Quienes hemos vivido en el campo, tenemos una percepción distinta, diría yo, del mundo que nos rodea: se agudizan los sentidos, se amplía la capacidad de observación, se practica la escucha, se rumian silencios, se prueban sabores únicos que saben a comida casera, a manos laboriosas y a un toque mágico de amor por lo que se hace.
Por Adriana Casco (*)
Es la hora de la siesta, la tibieza de la brisa de primavera recorre con curiosidad cada escondrijo del campo, bajo la sombra del gran timbó, y teniendo de fondo a las pizpiretas melodías de los inquietos pajaritos, María Liliana Raviol, me cuenta los pormenores de su creación predilecta: “Mate cocido, pan casero, queso y miel”.
Profesora de Matemática y amante de los libros
María Liliana Raviol es profesora de Matemática, jubilada, de las mejores que existen: posee una gran vocación docente, una paciencia infinita, una gran sabiduría, muchos conocimientos que hacen a su profesión, es empática, inteligente, agradable, cortés, excelente persona, muy trabajadora, inquieta y, entre tantas otras cualidades, pone de manifiesto otra faceta que enriquece su vida: es autora de su primer libro que se viene gestando desde hace bastante tiempo.“La idea de escribir siempre estaba en mi mente, pero escribir un libro no estaba en mis planes”, aseveró y continuó: “siempre amé los libros, creo que lo aprendí de mi familia, en casa se leía mucho, pero todo se complementó con la escuela primaria de las hermanas “Jose Manuel Estrada” con docentes geniales y con la ayuda de una tía que nos ayudaba a comprender los cuentos”.
Liliana contó que, a su casa del campo, donde vive actualmente, llegaba “El Entre Ríos” en formato papel a través de la estafeta postal. Su papá y su tío lo compraban a medias.
Reconocimiento a sus ancestros
La autora trabajó 25 años como profesora, se jubiló en la escuela Agrotécnica de Villaguay, luego se fue a vivir a su casa paterna ubicada en Colonia Hocker, departamento Colón.“Cuando me jubilé, afirmó, comencé a recordar las charlas con mis padres sobre la vida de mis ancestros”. Entonces, comenzó a escribir: los sobrinos y su hermana la alentaron: “así no nos olvidamos quienes fueron nuestros bisabuelos y tatarabuelos, su esfuerzo y su lucha”, manifiestó y declaró: “El libro se iba a llamar la casa de la alegría, pero no fue todo alegría para ellos”.
“La presentación del libro se hará aquí, en el campo porque aquí surgió la idea, ellos están presentes en cada ladrillo, en cada rincón, en cada árbol”, aseveró la profesora.
La editorial a cargo de la impresión de su obra es Birkat Elohym. Luego de la presentación, a realizarse el 16 de noviembre del corriente año, saldrá a la venta.
Un sueño cumplido
“Hilos de colores tejieron esta historia”… “La ultima hoja se despide de esta historia de magia”. “Cae la birome, acaricié mi primer libro, una taza de mate cocido entibia mi sueño cumplido”. Así versa parte del epílogo.“Mate cocido, pan casero, queso y miel, es una taza llena de misterios una taza que uno quiere repetir, volver a leer”, así lo afirma su creadora.
(*)es estudiante del 2° año de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social del Instituto de Profesorado "Concordia".
Fuente: El Entre Ríos.