En la víspera de la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por el caso Fernando Pastorizzo, asesinado en la madrugada del 29 de diciembre de 2017 en Gualeguaychú, Revista Noticias reprodujo en su última edición las pericias psiquiátricas y psicológicas de Nahir Galarza, condenada a prisión perpetua.
Los informes realizados por el doctor Enrique Stola (especialista en psiquiatría y psicología clínica que relevó los abusos sexuales en la causa del cura Grassi) y de la licenciada Alicia Castro (perito en causas criminales), serían un pieza clave para entender la psiquis de Galarza.
Las pericias darían cuenta de una esquizofrenia de inicio temprano, con alucinaciones “muy presentes” de carácter auditivo, visual, cenestésico (Galarza realza que “siente que la tocan”) y olfativas.
Stola da cuenta en su informe de una “marcada apatía”, con pensamientos “delirantes” y una dificultad para la “comprensión de las preguntas”. Galarza presenta un “juicio desviado”, una percepción alterada de la realidad; acompañado por pesadillas asociadas a representaciones traumáticas: el presunto abuso sexual por parte de un tío y un aborto obligado meses antes del asesinato de Pastorizzo.
Jorge Zonzini, exvocero de la joven, en su momento se había referido a la nula percepción de la realidad que evidenciaba Galarza, contando que, al retirarse de la celda tras sus visitas, ella saludaba y “se despedía con una sonrisa placentera, sin demostraciones de miedo o dolor, como si estuviera en Disney”.
Y aunque el informe de Stola destaca que Galarza no presenta signos de cuadros dentro del Espectro Autista, Zonzini, autor del libro “El silencio de Nahir, crónica de un linchamiento mediático”, marca que “su hermano Aaron tenía un marcado retraso madurativo y sus dos medio hermanos, hijos extramatrimoniales de su padre, Román e Ignacio, tenían Asperger”.
La defensa de Galarza insiste en que la joven de 19 años, al momento del juicio, llegó según las pericias “en las peores condiciones de salud mental, sin haber tenido la contención médica, psicológica y psicofarmacológica adecuada”.
Galarza, quien fue recientemente trasladada desde la Unidad Penal de Paraná donde cumple condena para continuar con los trámites del cambio de su apellido, tras haber acusado a su padre el policía Marcelo Galarza de ser el verdadero asesino de Pastorizzo, acaba de despedir a la abogada Raquel Hermida, tras expresar que “solo le interesan las cámaras y no la verdad, y me ha colocado como rehén de un feminismo fanático al que no pertenezco”.
Los abogados José Ostolaza y Pablo Sotelo, quienes representan a Galarza desde el inicio, serán quienes lleven ante la Corte Suprema el “Recurso extraordinario federal”, que denuncia “discriminación, arbitrariedad, falta de pericias y de perspectiva de género en incumplimiento de los convenios internacionales de violencia de género y protección de la mujer” en este caso.
Fuente: Revista Noticias / Editorial Perfil