“La extralimitación y falta de conducta respecto del cargo que se ocupa degrada la función, el respeto y la confianza que el Poder Judicial debe garantizar a la ciudadanía en un Estado constitucional de Derecho”, apuntó.
“Bajo ningún aspecto la violencia es el medio para dirimir controversias en un Estado constitucional”, cerró el Consejo Directivo de la entidad.
Este lunes, en declaraciones radiales, el vocal del máximo Tribunal de Justicia de Entre Ríos había explicado lo que pasó. “Estaba enojado, no excesivamente”, dijo para justificar su ingreso al kiosco hasta donde fue, según dijo, “para exigir que bajen la música”. Al respecto, agregó: “Cuando yo entré en el lugar, el empleado quiso dar vuelta al mostrador para correrme, y ahí le puse un exhibidor en el camino para poder salir sin que me agarre”. Allí fue cuando relató que “Al salir, me caí en unos escalones y ahí me patearon en el piso entre tres o cuatro, me fisuraron tres costillas, me lastimaron todos los brazos. Me trastabillé, caí en la vereda y ahí me patean en el piso hasta que me levanté y salí”, relató.