Alerta

Preocupación entre citricultores por el avance del vector que transmite HLB

Luego de que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) detectara en la provincia de Santa Fe otros tres casos positivos del insecto vector transmisor de bacterias del HLB (Diaphorina citri), la enfermedad más grave de los cítricos a nivel mundial, en el sector privado ven con suma preocupación el avance de las infecciones. Este problema puede generar fuertes daños en la citricultura nacional si finalmente se genera una dispersión del HLB.

Pablo Padilla, presidente de la Asociación Citrícola del Norte Argentino y de la Asociación Fitosanitaria del Norte Argentino (Acnoa y Afinoa), señaló que a partir de las detecciones de este vector, hoy la Argentina está dividida por zona 1, 2 y 3, que van de acuerdo con el grado de magnitud de la presencia del vector y la bacteria. Tras la detección en Santa Fe, Misiones, Corrientes y Entre Ríos, estas provincias ahora son de la zona 3, es decir, que hay presencia del vector y la bacteria. Salta y Jujuy son zona 2, con presencia del vector, pero sin presencia de la bacteria. Tucumán y Catamarca son zona 1 todavía. Estos dos casos aún mantienen el estatus fitosanitario 1 y se analiza la situación sanitaria. Por este vector están en juego millones de dólares que ingresan a las provincias citadas por la producción citrícola. Las provincias mencionadas producen por año 1.850.000 toneladas de cítricos.

El Senasa ha realizado las inspecciones en las zonas donde se ha detectado el vector y está esperando el periodo de primavera para ver cómo evolucionan los focos. Todavía falta observar cómo seguirá la situación en Santa Fe, que está muy cerca de Entre Ríos.

El vector del HBL (Huanglongbing) es un insecto llamado Diaphorina citri. El Huanglongbing es considerada la enfermedad más devastadora de los cítricos a nivel mundial. Esta afecta a todas las plantas de cítricos y algunas plantas ornamentales como el Mirto, Murraya o Jazmín Árabe (Murraya paniculata). Los síntomas del HLB pueden observarse tanto en hojas como en frutos, según el Senasa. Una vez que una planta se infecta de HLB, no existe hasta el momento ninguna alternativa que permita restituir la salud de la misma, por lo que indefectiblemente muere. De acuerdo con el organismo, hasta el momento no tiene cura, pero sí prevención.

El empresario señaló que desde Afinoa, que funciona como ente sanitario, tienen a cargo 13 barreras que protegen el NOA, es decir, las provincias de Tucumán, Catamarca, Salta y Jujuy, donde hacen el control de tránsito vegetal. El sector privado aporta más de $3000 millones para el mantenimiento de estas barreras fijas y móviles. Además, hay más de 3500 trampas monitoreando la región citrícola. Las provincias también hacen sus aportes, y junto con el Senasa intentan atrasar la llegada de la enfermedad a Tucumán.

En esta última provincia se estima que la superficie implantada para este 2024 con cítricos fue de 43.150 hectáreas. De esto, el 96,3% [41.500 hectáreas]lo ocupa el cultivo de limón, mientras que el 3,7% [1600 hectáreas]los cítricos dulces. Allí se calcula que ingresan por el negocio de los cítricos aproximadamente US$500 millones por año.

Se cree que el vector entró al país desde Brasil a través de la provincia de Misiones, el primer lugar donde se detectó. El país vecino, considerado el mayor productor de naranjas en el mundo, tiene un problema severo a causa de este vector: se estima que un 32% de la superficie implantada con naranjas está infectada. “Es posible que alguna planta o restos de naranjas que hayan pasado la frontera con Misiones venían con el vector. Esto provocó que se disemine la enfermedad”, precisó.

En el mismo escenario que Brasil está Estados Unidos, donde en el estado de Florida arrasó con la citricultura. Se pasó de 300 millones de cajas producidas a 16 millones. Según un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), desde 2014, el Congreso ha asignado US$64 millones en fondos para el desarrollo de tecnología que impida el avance de este vector. Sumado a las tareas de control y mejora productiva, también se eliminaron 2428 hectáreas de arboleda abandonadas por este problema.

En el caso de la Argentina, actualmente hay un programa nacional de prevención del HLB, creado por la ley 26.888 con el objetivo de salvaguardar la citricultura nacional, evitar la introducción y dispersión del HLB en todo el territorio nacional. Si bien no está claro, en el sector privado creen que la ley no tiene los fondos suficientes para ejecutar a cabalidad los controles fitosanitarios. “Esto pone en una situación grave la producción cítrica de la Argentina”, señaló el directivo.

El Senasa declaró al NOA área protegida y permite tomar medidas tanto en el tránsito de materia vegetal como la fruta, las cuales deben cumplir con algunas condiciones sanitarias y la desinfección para poder comercializarse en esa región. “En el caso de detectar plantas enfermas, hay que comenzar a erradicarlas, porque si no se complica mucho la situación y pueden llegar hasta a desaparecer muchas quintas”, acotó Padilla.

Más allá de las quintas productivas, el vector puede presentarse en las plantas o árboles ornamentales urbanas. En Salta y Jujuy este problema existe desde hace varios años y se hacen los controles pertinentes. En tanto, como se detectó en el arbolado urbano en la provincia de Tucumán, esta provincia quedó en la mira. En abril fue la primera detección en la plantación comercial. “La Argentina no tiene la misma escala de citricultura como tiene Brasil, hay mucho minifundio donde los controles sanitarios son dispares, lo que hace más difícil el control de la actividad, la plaga. En el norte hay más de 12.000 hectáreas abandonadas, no todos los productores tienen fondos para llevar adelante planes de contingencia”, resumió.

Fuente: La Nación - Belkis Martínez