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Marizza tuvo su “cumbre”, en Paraná

El polémico empresario de la construcción puede jactarse de ser un amigo del poder. Su boliche reunió desde el Gobernador al secretario Berni. ¿Quiénes más estuvieron?

A continuación, <b><i>elentrerios.com</i></b> reproduce un artículo de la redacción del sitio digital de noticias <b>“Entre Ríos Ahora”</b>, que fue publicado este viernes.

<b>Su rol, según pasan los gobernantes</b>

“No tiene reparos ni pruritos: fue el funcionario insignia del menemismo, estuvo en la intervención de Gas del Estado, luego privatizada, y tuvo cargó con una causa penal en su contra por negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública, pero en 2010 fue sobreseído: la Cámara Federal porteña lo sobreseyó a él y a otros tres funcionarios menemistas no por haber probado su inocencia, sino por prescripción.

En Entre Ríos, Marizza encabezó la ex Empresa Provincial de la Energía de Entre Ríos (EPEER), luego privatizada, y reestatizada en 2005, y manejó la compañía de gas del Estado. Pero acabado el menemismo, se refugió en sus negocios privados: la constructora Antonio Caballi SA, una de las más beneficiadas con la obra pública en Entre Ríos.

Y además encargó distintos proyectos ligados al negocio de la noche: en 2003, durante la administración de Sergio Varisco, al frente de la firma La Nueva Toma SA, consiguió que la Municipalidad de Paraná le cediera la ex planta potabilizadora de agua, en la Toma Vieja, y la convirtió en un boliche bailable que fue un éxito, Budha.

Pero la concesión, que debía durar diez años, concluyó de hecho antes: en 2008 ese boliche había languidecido, y entonces Marizza trasladó sus intereses al Puerto Nuevo, donde ocupó uno de los viejos galpones, para levantar otro boliche bailable que también le reportó ganancias. Allí montó el complejo Puerto Z, que cerró definitivamente en diciembre de 2013.

Este año consiguió la concesión de otra propiedad del Estado, la vieja casona ubicada en Costanera y Vélez Sarsfield, donde funcionó el Museo de la Ciudad: allí abrió el boliche Ortiz, un guiño al poeta Juan L Ortiz.

Ahí funcionaron el Molino Rojo, Tío Po y, más recientemente, La Baxada, que abrió sus puertas entre 2006 y 2013.

Vencida esa última concesión, el gobierno de la ciudad llamó a licitación y se presentaron dos propuestas: Spoturno SRL y Altos de la Toma S.A., del empresario de la construcción Miguel Marizza.

El empresario contrató a un exfuncionario municipal, el arquitecto Eduardo Loréfice, para que le diseñe el boliche, que ahora es bum.

Ortiz ocupó parte de la Costanera, clausuró escalinatas de la Costanera media, e instaló un molino en espacio público. Y cuando la demanda es alta, y el boliche funciona como pub, en fines de semana, también instala un generador eléctrico en el sector de juegos aeróbicos.

Ningún funcionario le llamó la atención a los propietarios del boliche por ocupar esos espacios públicos. Ni siquiera se averiguó por qué instalaron rejas que habrían sido sacadas del ex Hipódromo, declarado patrimonio de la ciudad por el Concejo Deliberante. Nada de eso.

Muy por el contrario: el martes, en medio de la Cumbre de Presidentes del Mercosur, los más altos funcionarios acudieron a la fiesta que se organizó en Ortiz de bienvenida a los periodistas que cubrieron la reunión de jefes de Estado de Latinoamérica en Paraná.

<b>Todos se dejaron fotografiar en “Ortiz”</b>

Ahí estuvieron el gobernador Sergio Urribarri, la intendenta Blanca Osuna, el ministro de Cultura, Pedro Ángel Báez, y hasta el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.

Tampoco faltó a la cita el secretario de la Cámara de Senador, Mauro Urribarri; el contador Gustavo Bordet, intendente de Concordia y precandidato a Gobernador por el Frente para la Victoria; como su contrincante en la interna oficialista para suceder a Urribarri, el ministro de Gobierno Adán Bahl.

Incluso, Berni se fotografió con uno de los enviados del diario La Nación a Paraná, el periodista Mariano Obarrio.

<b>Raro </b>

Antes de ese cónclave de las máximas figuras del poder en Entre Ríos en el boliche Ortiz, la directora del Museo de Bellas Artes Pedro E. Martínez, Marcela Canalis, había despotricado por la utilización del nombre del poeta gualeyo para un pub.

El 29 de octubre, en su muro de Facebook, la funcionaria anunció: “Vuelve Juan L a la portada”.

Después, explicó: “No sé. Es la manera más rápida que encontré, por ahora, para intentar desagraviarlo (si es que ésto fuera posible). Esa espantosa mueca del pasado noventoso que desde hace unos días habita el Parque Urquiza lleva, desafiante, su apellido. Nada más alejado de Juan L.: las vallas; los cercos; las tapias; la propiedad privada usurpando buena parte del parque que nos pertenece a todos; los patovicas; un cartel que reza “valet parking” (!); la frivolidad; la banalidad; el estruendo que ya no permitirá el dulce sueño de las aves en los árboles que él tanto amó. Como una bofetada. Leemos ORTÍZ.

Con torpe tipografía gótica en lugar de su bella, extraña y amada cabeza. Sobre su rostro. Que mira hacia el suelo, casi como siempre, pero como nunca antes”. El martes, casi ningún funcionario atendió ese llamado de atención: todos acudieron presurosos al ágape que brindó Ortiz, ahí donde todo está”.

Fuente: Entre Ríos Ahora