161 AÑOS DE COLÓN

Uno reclamó una estatua a los porteños, otro armó un lazareto en la Isla San Francisco. Anécdotas de intendentes, en un nuevo aniversario

Los lectores de la edición impresa de El Entre Ríos probablemente recuerdan las historias inéditas de los presidentes municipales publicadas hace casi una década en formato de columna.

Quien las escribía es la docente e historiadora Lorena Muñoz, aceptando la idea de quien dirigía el periódico, la escribana Graciela Marcó de Maxit, en una de sus recurrentes búsquedas por acercar a los lectores algo novedoso.

Fueron 42 biografías, la primera de las cuales salió en la edición del domingo 14 de diciembre de 2014. La repercusión y el entusiasmo por el trabajo realizado llevaron a la autora a ampliar su investigación y casi dos años más tarde de la primera publicación, se convertiría en un libro: "Los hombres que gobernaron Colón".

El trabajo no solo muestra vida y obra de los intendentes, sino el contexto social tanto provincial como nacional del cual Villa Colón era parte.

Abarca el periodo comprendido entre los años 1873 y 1966, teniendo como protagonistas a los intendentes Alejo Peyret, Bautista Dubuis, Miguel Sabatier, Enrique Rieter, Miguel Berga, Mauricio Viollaz, Francisco Crepy, Pedro Noaylles, Ricardo E. Andreasi , Gregorio Seró, Joaquín Bóveda, Policarpo De Elía, Ángel Antonini, Jaime Corbella, Antonio Ochoa, Francisco Fernández Warlet, Juan Segiser, Alfredo Arines, Apolinario Sanguinetti, León Sardou, Amilcar Gaillard, Francisco Pelletieri, José O. Ferrari, José Bernard, Rafael Martí, Leopoldo Duconquere, José V. Dessimaux, Julio F. Pintos, Francisco Batmalle, Rómulo P. Turbil, Domingo Antonini, Lucilo González, Alberto Hall, Manuel E. Seoane, Lorenzo J. Benzi, José María De Elía, Justo M. Núñez, Jorge G. Duran, Martín E. Girardo, Victoriano M. Velazco, Santiago Kennedy y Faustino Dominchin.

Municipios sin autonomía y el debate por el alumbrado público
El aniversario 161° de la fundación de la ciudad nos vuelve a reunir con Lorena Muñoz. En esta oportunidad la convocatoria nos lleva a una charla donde la autora comparte algunas de aquellas anécdotas y momentos históricos.

El primer dato distintivo que señala como característico de esos tiempos es que “en ocasiones la autonomía de los municipios era avasallada por Provincia, lo que queda reflejado en el corte de la gestión de varios intendentes. Infinidad de veces se designaban presidentes municipales a dedo, no por voto directo de los vecinos como lo fue Alejo Peyret”.

En este sentido, cuenta que los presidentes del Honorable Concejo Deliberante eran obligados a convertirse en intendentes para que la comuna no quede acéfala.

En este ir y venir desprolijo y recurrente, a veces pasaba que los jefes comunales “se iban a Paraná a gestionar diferentes cosas, entonces asumía el presidente del HCD y después se convocaba a elecciones nuevamente”.

Además, “la mayoría estaba comprometido socialmente en espacios reconocidos como el Club Colón o la Biblioteca Fiat Lux y pertenecían a la logia masónica. Era una comunidad chica y los ilustrados pocos”.

Como prioridades de gestión, “a partir de la creación de Ley de Municipales que hizo Leonidas Echagüe, los intendentes se hacían cargo de la instrucción pública y acá estaba todo por hacer. Así que se dedicaban a la construcción de edificios básicos: cementerios y templos, en primer lugar; después calles y caminos, escuelas y corrales”.

“A fines de 1800 hubo un debate público para que el pueblo tenga alumbrado público. La discusión era que no se podía gravar al pueblo con impuestos, hasta que se dieron las condiciones para poner dos faroles por cuadra. No había nada y había que hacerlo todo”, dice la historiadora.
El intendente que estuvo solo un mes y los presidentes que visitaron Colón
-¿Cuál de estos mandatarios tuvo la gestión más breve?

-Policarpo De Elía estuvo solo un mes, en enero de 1887. Luego se fue a Paraná a intentar conseguir una casa municipal y asumió el presidente del HCD, hasta que se propuso llamar a elecciones.

-¿Cuál de ellos fue presidente municipal por más tiempo?

-Apolinario Sanguinetti, fundador de periódico El Entre Ríos en 1883, ocupó la intendencia durante diez periodos, entre 1894 y 1914, con interrupciones. Miguel Sabatier también tuvo varios periodos.

