Que el asesor en las sombras Santiago Caputo interrumpiera la entrevista del periodista Jonatan Viale al Presidente, tal como se detectó en una filtración del video completo de dicha entrevista, sumó torpeza al escándalo.
Pasada una semana del tuit original, parecería que el Presidente y el programa de gobierno salieron bastante ilesos, tanto en el Congreso como en los mercados. El amago de un pedido de juicio político se desvaneció antes de pasar a mayores, y las acciones y bonos, que empezaron la semana con fuertes caídas, lograron contener el derrape y recuperaron en parte la caída. Pero el escándalo no fue menor, y algunas derivaciones podrían todavía llegar, con efecto retardado.
Uno de los principales focos de conflicto probablemente provenga de la artillería de presentaciones judiciales pidiendo que se investigue a Milei, en Argentina y también en los EE.UU. No se trata sólo de que estas investigaciones lleguen a una imputación concreta, sino de que podrían exponer al Presidente a un calvario que parecía reservado a los miembros de “la casta”: el de patear los tribunales de Comodoro Py para defenderse. Una foto ahí no sería una buena noticia para su popularidad. Esa es la oportunidad que los opositores captaron al vuelo.
Los primeros sondeos de opinión indican que el escándalo $LIBRA no fue gratis para el Presidente. Es un riesgo tener una sociedad tan polarizada, porque cada acto de gobierno es motivo de opinión; casi no hay temas que provoquen indiferencia. El impacto sobre la imagen de Milei se entiende: en una sociedad polarizada, las dos explicaciones posibles para lo que pasó con $LIBRA son malas para Milei: estuvo metido en el problema, o fue una víctima de este. Si estuvo metido, sería de la misma calaña que sus antecesores. Y si no lo estuvo y es inocente, habrá demostrado no ser tan astuto como presume: lo engañaron unos estafadores, o alguien muy próximo a él.
La irrupción de Santiago Caputo durante la entrevista de Viale abonó la segunda hipótesis: Milei no es tan astuto como para darse cuenta de que volvió a meter la pata con una de sus respuestas. Lo tuvo que salvar el que algunos llaman Mago del Kremlin. ¿Realmente lo salvó o, con la filtración del vídeo, lo hizo ver como un títere del aparato de propaganda de Caputo?
El Congreso aprobó la suspensión de las PASO, el mercado se comenzó a recuperar y la vida parece, poco a poco, volver a la normalidad. Pero eso no quiere decir que las repercusiones se hayan acabado. En la justicia, en los mercados, en las encuestas y, ¿por qué no?, en el entorno presidencial. En el famosísimo libro de Giuliano da Empoli queda claro que el propio Vadim Baranov, el Mago, también termina eyectado.