Desde enero, Concordia cuenta con su tercera sala de juegos. 84 tragamonedas y 12 puestos de ruleta electrónica se sumaron a la “oferta” especialmente dirigida a quienes sueñan con que el azar les sonría y los haga ricos… o menos pobres, en muchos casos…
Entre esta flamante sala y las dos anteriores hay una primera diferencia observable a simple vista: la ubicación. La primera y más antigua está enclavada en el microcentro. La segunda, sobre la avenida Eva Perón, rodeada de una urbanización de clase media y alta. La nueva, en cambio, que lleva por nombre “Sala Camba Paso”, está erigida en la zona noroeste de Concordia, sobre Avenida Presidente Illia, a tiro de los barrios periféricos más empobrecidos de la ciudad y a 50 metros de la conocida y populosa feria de compras “Las Palmeras”.
“La sala está desarrollada en 480 metros cuadrados cubiertos, divididos en dos plantas. Cuenta con un parque de máquinas de 84 unidades, de las cuales 12 son puestos de ruleta electrónica”, puntualizaron desde el Instituto de Asistencia Financiera a la Ayuda Social (IAFAS), ante una consulta de El Entre Ríos.
Como no puede ser de otra manera, la sala fue habilitada por el propio IAFAS, organismo rector del juego en Entre Ríos. “Responde a una decisión de facilitar el acceso de la población a una sala de entretenimientos oficial y legal, como una estrategia de control y lucha contra el juego ilegal, el cual se enfoca exclusivamente en la venta clandestina sin reparar en garantías, controles estatales y en el cuidado de las poblaciones más vulnerables”, argumentaron desde el Instituto de Ayuda Financiera a la Acción Social.
A pocos metros de la puerta principal, hacia el este, hay otra, en la que está pegado un cartel que informa: “Horario de la Sala: Domingo a Jueves 12 pm. a 03 am. Viernes, Sábado y vísperas de feriado 12:30 pm. a 3:30 am.”.
Pero esa puerta tiene otro propósito mucho más relevante que servir de cartelera. A futuro, allí funcionará una sala de apuestas hípicas, según pudo saber El Entre Ríos.
3 salas y un único concesionario
Desde el IAFAS explicaron que “la empresa concesionaria es la misma de las otras salas de Concordia: Palmar Hotel Casino”.
Su principal dueño es Carlos Donato Carraro, un hombre exitoso en el mundo de los negocios y uno de los empresarios de mayor renombre en Concordia.
Carraro no sólo es la cabeza visible de Palmar Hotel. También integra otras sociedades. Por ejemplo, Concorplaza, creada en 2014, en la que unió fuerzas con otro conocido empresario de la capital del citrus: Ricardo Isidoro Lande. Concorplaza –con sede en Ciudad Autónoma de Buenos Aires- es propietaria del edificio anexo que la Municipalidad de Concordia alquila –por algo más de medio millón de pesos por mes- en el segundo piso de la esquina de Bartolomé Mitre y Carlos Pellegrini.
Carraro y Lande –este último se sumó años atrás al think tank denominado “Entre Ríos Ahora” que acompañó a Rogelio Frigerio en su camino hacia la gobernación- son socios también en Concorgas SA, dedicada al negocio de los combustibles, que opera la estación de servicios YPF ubicada frente al Hipermercado Carrefour.
La lista de sociedades en las que aparece el nombre de Carlos Donato Carraro –todas con sede en CABA- se amplía con Villagas SA –similar en sus fines a Concorgas-, e IMAF SA –orientada hacia el negocio de las agencias de viaje-.
Pero, sin duda alguna, es el Palmar Hotel la “nave insigne”, el principal emprendimiento de “Juancito” Carraro, como le dicen sus allegados.
El 26 de diciembre de 2012, mediante el Decreto 2275, firmado por el entonces intendente Gustavo Bordet y por quien era Secretario de Gobierno, el Contador Juan Domingo Orabona, los proyectos de Carraro fueron declarados “de interés” por la Municipalidad de Concordia.
