre calle Néstor Garat o el pool “Oktubre” sobre Salto Uruguayo, entre otros.
La música en las venas
Yamil es hijo de Marcelo, bandoneonista, y sobrino de Roberto, guitarrista, del grupo de tango “Hermanos Salvador”. Lleva la música en las venas como aquella vez, en 2003 en pleno Hostal del Río (en Parque San Carlos), cuando tocó junto al baterista Ariel Lovatto (desde 1999 fue parte de “Los Cachorros”) y al bajista Leo Caiaffa con un tal Norberto Aníbal Napolitano. Sí, Pappo compartió escenarios con ellos.Y si de nombres ilustres hay que hablar, además de haberse subido este sábado 20 de mayo al escenario para tocar dos temas con La Renga, Yamil Salvador tiene varias historias para contar. Por ejemplo, a poco de haberse ido a estudiar música a Buenos Aires, comenzó a tocar junto al violinista rosarino Jorge Pinchevsky, músico de La Pesada Rock and Roll,entre otras.
Después, se mudó a La Plata y empezó a tocar en Guasones donde permaneció como tecladista hasta 2016 cuando la propia banda anunció de cambios que incluyó la partida de Yamil, entre otros, y el arribo de Matías Sorokin, hermano menor de “Coti”. Sin embargo, al día de hoy sigue tocando. De hecho, este jueves 25 de mayo estará con la banda en el auditorio “Ángel Bustelo” de Mendoza.
El concordiense también tocó con Juanse, el vocalista de Ratones Paranoicos, la banda del Bajo Flores Los Gardelitos y hasta se dio el lujo de acompañar musicalmente a Charly García y más recientemente componiendo para “Los Burritos”.
En su ciudad y con La Renga
A esa increíble ficha artística, sumará sin dudas esos dos temas que compartió este sábado ante 50 mil personas, en la costanera de su ciudad natal, junto a Gustavo “Chizo” Nápoli, Jorge “Tanque” Iglesias, Gabriel “Tete” Iglesias y un integrante de la banda Bulldog.Si del bajista de La Renga se habla, vale destacar que su hija Wayra Iglesias es cantante y Salvador toca junto a ella por lo que ahí surgió la amistad con los integrantes de la banda surgida en Mataderos. No es la primera vez que el entrerriano comparte escena con La Renga. Ya lo hizo en La Roca Industrial Red House, el bar de Jorge “Corcho” Rodríguez con el que también tocó. De aquel encuentro quedó “La maldita máquina de matar”, cuyo video puede verse en Youtube.
El castillo, en las pantallas
La Renga, en la voz de su cantante, mostró repetidos agradecimientos al público y elogios a las bondades del lugar que los acobijó. También mostró que el arte local merecía un espacio por lo que las dos bandas teloneras son de “la capital nacional de la citricultura”: Gurí y El Delirio de la Parca. En síntesis, Concordia retumbó gracias a su voz gruesa y esa potencia de parlantes y amplificadores que no recuerda la ciudad.También desde la artística de las pantallas hubo un giño hacia Concordia que no pocos notaron. Precisamente cuando Yamil Salvador subió al escenario, en las megas pantallas ubicadas a ambos laterales se proyectaron imágenes de los músicos enmarcadas en un dibujo que replicaba el castillo del Parque San Carlos.
El castillo esconde cientos de historias, en uno de los puntos más altos de un parque ubicado a la vera del río Uruguay. Su circunstancial e ilustre visitante en 1929, el escritor y aviador francés Antoine De Saint-Exupéry, le deben su vigente trascendencia global.
La inspiración para escribir “El Principito” viene de allí, afirman los especialistas y multiplican los que alguna vez fueron al castillo cuya fachada este apareció en trazos bien coloridos en las pantallas del recital que también ya nadie olvidará.
Fuente: El Entre Ríos.