-¿La sede municipal fue siempre la misma?

-No, estuvo en Brown 38, a metros de la Plaza Colón (hoy Plaza San Martín). Esa casa pertenecía a Provincia y la gestionó Ricardo Andreasi. Antes muchos intendentes habían reclamado, porque no había tierras ni edificios fiscales y no se podía pagar un alquiler.

En 1909, con Apolinario Sanguinetti como presidente municipal, se logró empezar la construcción de la sede actual; en ese momento, entre las calles Urquiza, General Paz y América (hoy 12 de Abril).

-¿Qué presidentes de la república visitaron Colón en este periodo que comprende el libro?

-Justo José de Urquiza, que fue el primer presidente constitucional, iba a y venía todo el tiempo. Luego vino Domingo Faustino Sarmiento y se hospedó en los Altos de La Casona.

También nos visitó Nicolás Avellaneda, el 22 de abril de 1875. Se le pidió dinero para construir, mantener y arreglar el puerto, por ser de jurisdicción nacional.
Los hombres lejos de las mujeres y las denuncias por el idioma
-En el libro se mencionan la epidemia de cólera y la plaga de langostas. Hablemos de eso.

-El cólera fue en enero de 1887. En la isla San Francisco, el intendente Policarpo De Elía armó un lazareto, que eran los lugares de confinamiento que funcionaban en todo el mundo para contener a quienes tenían la enfermedad de San Lázaro (lepra), para mandar allí a todos los enfermos de cólera. Especificaba además la prohibición de acercarse y las penas con las que serían multados aquellos que infrinjan la norma.

Cuando la plaga de langostas llegó a la zona, se comía la cosecha, por lo que la gente se quedaba sin comer durante mucho tiempo. No había una política provincial ni nacional de combate de langosta. Entonces el presidente municipal Juan Segiser empieza una cruzada, él solo desde Colón y sumando a la causa a presidentes municipales de otros pueblos de Entre Ríos, para obligar al gobierno nacional a sacar una ley. Llega hasta el ministro de Agricultura, para que promueva una ley nacional y se combata en todo el territorio argentino.

-¿Algunas curiosas de estas gestiones que hayan quedado manifiestas en la investigación?

-Joaquín Bóveda pidió al entonces intendente de Buenos Aires, Torcuato de Alvear, que le done la estatua de Cristóbal Colón que está en la costanera porteña, para colocarla en la plaza que llevaba su nombre (hoy Plaza San Martín). A través de varias notas argumentaba las razones del pedido, pero no tuvo éxito.

En Colón tuvimos el primer registro civil del país, en 1873. Tiempo después, Mauricio Viollaz propuso reformar el Artículo 15 de la ordenanza por la cual se creó, que hablaba de la obligatoriedad de presentar al recién nacido al presidente municipal. Esto era porque a partir de que se le sustrae a la Iglesia el manejo de los datos estadísticos vitales (nacimientos, bautismos, casamiento, defunciones), pasó a ser la municipalidad el lugar donde se volcaban esos datos y dentro de la ley estaba este acto formal que ameritaba a dar el acta de nacimiento. Viollaz se dio cuenta de que esta norma era muy difícil de cumplir y decidió anularla.

León Sardou, cuando llegó el tiempo de verano, estableció por ordenanza que los hombres no se podían acercar al río en el lugar donde se bañaban las mujeres. Todo era con pautas muy rigurosas, con horario y sectores determinados, especialmente para que las mujeres mantengan “las buenas costumbres”. Esto fue alrededor de 1880.

-¿Alguno de los 42 fue denunciado por corrupción?

-No. La mayoría de los cargo eran ad honorem y cada uno tenía su trabajo, muchos eran agricultores. Mauricio Viollaz, por ejemplo, vino de Saboya con 30 años, se bajó del barco en Colón, fue a San José e invirtió el dinero que trajo en 24 hectáreas, de la cual puso a trabajar 18.

O sea era gente que empujaba en lo suyo, además de dedicarse a ver cómo ayudaban en el progreso de la ciudad.

En las primeras épocas lo que denunciaban más era el manejo del idioma.

-¿Cómo era esto del idioma?

-Por ejemplo Mauricio Viollaz, que tuvo varios mandatos, en un momento renunció aludiendo no conocer bien el idioma.

Pero además en los primeros tiempos, los bandos opositores se denunciaban por no manejaban bien el español. En realidad eran todos recién llegados y con idiomas distintos, así que esto se repetiría.

Fuente: El Entre Ríos