En los considerandos, aquel decreto municipal resaltaba que “la citada firma hotelera-gastronómica y de entretenimientos se encuentra abocada al desarrollo de un complejo turístico urbano. Cabe señalar que dicho complejo consta actualmente de una Sala de Casino Central y una Sala Anexa de Casino inaugurada recientemente y una futura ampliación que superará los 4.500 m2 cubiertos y completaría los servicios de bar y restaurante para más de 140 cubiertos, casino y salón de usos múltiples”. Y agregaba: “complementando a este emprendimiento se encuentra en proyecto un hotel 5 estrellas, con una superficie cubierta de 10.000m2, posibilitando y brindando de esta forma mayores comodidades y servicios para los turistas que visitan nuestra ciudad y desean conocer las bellezas naturales con que cuenta toda la Región de Salto Grande”.
En diciembre de 2016, cuando el intendente era Enrique Tomás Cresto, el Palmar Hotel donó a la Municipalidad de Concordia “un (1) vehículo dominio aa741ad, marca Renault modelo Kangoo ph3 Confort 1.6 1p, tipo furgón, chasis N° 8A1FC1315HL560487, motor Nº K4MJ730Q186339, modelo año 2016”. El utilitario fue asignado a la Secretaría de Desarrollo Humano. El antecedente relaciona a la firma con la “responsabilidad social empresaria”.
Pocas semanas antes de aquella donación, muy bien recibida por la gestión municipal, el gobernador Gustavo Bordet y el presidente municipal Cresto habían acompañado a Carraro y a las autoridades del IAFAS en el corte de cintas de la ampliación del sector de juegos del casino céntrico, con nuevas máquinas, la inauguración de un moderno restó, y la creación de un salón de usos múltiples.
Más allá de estas apariciones públicas, el concesionario que monopoliza las tres salas de juego de Concordia no cultiva un perfil alto. Más bien, todo lo contrario. A modo de excepción, fue noticia en noviembre de 2014, cuando su empresa participó de una “capacitación contra el lavado” organizada por el IAFAS, en las que confluyeron representantes de Neogame SA, Newtronic SA, Palmar Hotel Casino SRL y Casino Victoria SA.
Las reglas del juego en Entre Ríos. Estatal pero concesionado a privados
El Estado provincial regula los juegos de azar en Entre Ríos. Para ello fue creado, mediante ley 5144 del año 1972, el IAFAS, Instituto de Ayuda Financiera a la Acción Social.El marco normativo incluye otras leyes posteriores que fueron modificando los alcances y la integración del organismo estatal. Uno de los cambios más relevantes fue operado mediante el decreto 5369 del año 2004, firmado por el gobernador de entonces, el Dr. Jorge Pedro Busti, que habilitó la concesión del Casino de Victoria.
En los considerandos, para justificar la operación de los casinos por manos privadas, aquel decreto define como “la meta” que “la recaudación de fondos provenga mayoritariamente de los turistas y no de los entrerrianos”, un concepto que tal vez aplique para el emprendimiento de Victoria, pero difícilmente para el caso de la flamante Sala Camba Paso de Concordia.
El decreto de quien fuera tres veces gobernador puso especial énfasis en que las concesiones a privados tenían un objetivo ligado al turismo y para atraer el dinero del “sector pudiente”. De allí que en otro párrafo de los considerandos se lee: “Resulta indispensable destacar que, acorde los tiempos modernos y los últimos emprendimientos que se han producido en distintas provincias turísticas y donde el lugar de explotación de los juegos va acompañado siempre de grandes centros comerciales, restaurantes, confiterías etc., unidades de negocios que de por si constituyen una importantísima oferta turística para el sector pudiente de nuestro país y los numerosos extranjeros que por distintas causas nos visitan, las formas asociativas con terceros deben necesariamente estar orientadas en tal sentido”.
