Política

Sin CFK, el Senado sancionó el acuerdo con el FMI. Bordet agradeció a los legisladores entrerrianos que votaron a favor

Ledesma y no CFK presidió la votación

La ley fue aprobada por 56 votos favorables y 13 en contra del sector liderado por Cristina Kirchner, que quedó en minoría dentro del oficialismo y fue acusado de “irresponsable” por la oposición; se registraron tres abstenciones.

En medio de una crisis económica que se agrava día a día y con la fractura expuesta de la coalición de gobierno por el rechazo del sector liderado por Cristina Kirchner, el Senado ratificó por abrumadora mayoría la ley que consagra el acuerdo alcanzado por la administración de Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional (FMMI) para evitar la caída en default del préstamo tomado por la gestión de Mauricio Macri en 2018.

La ley que le permitirá al Gobierno contraer un nuevo préstamo por US$ 45.000 millones fue aprobada por 56 votos a favor, 13 en contra, todos del kirchnerismo, y tres abstenciones.

Cristina Kirchner estuvo ausente en el momento de la votación.

En una situación inédita desde que la grieta se instaló en el escenario político nacional, los bloques del oficialismo y de la oposición coincidieron en apoyar un proyecto del Poder Ejecutivo, durante un debate en el que se escucharon desde ambas orillas discursos coincidentes sobre la gravedad de la situación económica que atraviesa el país.

El consenso, forjado en el vértigo de la emergencia, no hizo más que dejar expuesta la rigidez ideológica del kirchnerismo que, con su rechazo a aceptar un nuevo crédito del FMI, quedó a contramano del gobierno pergeñado por la propia Cristina Kirchner en 2019 con el objetivo de devolver al colectivo peronista al poder.

La defección kirchnerista a la hora de apoyar al Gobierno dejó al Frente de Todos en la extraña situación de quedar como furgón de cola de los bloques de la oposición, que aportaron 35 votos.

En este escenario, Juntos por el Cambio fue la fuerza que más votos aportó, como se preocupó por enrostrárselo al oficialismo el jefe del bloque radical, Luis Naidenoff (Formosa), quien recordó que lo mismo ocurrió en la Cámara baja cuando se aprobó el proyecto la semana pasada.

“Hoy estamos evitando el default en la Argentina por la conducta y la voluntad política de la oposición”, sentenció Naidenoff, que calentó así el debate cuando se llevaban casi ocho horas de discursos.

El senador opositor, que en un par de oportunidades lamentó que Cristina Kirchner no se encontrara en el recinto mientras hablaba, acusó al kirchnerismo de irresponsable. “Este oficialismo que intenta diferenciarse, que juega a hacerse el duro, juega con fuego”, afirmó.

La réplica, en el final del debate, estuvo a cargo del jefe del bloque oficialista, José Mayans (Formosa), quien recordó que en el debate en comisiones en Diputados el gobernador Gerardo Morales (UCR) había reconocido que la deuda era responsabilidad de cambiemos. “eso se llama sensatez”, apestilló.

A pesar de que votó a favor, Mayans apeló al discurso kirchnerista para criticar la gestión de Cambiemos. “Dicen que pagaron la deuda que les dejó Cristina. ¡Mentira! Los dólares se fueron a la usura”, afirmó, antes de agregar que, como consecuencia de la situación heredada Alberto Fernández “debió gobernar en emergencia”.

Pero el presidente del bloque oficialista tuvo también un momento de autocrítica y criticó al Gobierno que representa. “Dijimos que íbamos a volver mejores y hasta ahora no lo logramos”, señaló y despertó las risas de su bancada y el aplauso de los senadores de Juntos por el Cambio.

Sin embargo, la coalición opositora no pudo lograr la unidad absoluta, como se esperaba. La neuquina Lucila Crexell se desmarcó con un discurso crítico al acuerdo y a la administración de Fernández, en el que también cuestionó la política económica del gobierno de Cambiemos, y decidió abstenerse.

La cuenta de apoyos al entendimiento se completó con los cuatro votos aportados por los provinciales Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro), Magdalena Solari Quintana (Frente Renovador de la Concordia-Misiones) y las peronistas disidentes Alejandra Vigo (Córdoba Federal) y Clara Vega (La Rioja).

La puntana María Eugenia Catalfamo fue la primera en romper el tácito pacto de no agresión entre oficialismo y oposición y responsabilizó a Mauricio Macri por haberse endeudado ante el FMI, con un crédito al que calificó como una estafa. También fue la primera oficialista en anunciar su voto en contra. “Es la mayor estafa que haya sufrido nuestro país. El préstamo otorgado a Mauricio Macri, en complicidad con el FMI, es algo escandaloso”, sentenció.

La misma línea argumental siguieron las senadoras kirchneristas Nora Giménez (Salta), María Inés Pilatti (Chaco) y Silvia Sapag (Neuquén), aunque esta última terminó volcándose por la abstención tras declarar su confianza en un gobierno nacional que dijo, se preocupa por los pobres.

El resto del kirchnerismo, hizo mutis por el foro. Los cinco senadores de La Cámpora, presentes al inicio de la sesión, y el neuquino Oscar Parrilli, mano derecha de la vicepresidenta, optaron por guardar silencio y sólo se expresaron a la hora de la votación.

Ni siquiera respondieron el duro discurso de la macrista Gladys González. “A ustedes, señoras y señores del kirchnerismo les pregunto. ¿Qué están haciendo? ¿Le van a sacar el cuerpo al problema?”, los desafío la senadora. “Lo que están haciendo es de una irresponsabilidad mayúscula”, concluyó.

Los tuits de Bordet
Una vez producida la sanción, el gobernador de Entre Ríos apeló a su cuenta en Twitter para expresar satisfacción, felicitar al presidente Alberto Fernández, al Ministro Martín Guzmán y valorar “la responsabilidad de las y los legisladores entrerrianos que brindaron su apoyo”.

Si bien el mandatario entrerriano fustigó al gobierno anterior al que calificó de “irresponsable” por haber contraído el endeudamiento con el FMI, tuvo también palabras que parecieron apuntar a terminar con la grieta. “Es hora de dejar atrás esta discusión y redoblar los esfuerzos para que la Argentina crezca”, escribió Bordet.



Fuente: La Nación - El Entre Ríos