Por unas horas, el último adiós a una vecina de San Salvador, se convirtió en tiempo de incertidumbre y espera.

La empresa fúnebre había llevado adelante el riguroso procedimiento, habitual y obligatorio, ante un deceso. Se trató de una adulta mayor, cuyo cuerpo fue preparado para ser velado, sin registrarse inconvenientes técnicos ni legales.

Sin embargo, avanzada la despedida, un familiar decidió dar aviso a las autoridades policiales acerca de sus firmes sospechas de que la señora se encontraba con signos vitales.

Las circunstancias ameritaron una interrupción en el velorio, procediéndose a coordinar su traslado para darle intervención al médico del hospital San Miguel, quien mediante una nueva revisión ratificó el deceso.

Una vez despejadas las hipótesis que tensionaron el ambiente, se continuó con el ritual para darle el último adiós a la persona fallecida.

Fuente: APFDigital / FM Estación Plus Crespo