Mucho más polémicas que aquel decreto de Busti resultaron dos resoluciones del exgobernador Sergio Urribarri, severamente cuestionadas por un expresidente del IAFAS, Blas García, que también tuvo sus traspiés judiciales. “El gobierno de Sergio Urribarri –dijo García- autorizó a concesionar el juego en manos de empresas privadas e instalar nuevas salas, permitiendo la explotación, por particulares, de los juegos de “paño”: ruletas tradicionales, mesas de Punto y Banca, Blackjack, Dados y Póker”. Y, por si quedaban dudas, insistió: “La decisión de Urribarri de avanzar decididamente en la privatización del juego, o apuestas por dinero, en la provincia a través del decreto 1550 y 1551 que entregan el absoluto manejo al privado de una sala de juegos, vulneran la ley de creación del IAFAS Nº 5144 que asegura el manejo del juego en manos del Estado”.
El juego y sus riesgos, un debate… ¿siempre abierto o ya clausurado?
¿Cuán “abierto”, cuán “vivo” puede considerarse el debate acerca del crecimiento exponencial de los juegos de azar, que en tiempos de digitalización, han crecido ya no sólo en salas como la tercera de Concordia sino a través de simples y tentadores clics desde el celular?Si se tratase de un asunto verdaderamente sometido a la discusión pública democrática, la flamante sala de Concordia hubiera llegado precedida de algún intercambio de ideas, de algún ejercicio racional que listara los pros y los contras, palabras que explicitaran la posición de quienes conducen la ciudad -tantos los salientes como los entrantes-, de los concejales de las diferentes bancadas, de alguna entidad intermedia que suele pronunciarse por asuntos públicos varios, de algún sacerdote que medite el impacto en sus feligreses, de algún pastor evangélico con similar preocupación, etc.
Pero nada de eso ocurrió. O sea, el hecho parece haber tomado por sorpresa a los actores civiles, políticos y religiosos. El nuevo salón lleva más de dos meses funcionando y no solo el IAFAS no informó desde su página web sino que ni siquiera los medios de comunicación se dieron por enterados, como si aún la ciudad en su conjunto durmiera una de esas siestas profundas y prolongadas que, como decía la genial María Elena Walsh, se le “piden prestadas a la muerte”. ¿Acaso no califica para noticia? ¿O pasó desapercibido porque no está en la zona céntrica?
A diferencia de la sala del micro centro, que en 2016 fue inaugurada con la presencia del gobernador y hasta con cortes de cintas, la nueva simplemente abrió, en un enero especial, mientras el país atravesaba las consecuencias de la devaluación y la disparada inflacionaria, con la mayoría de los comercios lamentando que las ventas no habían remontado siquiera en Navidad, fin de año y reyes y con los comedores comunitarios advirtiendo que empezaba a crecer la demanda de comensales.
Un casino a metros de miles de indigentes
La Sala Camba Paso está ubicada en Presidente Illia, una avenida que se prolonga en la Ruta 4 y es vía de comunicación clave hacia y desde las barriadas del noroeste de Concordia, como Fátima I y II, Constitución y tantas otras.A 50 metros de un “paseo de compras” muy visitado -y no precisamente por los más “pudientes” a los que aludía aquel decreto de 2004-, los habitantes de esa populosa zona cuentan ahora con un lugar que les queda cerca y de paso, para canalizar su deseo de apostar. Así lo admite el propio IAFAS cuando justifica su apertura para “facilitar el acceso de la población a una sala de entretenimientos oficial y legal, como una estrategia de control y lucha contra el juego ilegal”. Según el organismo, su accionar apunta al “cuidado de las poblaciones más vulnerables”. Si uno adhiere a tal razonamiento, podría decirse que la sala llegó para proteger de la ilegalidad a los más pobres…
Lo cierto y concreto es que no debe ser fácil hallar alguna actividad productiva que haya conseguido triplicarse –como lo ha conseguido el sector de los casinos- en una ciudad que desde hace ya muchos años está en el podio de los indicadores de pobreza e indigencia medidos por el INDEC.
