A partir de la inminente firma de un memorándum de entendimiento entre el gobierno Nacional y el gobierno de la República Popular China para la instalación de granjas de producción porcina en territorio argentino, las provincias de la región centro, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, comenzaron a trabajar en un formato productivo que permita recibir los capitales asiáticos.
El puntapié inicial para estos trabajos se dio en un encuentro virtual entre las tres provincias implicadas y el Consejo Federal de Inversiones (CFI). La reunión contó con la secretaria de Gestión Federal, Candelaria González del Pino, y el secretario de Agroalimentos, Jorge Torelli, en representación de Santa Fe; el ministro de Agricultura de Córdoba, Sergio Busso, y el secretario de Desarrollo Económico y Emprendedor de Entre Ríos, Pedro Gebhart, entre otras autoridades.
Acerca de estas potenciales inversiones, Torelli afirmó que “es una oportunidad muy importante, que generaría muchísimo empleo y arraigo rural. Lo más importante es que estaríamos avanzando en el agregado de valor, transformando en carne los granos producidos en Santa Fe. Las unidades productivas serían alrededor de 12.500 madres y no habría afectaciones del mercado interno porque todo lo producido será para exportación. La inversión fue planteada con ese formato”.
Al respecto, el propio Ministro de Agricultura Luis Basterra afirmó en una entrevista reciente que los productores de cerdo de Argentina se mostraron preocupados por la eventual sobre oferta que pueda representar la radicación en esta escala de granjas y plantean como propuesta que toda esa producción tenga como destino exclusivo el mercado chino y que los emprendimientos tengan suficiente capacidad de frío como para poder stockear entre tres y cuatro meses, que es el ciclo que eventualmente puede tener una granja en el momento en el que interrumpe su producción, si es que se cerrase el mercado chino, de forma tal de que no impacte sobre la oferta local. "Nos parece razonable", dijo Basterra.
Respecto al impacto ambiental, Torelli precisó que “es impensable que una empresa de esta magnitud no aplique las normas de bienestar animal y ambiental. Las granjas tendrán una terminación de todos sus efluentes en la generación de biogás y la autosuficiencia energética. También se exigirán estrictas normas de bioseguridad tal como se hace en otros emplazamientos productivos de la provincia similares en cuanto a concentración de animales”.
El embajador argentino en China, Luis María Kreckler, que cumple cuarentena en Beijing porque llegó a su puesto hace apenas 12 días, defendió el acuerdo y lo consideró "crucial" para que la Argentina aumente el valor agregado a sus exportaciones. "La producción porcina promueve inversiones y empleo calificado y formal. Genera proteínas rojas accesibles y de buena calidad nutricional, agregando valor a productos primarios como el maíz, soja y otras oleaginosas", dijo desde la capital china a este diario y sostuvo que los granos y harinas vegetales argentinos hoy a alimentan las producciones de Chile, de China, de países de Europa y Vietnam. Y que ello " bien podría ser transformado en carne de cerdo para el mercado mundial", y no sólo para China.
Torelli destacó que Santa Fe “tiene el cereal, el personal capacitado, la industria frigorífica, vías férreas con posibilidad de transportar a bajos costos y puertos de salida”.
“También estamos pensando en que puedan intervenir modelos asociativos de pequeños y medianos productores que entreguen a los frigoríficos para completar la capacidad operativa de las granjas, siempre y cuando estos productores no estén dedicados hoy al mercado interno. Lo importante es no afectar el mercado interno y lograr un mayor ingreso de divisas con la exportación de carne de cerdo a China”, concluyó Torelli.
Fuente: Clarín