La decisión está tomada. Ya no hay dudas, ni marcha atrás. La intención de la empresa finlandesa es iniciar los movimientos de tierras para edificar la megafábrica en setiembre de este año. El gobierno uruguayo terminó de “atar” la mayor inversión en lo que va de la historia del Uruguay. La empresa finlandesa instalará la segunda planta de celulosa en Durazno.
“Gobierno y directivos de UPM lograron un acuerdo y resta definición de accionistas de la empresa para concretar nueva planta de celulosa”, fue el título elegido por el portal Web de Presidencia de la República ayer en la tarde. En el artículo se detallaron las declaraciones del presidente Tabaré Vázquez a los medios de comunicación cuando visitó Colonia para inaugurar un hospital.
“Puedo decir con seguridad que todos los puntos que nos propusimos trabajar para llegar a un acuerdo final, todos, absolutamente todos, están acordados entre el gobierno nacional y UPM”, dijo Vázquez ayer a la prensa.
“Todo viene a favor de que se instale la planta pero se debe aguardar la resolución de la asamblea de accionistas”, declaró el mandatario. Sus dichos relativizaron en cierta medida la confirmación de la inversión que tres jerarcas de gobierno, un dirigente del Pit-Cnt y una fuente técnica de UPM con los que El País se contactó directamente ayer en el correr de la tarde-noche.
Esa relativización de Vázquez en Colonia coincidió con lo que pocos minutos después -a 184 kilómetros de distancia- una delegación de UPM encabezada por el máximo representante en Uruguay, Petri Hakanen, hizo a periodistas locales. Los finlandeses informaron sobre los avances y evitaron dar una confirmación.
Sin embargo ambas “relativizaciones” son solo formales, ya que el equipo del gobierno y el de UPM terminaron de acordar por completo el acuerdo para comenzar a construir la megafábrica en suelo uruguayo. El 17 de mayo el CEO de la finlandesa UPM, Jussi Pesonen, recibirá en la sede de Helsinki, a la delegación de la empresa que trabajó en Montevideo la concreción del acuerdo. El directorio ya tiene un adelanto de los aspectos generales que fueron comunicados vía correo electrónico, dijo una de las fuentes del gobierno consultadas por El País ayer a la noche.
“Las noticias son las mejores que podemos tener. Esto ya está atado. No hay marcha atrás y es una buena noticia para el país”, agregó el informante. Otro de los consultados, que se enfocó en los aspectos laborales del acuerdo, puntualizó que “ninguna” de las negociaciones puso en discusión la permanencia del decreto que habilita las ocupaciones de los lugares de trabajo como una extensión del derecho de huelga.
Ese punto es uno de los que más complicó las negociaciones, confió una fuente sindical. Sin embargo, el Poder Ejecutivo, UPM y la central de trabajadores ya tienen por escrito un protocolo de prevención de conflictos. Ese texto será una guía estricta que empleados y empleadores deberán seguir si se desata un diferendo laboral.
Se trata de un “cronograma” específico de cómo actuar paso a paso si se desata un conflicto sindical en la segunda planta de UPM. La intención es evitar que se alcance la medida de ocupar el lugar de trabajo. De hecho, según se había establecido en el acuerdo marco firmado el 7 de noviembre de 2017, se convocaba al ámbito de negociación conjunta “con el objeto de acordar la implementación de Procedimientos de Prevención y Solución de Conflictos, así como la regulación de Piquetes y Ocupaciones”.
En la conferencia de los finlandeses ayer en Montevideo, el “número uno” relativizó los dichos de Vázquez.
“Si bien se han logrado avances notorios en ciertas áreas, aún hay aspectos pendientes que deben cumplirse”, dijo Hakanen. Un informante que trabajó en las negociaciones entre el gobierno y la empresa aseguró que eso es por la necesidad formal de esperar a la reunión del directorio.
Los finlandeses prevén que durante la construcción de la planta se produzcan conflictos sindicales. Así lo dijo director de Desarrollo de Negocios de UPM, Gonzalo Giambruno, quien evitó responder si la empresa tiene una posición sobre el decreto que habilita las ocupaciones.
Las respuestas de la delegación de UPM a la prensa fueron muy medidas. Casi como ensayadas. Evitaron respuestas concretas y buscaron evadir las consultas puntuales. No se explicó por qué el gobierno confirmó el acuerdo y ellos no lo hacían -que luego El País pudo corroborar que se debe al hecho formal de informar primero al directorio- ni tampoco se quiso detallar sobre el protocolo de prevención.
Los periodistas reiteraron preguntas e incluso repreguntaron varias veces para conocer detalles. Sin embargo la delegación de UPM no ahondó en explicaciones.
Fuente: El País de Montevideo