Juego, política y medios
Las concesiones del juego a privados en las distintas provincias –y Entre Ríos no es la excepción- han estado atravesadas por denuncias de supuestos vasos comunicantes con el poder político, el financiamiento de las campañas y también la propiedad de los medios.Neogame S.A, una firma compuesta por Newtronic S.A y Kaskira S.A, con base principal en el Hotel Mayorazgo de Paraná, cada tanto ha sido blanco de sospechas. Por ejemplo, en 2016, el dueño de Neomedia, Jorge Aníbal Perez, propietario también de Canal 9 de Paraná y de Ahora, Ahora El Heraldo y Ahora El Día, estuvo imputado por el supuesto delito de dádivas a Sergio Daniel Urribarri. Según la causa, habría puesto a disposición de Urribarri y de su esposa un Audi A1 0 KM modelo 2015 valuado en 50 mil dólares. El vehículo de alta gama fue adquirido por la empresa Kaskira S.A el 11 de mayo de 2015, recuerda en un informe Florencia Sosa, Licenciada en Comunicación Social e investigadora de políticas de comunicación.
Y más recientemente, un informe de Hugo Alconada Mon sacó a la luz que la Justicia federal detectó que algunos de los viajes relámpago que protagonizó el intendente de Lomas de Zamora –en uso de licencia– y exjefe de Gabinete del gobernador Axel Kicillof, Martín Insaurralde, los pagó Daniel Mautone, un poderoso empresario del juego que también financió un programa de televisión de su entonces esposa, Jessica Cirio.
Las generalizaciones siempre son injustas. Las denuncias contra Neogame y Casino Victoria, como muchas otras, no pueden sin más traspolarse al resto. No obstante, sería necio no reconocer que son indicios acerca de la existencia de canales subterráneos –o no tanto- que conectan a los juegos de azar con el financiamiento de la política y el lavado de dineros ilegales, esto último imprescindible para blanquear las ganancias del narcotráfico.
Casinos vs cultura del trabajo
Paralelamente a estos cuestionamientos que ligan al juego con las campañas políticas y la concentración mediática, lo mismo que con el lavado, otras voces han visto y siguen viendo con preocupación que el crecimiento meteórico del sector contribuya a desmoronar lo que pueda quedar aún en pie de la “cultura del trabajo”.Más de una década atrás, la Conferencia Episcopal Argentina emitió un documento crítico. Los obispos describían: “Vemos como han proliferado los casinos, los bingos, unidos al fabuloso negocio de las máquinas tragamonedas, aun en cercanías a barrios pobres. También se han sobremultiplicado las cuantiosas ofertas de juegos de apuestas en locales de lotería. Asimismo, el fenómeno de las nuevas tecnologías, como Internet, hace emerger nuevas y cada vez más masivas formas de juego”. Y concluían: “Es importante hablar sin eufemismos. El juego de azar es un negocio que mueve gran cantidad de dinero para beneficio de unos pocos en detrimento de muchos, especialmente de los más pobres”.
Y años después, desde Gualeguaychú, el entonces obispo de esa diócesis, Jorge Lozano, sin pelos en la lengua, no dudaba en cuestionar el crecimiento del juego en el sur entrerriano: “¡Por favor! ¡Basta de ofertas de timba! ¡Necesitamos cultura del trabajo! No sé cómo expresarlo para que provoque vergüenza promover el noviazgo mentiroso de azar y dinero. Para salir de la pobreza hace falta trabajo debidamente remunerado. Lo demás es estafar con ilusiones falsas. Todo lo que va en contra de la dignidad humana ofende al Creador”, concluía.
No menos crítica para con la proliferación de los casinos en tierras entrerrianas fue la voz del ya fallecido Dr. Ricardo Maxit, director y editorialista de El Entre Ríos. Para muestra, alcanzaría con el título de uno de sus editoriales: “Poner en la mira al juego es tan importante como batallar contra la droga”.
Don Ricardo describía en uno de sus escritos un fenómeno que se repite allí donde hay un casino: “la preocupante cantidad de personas, la mayoría de ellas mujeres jubiladas, entremezcladas con otras de escasos recursos como son barrenderos municipales, que pueden verse amontonadas frente a las puertas de las casas de juego, a la espera que llegue la hora en que queden abiertas”.
Un vecino de Concordia, a quien la nueva Sala Camba Paso tomó tan de sorpresa como al resto, al pasar varias veces frente al local se sorprendió por la concentración de autos y motos. ¿Qué pasa acá?, se preguntó. La respuesta la encontró –contó a El Entre Ríos- cuando, al entreabrirse la puerta, alcanzó a percibir la luminosa y colorida hilera de máquinas.
Esos “aparatos” tan atractivos, tienen un secreto, que explica cuán extraordinariamente rentables son. “Un juego bancado es la Quiniela, donde existe la posibilidad de que el operador pierda. Lo mismo con la ruleta de paño… Diferente es el caso de las máquinas tragamonedas, porque son juegos probabilísticos: ya tienen determinado el orden de pago de premios, lo único aleatorio es el momento en el que salen”, explicaba años atrás un funcionario de Loterías y Casinos de Provincia de Buenos Aires.
Las cifras del IAFAS
En su página web, el Instituto de Asistencia Financiera a la Acción Social publica los montos que transfiere para diferentes actividades, en cumplimiento de normas que se lo exigen.Por ejemplo, en 2023, IAFAS entregó $ 1.020.000.000 al Ministerio de Economía de Entre Ríos; $ 339.695.552 a las Municipalidades y $ 319.000.000 para el Fondo Especial del Deporte, por dar solo algunos ejemplos. En total, agregando otros destinos, los aportes anuales ascendieron a $ 2.076 millones al cierre del año próximo pasado.
En Enero, IAFAS repartió $ 32.602.582 a municipios, más otros $ 44.300.835 en febrero, meses en los cuales la nueva sala de Concordia habría hecho –es de suponer- sus primeros aportes.
Pero la página web del IAFAS no informa sobre otros números, imprescindibles para entender la magnitud de lo que está en “juego”: ¿cuánto recaudan los diferentes casinos y qué parte de esas recaudaciones queda en manos de las firmas concesionarias y de las que operan las tragamonedas?
En 2015, un informe publicado por el sitio Chequeado.com, firmado por Federico Poore, mostraba porcentajes establecidos en distintas provincias argentinas, que tal vez sirvan de referencia. Por ejemplo, mencionaba un canon del 34% del net win (ganancia bruta) en bingos bonaerenses y del 50,82% en el Casino de Tigre, con una imposición del 12% de ingresos brutos.
En ese mismo trabajo de investigación, Poore mencionaba un canon del 30% de la ganancia bruta en el hipódromo de CABA y del 20% en casinos flotantes.
Un último dato también meramente referencial: en Entre Ríos, mediante resolución 216 del año 2021, el IAFAS concesionó a manos de una UTE conformada por Casino Victoria, Kaskira SA y Outkat Media, la “provisión y operación de un servicio de implantación, mantenimiento y operación” del juego online, en una primera etapa a través de un bingo televisado, y estipuló el precio (canon) que debían pagar los privados: será por “el monto equivalente al TREINTA CON VEINTICINCO POR CIENTO (30,25%)” mensual, sobre la recaudación bruta que se obtenga”.
En tiempos en los que tanto se predica la transparencia, sería un gigantesco aporte que se publicaran las recaudaciones de los casinos de Entre Ríos y el modo en que esos fondos se distribuyen entre los concesionarios privados de las salas, los dueños de las “maquinitas”, el IAFAS y sus costos operativos y, finalmente, el derrame en la “acción social”.
No menos relevante sería contar también con perfiles de concurrentes. Por caso, cuántos proceden del turismo y de los sectores pudientes, cuántos de sectores medios y cuántos de la base de la pirámide de ingresos.
Fuente: El Entre Ríos